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Moreno lograría su reto personal de captar 100.000 votantes socialistas el 19-J

Las últimas encuestas publicadas sitúan el trasvase del voto del PSOE al PP en casi un 11% y algunos polítologos creen que puede llegar al 12%

La precampaña electoral andaluza avanza, a tenor de las encuestas publicadas hasta ahora, hacia la «nueva mayoría social» que reclama para sí el presidente de la Junta, Juanma Moreno. El candidato del Partido Popular lograría su reto personal de captar 100.000 votantes socialistas el próximo 19 de junio en las urnas. Es la cifra que el gobernante centrista se había impuesto como reto. No obstante, dada la bonanza demoscópica a su favor, Moreno podría incluso superar dicha cifra.

Las últimas encuestas publicadas, tal es el caso de 40Db para el Grupo Prisa, sitúan el trasvase del voto del PSOE al PP en casi un 11% y algunos politólogos creen que puede llegar al 12%. Las fuentes populares consultadas en la sala de máquinas de Moreno Bonilla creen que están en condiciones de captar entre 120 y 150.000 votantes socialistas. Explican los datos barajados, que oscilan en una diferencia de 30.000 electores, en que todo dependerá no sólo del trasvase que logre el PP-A de votantes que lo fueron de Susana Díaz en 2018, sino también del «bocado» que Moreno logre darle a parte de los 400.000 abstencionistas del PSOE en las últimas elecciones autonómicas. Conviene destacar, en clave nacional, que Feijóo logra un trasvase de 5000.000 votantes de la órbita de Ferraz que desembarcan en Génova.

Las fuentes citadas otorgan más relevancia a la encuesta de 40Db que al último Barómetro del Centra, el llamado ‘CIS andaluz’, que consideran «algo desfasado» con respecto al trabajo realizado por la empresa que trabaja para Prisa y que otorga al PP 48 escaños; PSOE 33; Vox 18; Por Andalucía 7 y Adelante Andalucía 3. Ciudadanos no logra representación en esta encuesta, frente a los 1-2 que sí le asigna el Centra.

En el PP-A inciden en que el sondeo dependiente de la Consejería de Presidencia, en manos de Elías Bendodo, a su vez coordinador nacional del partido, se llevó a cabo entre los días 3 y 13 de mayo, en plena tormenta política por el empadronamiento de Macarena Olona, nada más conocerse –justo el día 13– su inclusión en el padrón de Salobreña (Granada). Tal circunstancia provocó que las expectativas de Vox se dispararan hasta el 17,3%, traducido a 22-23 escaños, frente a los 18 y el 16,4% que otorga 40Db a la formación de Abascal tras un trabajo de campo realizado entre los días 18 y 23 de mayo, bastante más actualizado.

Tanto desde San Telmo como desde la sede regional de San Fernando, en Sevilla, los dirigentes del PP con los que ha hablado este medio digital coinciden en destacar el dato del 14% de votantes del PSOE en 2018 que ahora no saben lo que van a votar (son 150.000 electores) «ese es el auténtico drama que tiene Espadas ahora mismo», recalcan. De hecho, hay un 35% de indecisos en el global de la última encuesta de Prisa que no han elegido aún su opción. Se trata de 1 de cada 3 y entre ellos pretende también ‘pescar’ Moreno.

No menos relevante resulta, añaden desde el PP-A, que de los 400.000 votantes socialistas que no acudieron a sus colegios electorales en 2018 –cuando se presentó Susana Díaz– ahora haya «entre un 30 y un 40%» que sí acudiría a las urnas para votar a Moreno Bonilla. Si tales porcentajes se suman al más del 10% que sí voto a Díaz y ahora votaría al PP los populares creen que podrían absorber cerca de 300.000 votos con origen en el centro izquierda.

En el PP, tanto en Génova como a nivel regional, se da por amortizado el porcentaje de votantes que se hayan ido a Vox en Andalucía. Y es que en el equipo de Moreno están más concentrados en «vender moderación» y «centrismo» que en recuperar votantes del ala más derechista. Toda la estrategia, que sigue dando sus frutos, está volcada en que los electores de centro izquierda vean al presidente de la Junta como «el dique de contención para frenar a Vox como socio de gobierno».

No obstante, las fuentes populares relacionadas con la estrategia electoral van más allá al afirmar que si lograran 1.300.000 votos «estaríamos en mayoría absoluta», que son 55 diputados. El PP de Moreno logró 750.000 votos en 2018 frente a los 600.000 que obtuvo el ahora candidato de Cs y vicepresidente de la Junta, Juan Marín.

El PSOE de Espadas sólo retiene el 52% del voto

Especialmente preocupante para el PSOE de Juan Espadas resulta el hecho de que sólo retiene el 52% del voto de 2018 lo que para el politólogo Pablo Simón representa un «nivel de desmovilización altísimo«. Pero aún más llamativo es interesante que el partido que lideró en Andalucía Susana Díaz «tiene un flujo de entre un 11 y 12 por ciento que se va al PP, lo cual es bastante», ha explicado este experto en La Sexta.

