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Médicos cubanos estancados en Bogotá piden ayuda a congresistas de Miami

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Galenos cubanos que escaparon de misiones médicas en Venezuela se reunieron el viernes en la Plaza de las Banderas, al sur de Bogotá, para firmar una carta en la que solicitan la mediación de legisladores de Miami ante las autoridades estadounidenses, para acelerar la entrega de visas de refugio. Foto: Cortesia

Decenas de médicos cubanos varados en Colombia solicitaron el viernes la mediación de legisladores de Miami ante las autoridades migratorias y consulares de Estados Unidos en Bogotá, para acelerar la entrega de visas a profesionales de la salud que desertaron de misiones médicas organizadas por La Habana en terceros países.

Los médicos cubanos se reunieron la mañana del viernes en el Monumento a las Banderas, al sur de Bogotá, para firmar una carta en la que piden el auxilio del senador Marco Rubio y los congresistas Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart y Carlos Curbelo.

“Escribimos esta carta como un clamor a ustedes en busca de ayuda y mediación ante las instituciones pertinentes”, indica la misiva.

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El doctor José Ángel Sánchez, de 29 años, nacido en Granma y uno de los firmantes de la carta, dijo en entrevista telefónica desde Bogotá que son centenares los galenos que permanecen en la capital colombiana a la espera de acogerse al programa Cuban Medical Professional Parole.

El programa del parole, popularmente conocido como “Barrio Afuera”, fue creado por el Departamento de Estado en el 2006. Desde entonces, cerca de 6,000 profesionales de la salud cubanos se han acogido a ese beneficio tras escapar de las misiones internacionalistas llamadas “Barrio Adentro”.

Sánchez, quien junto con su novia, la dentista Mara Martínez, desertó en abril de misiones médicas implementadas en el estado Zulia —en Venezuela— indicó que varios doctores llevan en Bogotá unos siete meses sin obtener respuesta del consulado estadounidense.

“Cuando presentamos los documentos en la Embajada de Estados Unidos en Bogotá se nos dio un tiempo de espera máxima de 90 días”, indica la carta. “Sin embargo, hay personas que ya pasan los 200 días y no tienen respuesta sobre el estatus de la aplicación de visa por parte de las autoridades migratorias de EEUU”.

La dilatación del proceso de visado ha forzado a los médicos a sobrevivir en una situación precaria, rentando de manera colectiva pequeñas habitaciones y sin posibilidad de trabajar por el limbo jurídico en el que se encuentran, de acuerdo con el testimonio de varios afectados.

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“Nuestra situación actual en Colombia es crítica”, indica la carta. “Nos encontramos sin documentación legal que nos permita trabajar en Colombia, por lo tanto no tenemos derecho a ningún servicio de salud y mucho menos a vivir dignamente”.

En junio, tras un reportaje de el Nuevo Herald, cinco congresistas estadounidenses encabezados por Ros-Lehtinen abogaron por tres dentistas cubanos a quienes intempestivamente les cancelaron sus visas poco antes de abordar en Bogotá sus vuelos a Miami.

El grupo de parlamentarios envió cartas al director del Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), León Rodríguez, y al embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitake, para solicitarles que atiendan el caso de los odontólogos Raquel Lobato, Martha Martín y Oddy Ginarte, quienes habían desertado de misiones médicas en Venezuela. Un mes después de hacerse público el caso, a los tres les renovaron las visas y llegaron a Miami.

Luego, Lobato viajó a Las Vegas para establecerse junto a su madre; Martín permanece en Miami con su novio; y Ginarte fue reubicado en Pennsylvania como parte del programa gubernamental estadounidense de asistencia a inmigrantes.

La carta de los galenos varados en Bogotá agrega que ante la situación de abandono y la larga espera, algunos han optado por emprender la travesía por tierra a través de Centroamérica y México.

“Muchos de nosotros se están arriesgando a irse de forma insegura por tierra debido a la incertidumbre y la desesperación”, agrega la carta, aunque: “muchos de nosotros no estamos en condiciones económicas ni en la disposición de hacer dicha travesía, ni de pagar la gran suma de dinero que piden [los coyotes] para llegar a EEUU”.

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