Netanyahu y Gantz se proclaman vencedores antes de conocer los resultados oficiales
Los sondeos a pie de urna muestran un empate técnico entre los dos rivales en las elecciones generales de Israel
Los dos principales candidatos en las elecciones generales de Israel, el primer ministro, Binyamin Netanyahu, y el general retirado Benny Gantz, se han proclamado hoy vencedores sin conocerse aún los resultados reales y en base a los sondeos a pie de urna, que les atribuyen un empate técnico o una ligera ventaja de uno sobre el otro.
Una de las encuestas otorga la victoria a Gantz, líder de la coalición centrista Azul y Blanco, sobre Netanyahu, cabeza del principal partido de la derecha, el Likud. Según el sondeo del Canal 11, Azul y Blanco habría obtenido 37 escaños y el Likud 36. No obstante, las proyecciones de los canales 12 y 13 le dan a Netanyahu una ventaja sobre Gantz de un solo asiento en la Kneset (Parlamento israelí), 35 a 34.
Formación de coalición
Ninguno de los dos hombres lo tiene fácil para formar una coalición de gobierno que sume los 61 escaños que dan mayoría en la Kneset, de 120 diputados, aunque si los sondeos no fallan, Netanyahu tendría más posibilidades, ya que el bloque de partidos de derecha, ultraderecha y religiosos es más numeroso que el de centro-izquierda.
De hecho, el Likud ha señalado que Netanyahu «se encuentra ya en un estadio muy avanzado para formar una coalición». Según el digital israelí «The Times of Israel», Netanyahu habría hablado con los líderes de Kulanu (centro) y los partidos ultraortodoxos Judaismo Unido de la Torá y Shas para invitarlos a formar coalición.
Mientras el Likud y Netanyahu cantaban victoria, Gantz aseguraba que será «el próximo primer ministro de todo el mundo» y que conseguirá «crear una amplia coalición que represente a todo Israel». La tarea de formar gobierno tiene que encargarla el presidente de Israel, Reuven Rivlin.
Debacle laborista
Si los sondeos han acertado, el Partido Laborista, que gobernó durante años en Israel, habría obtenido solo entre 6 y 8 escaños y los izquierdistas de Meretz, 5. Los ultraorotoxos Judaísmo Unido de la Torá y Shas habrían conseguido entre 6 y 8 asientos, la coalición de comunistas y árabes Hadash-Ta’al, 6 o 7, pero los árabes de Ra’am-Balad quedarían fuera del Parlamento.
Sin presencia parlamentaria se verían también, según dos encuestas, los exministros de Educación y Justicia, Naftali Bennett y Ayelet Shaked, que abandonaron su antigua formación, la ultraderechista Hogar Judío para crear la Nueva Derecha. Hogar Judío, en coalición con dos partidos más, uno de ellas Poder Judío -heredero del partido racista y violento Kach- entraría en la Kneset con 4 o 5 puestos.
Todos los sondeos dejan fuera de la cámara a Zehut, un partido de extrema derecha que ha intentado ganar votos con la propuesta de legalizar la marihuana. En cambio, entraría el ultraderechista Israel, Nuestro Hogar.
Todos los partidos estaban hoy extremadamente nerviosos, algunos ante la posibilidad de que los borraran del mapa de la Kneset. En Israel se puede hacer campaña el día de los comicios, así que los líderes políticos han inundado las redes sociales con mensajes desesperados e incluso han recorrido localidades para movilizar a los votantes.
Llamadas desesperadas
Netanyahu se ha presentado en la playa Poleg, al norte de Tel Aviv, para reñir a los bañistas. «Si queréis seguir con el Likud y conmigo, tenéis que votar. ¡Id a la playa después!», ha aseverado.
La llamada más desesperada la ha protagonizado Bennett. «Ayelet (Shaked) y yo estamos en una situación difícil. Hemos dado nuestras almas durante siete años. Por favor, votad a la Nueva Derecha para que podamos continuar», ha escrito en Facebook.
El líder de Hadsh, Ayman Odeh, ha alertado de «una situación de emergencia, un peligro real de una Kneset sin árabes», ante la baja participación de la comunidad palestina en los comicios.
Los principales partidos -se presentaban 40 listas- han inundado los móviles de los 6,3 millones de israelís con derecho a voto con mensajes llamándolos a votar en los 10.000 colegios abiertos. En algunos se han denunciado irregularidades. El incidente más sonado ha sido protagonizado por miembros del Likud, descubiertos con 1.200 cámaras ocultas dentro de centros de votación de ciudades árabes.
El Comité Electoral Central ha denunciado la desaparición de papeletas en varios colegios, y miembros de Azul y Blanco han afirmado que las suyas habían sido dañadas y garabateadas por detrás en algunos centros.
A la caza del indeciso
En las puertas de muchos colegios, militantes de partidos intentaban convencer a los indecisos. En el Instituto de Secundaria de la calle Hillel, en el centro de Jerusalén, miembros del Likud, Azul y Blanco y Meretz, competían por los votantes. “Bibi es el mejor amigo de Trump y Trump es el mejor amigo de Bibi. Esto es bueno para Israel y para EEUU”, comentaba un militante del Likud.
Dos jóvenes con camisetas verdes de Meretz subrayaban que “Netanyahu ya es como Mubarak o Asad y quiere estar en el poder para siempre. Votar a Netanyahu es votar por el Apartheid y por un estado racista, sobre todo después de decir que piensa anexionarse Cisjordania”.