Aunque «con matices» lo anteriormente expuesto le recuerda a Simón al trasvases de voto del PSOE al PP que ya se dio en comicios celebrados en Galicia y Madrid. Pero, sin duda, lo más relevante que destacan todos los analistas y expertos demoscópicos es que casi el 48% de los votantes que tuvo Ciudadanos en Andalucía en 2018, cuando logró 21 escaños, se irían ahora al PP de Moreno.

El porcentaje del 48% que absorbe el Partido Popular de antiguas papeletas que fueran en las urnas a Cs es prácticamente idéntico al que se dio en la Comunidad de Madrid el 4 de mayo de 2021 y casi el doble de lo que recibió el PP de Mañueco en Castilla y León en febrero pasado. Una circunstancia que impidió al gobernante conservador formar un Ejecutivo en solitario, sin Vox, que ahora es su socio de coalición.

Mientras tanto, a pesar del fracaso que le auguran todas las encuestas, Juan Espadas es inasequible al desaliento. El candidato del PSOE-A confía en la movilización de sus alcaldes (gobiernan en casi 500 de los 700 municipios andaluces así como en 6 de las 8 diputaciones). El mantra de Espadas es que si su partido logra un escaño más por cada provincia (8) y se activa la movilización del «voto progresista» él tendrían opciones de sumar por la izquierda con Por Andalucía y Adelante Andalucía.

Espadas sigue, erre que erre, con su insistencia en llevar al presidente Moreno a un notario para firmar un documento en el que «se comprometa a no gobernar con Vox». El candidato del PSOE-A está empeñado en darle mucho foco a «la ultraderecha», como hizo Susana Díaz en 2018, hasta el punto de que el exalcalde de Sevilla está dispuesto a mantener un debate cara a cara con Macarena Olona.

Hay dos circunstancias preocupantes ahora mismo para la campaña del PSOE andaluz, muy teledirigida desde Ferraz. La primera es lo contraproducente que pueda ser para Espadas el desembarco permanente de Pedro Sánchez en campaña, con hasta 8 ministros este domingo, dado el gran desgaste que acusa el Gobierno central. La segunda, en clave menor, es el temor a que una candidata moderada en Por Andalucía, como es Inmaculada Nieto, «alguien que no da miedo ni grita, ni es de Podemos», apuntan fuentes socialistas, rasque un buen puñados de votos socialdemócratas. Si esta última circunstancia se produce sería una auténtica debacle, porque Espadas mantiene el suelo de Susana Díaz (33), escaño arriba abajo, gracias a un trasvase de nada menos que de más del 22% que le llega desde la antigua Adelante Andalucía (la coalición entre Podemos e IU de 2018 que logró 17 escaños y que ahora no obtendría por separado más de 11-12).

Pero la gran paradoja de lo que se mueve a la izquierda del PSOE en Andalucía está en que, mientras Espadas rechaza una posible abstención de su formación para darle la investidura a Moreno y así evitar la irrupción de Vox en San Telmo, la candidata de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, sostiene todo lo contrario. De hecho, la dirigente de Izquierda Unida y parlamentaria desde 2012 está abierta a «pensar y reflexionar» sobre su apoyo en forma de abstención al PP.

Así pues, se podría dar el escenario en el que los votos abstencionistas de la izquierda radical fueran decisivos para que en el Parlamento andaluz hubiera más síes que noes, trámite exigible en la segunda votación para investir a un presidente, una vez que en la primera elección no obtiene mayoría absoluta.

Vox no se abstendrá para dejar gobernar solo a Moreno

Si de algo han servido las dos últimas encuestas conocidas este lunes es para fijar la posición de Vox en torno a la investidura de Moreno. La derecha populista no se abstendría para facilitar un gobierno en solitario del PP aunque los actuales gobernantes quedarán cerca de la mayoría absoluta, como vaticinan los últimos sondeos, por lo que no sería posible reeditar lo que ocurrió en Madrid con Isabel Díaz Ayuso, cuando Vox le permitió gobernar sola al quedarse a 3 escaños de la mayoría absoluta.

El encargado de verbalizar el planteamiento de bloqueo de Vox hacia Moreno este lunes ha sido Jorge Buxadé. El parlamentario europeo ha argumentado que «el PP tendrá que decidir, porque no vamos a dar ni un voto gratis, ni siquiera una abstención».

«Si el PP sigue insistiendo en esa idea de que va a desarrollar políticas distintas a las de Vox se va a encontrar con un no rotundo cada vez que lleve una iniciativa al Parlamento andaluz, incluida la de proponerse a sí mismos para la Presidencia», ha añadido el dirigente desde Madrid en la línea de lo que ya dijo el pasado viernes Abascal durante un acto celebrado en Málaga. Allí, el líder nacional ya dejó claro que no iba a aceptar «ninguna» de las llamadas «líneas rojas» que les marcó Moreno. Entre ellas, expuso Abascal, «la criminalización del hombre», como así denominó a las políticas contra la violencia de género desarrolladas por el Gobierno de PP y Cs.

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