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Muere en La Habana Roberto Fernández Retamar, un «intelectual fiel» al oficialismo

Retamar estaba al frente de la Casa de las Américas desde 1986, fue además miembro del Consejo de Estado y de la Academia Cubana de la Lengua

Este sábado en la tarde falleció en La Habana, a los 89 años, Roberto Fernández Retamar, escritor, poeta y presidente de la Casa de las Américas, según anunció el Noticiero Nacional de Televisión. El intelectual, considerado un «hombre fiel» al oficialismo, estuvo vinculado a varios procesos de censura y exclusión en las letras cubanas.

Retamar estaba al frente de la Casa de las Américas desde 1986, fue además miembro del Consejo de Estado y de la Academia Cubana de la Lengua. Ganó el Premio Nacional de Literatura en 1989 y el Premio Nacional de Ciencias Sociales, en 2012, aunque en los últimos años había tenido pocas apariciones públicas.

El escritor nació en La Habana en 1930, desde joven se interesó por las artes, en especial la poesía. A los 17 años fue jefe de información de la revista Alba y colaboró como promotor, con la revista Orígenes desde 1951. Estudió primero Arquitectura pero luego abandonó esa carrera para matricular en la especialidad de Humanidades.

Luego de doctorarse en Filosofía y Letras, en la Universidad de La Habana, estudió lingüística en La Sorbona de París, en 1955. Realizó además cursos en la Universidad de Londres y viajó a Estados Unidos para trabajar como profesor de Literatura en la Universidad de Yale. En 1958 regresó a Cuba.

En 1960, después de que llegó al poder Fidel Castro, fue nombrado consejero cultural en París y más tarde ocupó cargos de importancia en instituciones culturales. Fundó la revista Unión, en 1962, junto a otras figuras como Nicolás Guillén, Alejo Carpentier y José Rodríguez Feo y en 1965 comenzó a dirigir la revista Casa de las Américas y tras el suicidio de Haydée Santamaría, en 1980, pasó a presidir esta institución.

En 1960, después de que llegó al poder Fidel Castro, fue nombrado consejero cultural en París y más tarde ocupó cargos de importancia en instituciones culturales

Retamar creó y dirigió el Centro de Estudios Martianos, entre 1977 y 1986, integró y fungió como director de la Academia Cubana de la Lengua, y además dio clases en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana. De 1998 a 2013 fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Entre sus poemas destacan algunos títulos como Elegía como un himno (1950), En su lugar, la poesía (1959), Buena suerte viviendo (1967), Que veremos arder (1970), Con las mismas manosCircunstancia de poesía (1974), Hacia la nueva (1989) y Juana y otros poemas personales (1981).

Su ensayo Calibán, de 1971, un texto publicado inicialmente en México, fue muy difundido en el continente y formó parte de los programas de estudio en muchas universidades de América Latina, Estados Unidos y Europa.

El 19 de abril de 2003, Retamar fue uno de los 27 intelectuales cubanos que firmaron la carta «Mensaje desde La Habana para amigos que están lejos», que sirvió de apoyo a Fidel Castro para fusilar a tres cubanos que intentaron escapar de Cuba tras el secuestro de la lancha de Regla, un transporte de pasajeros que cruza a diario la bahía de La Habana. Esta decisión fue muy polémica y generó una ola de protestas públicas.

En ese mismo año fueron detenidos en la Isla 75 disidentes, durante la Primavera Negra, un golpe represivo que hizo a varias figuras públicas tomar distancia de la Plaza de la Revolución de La Habana, entre ellas el escritor José Saramago que aseguró «hasta aquí he llegado».

El mexicano Carlos Fuentes, decepcionado de la Revolución desde mucho antes de esa fatídico marzo de 2003, escribió entonces una dura diatriba contra el proceso cubano en la que llamó al director de la Casa de las Américas «El Sargento» Retamar, por su vinculación con la caza de brujas ideológica, un apodo que muchos señalan a Pablo Neruda como su autor.

Retamar había sido uno de los firmantes de una carta condenatoria contra Neruda por viajar a Estados Unidos en 1966 a recibir un premio. En la misiva, varios intelectuales de la Isla acusaban al chileno de «aburguesamiento», sumisión y traición, por haberse reunido con el presidente Fernando Belaúnde en Perú y de formar parte del Congreso del Pen Club.

Su contubernio con la censura y su participación en la creación de listas de escritores marginados, le valieron a Retamar una reputación de hombre que por encima de la literatura y de la intelectualidad, colocaba su férrea fidelidad a Fidel Castro y a la Revolución cubana

Su contubernio con la censura y su participación en la creación de listas de escritores marginados, le valieron a Retamar una reputación de hombre que por encima de la literatura y de la intelectualidad, colocaba su férrea fidelidad a Fidel Castro y a la Revolución cubana.

El pasado año falleció su esposa, la historiadora de arte y profesora universitaria Adelaida de Juan. Con ella tuvo dos hijas, Laidi Fernández de Juan, conocida escritora, y Teresa Fernández de Juan, doctora en Ciencias Psicológicas.

Su cuerpo será cremado y las cenizas lanzadas al mar, según su voluntad.

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