Nicaragua cumple cinco meses de protestas cívicas y terror orteguista en las calles
En esta tercera etapa de la represión, quienes protestan son tratados como “terroristas” y “golpistas” sin siquiera haber sido juzgados
Una estela de muerte, cárcel, exilio, torturas, desapariciones forzadas y despidos injustificados ha dejado la brutal represión del Gobierno de Nicaragua contra los manifestantes.
En esta tercera etapa de la represión, quienes protestan son tratados como “terroristas” y “golpistas” sin siquiera haber sido juzgados, tal como lo señaló la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).
A pesar de ello, nuevas voces se han alzado para protestar.
El 18 de abril. El día que comenzó todo. El sol cruzaba la línea del horizonte y el ambiente era tenso. Varios cordones de antimotines se impusieron frente a un grupo de estudiantes y ancianos que protestaban contra las reformas a la seguridad social, cuando llegaron los autobuses con la Juventud Sandinista y comenzó la brutal represión que desde entonces ha dejado entre 322 y 481 muertos en el país, según diferentes organismos de derechos humanos.
Cinco meses han pasado desde aquella sombría tarde de abril y muchas voces que se alzaron contra el régimen de Daniel Ortega han sido apagadas, pero el rechazo de la población nicaragüense hacia la cúpula gobernante parece multiplicarse y nuevas voces se alzan en las calles del país, esta vez en protesta contra la represión.
Una marea de batas blancas en las calles
La primera vez que los trabajadores de la salud protestaron contra el Gobierno fue el 27 de julio. Ese día Judith Lejarza, directora del Hospital Escuela Oscar Danilo Rosales Argüello, en León, echó a cuarenta trabajadores por haber atendido a manifestantes que resultaron heridos o por respaldar a los estudiantes que repudian el orteguismo.
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Un día después centenares de médicos se unieron a la protesta.
Desde entonces, la Asociación Médica Nicaragüense calcula que 290 trabajadores de la salud han sido despedidos en todo el país, pero ser echados de los hospitales es solo una parte del problema: otros médicos han sido arrestados, otros son acosados y algunos se han exiliado por temor a ser asesinados.
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El doctor José Antonio Vásquez fue arrestado y llevado a la Dirección de Auxilio Judicial, el Chipote, el 25 de agosto.
Estando encerrado “empecé a sentir la forma humillante, el trato denigrante… me quitaron la ropa, me dejaron desnudo, esposado toda la noche”, relató el doctor, quien fue liberado un día después.
Campesinos abandonaron su tierra
El Movimiento Campesino también ha experimentado el relevo de rostros que mantienen viva la lucha, que ha sido empujada por la detención de sus líderes y parientes.
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Alfredo Mairena, hermano del líder del Movimiento Anticanal Medardo Mairena, y Kelner Mena, hijo del campesino Pedro Mena, son dos jóvenes que se han dedicado a tiempo completo a demandar la libertad de sus parientes.
Lejos de su tierra ambos jóvenes ha tenido que movilizarse en la ciudad bajo circunstancias adversas, pues han sido sometidos a una feroz persecución.
Mena comentó que desde que su padre y Mairena fueron arrestados —el 13 de julio— ellos se trasladaron a Managua.
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En ese tiempo se han visto obligados a cambiarse constantemente de alojamiento porque la Policía ha llegado a presionar a los dueños de hospedajes, hoteles y albergues para que los echen.
En una ocasión, el sitio donde se hospedaban fue rafagueado por motorizados. Otros campesinos también han levantado la bandera de Medardo Mairena y Pedro Mena, lo que se demuestra con las cuarenta marchas que han realizado en los territorios.
Familias exigen libertad para los presos políticos
Por cada joven asesinado o que es llevado preso, hay una familia que sale a protestar. Tal es el caso de Rebeca Montenegro, esposa de Carlos Valle, detenido el sábado y madre de Elsa Valle, quien permanece presa en la Cárcel La Esperanza. Montenegro advirtió que “el peregrinaje que mi esposo inició con mi hija Elsa Valle, yo lo estoy iniciando para mi hija y mi esposo”.
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Una situación similar es la de Lillian Ruiz, madre de Hansell Vásquez, preso en la Modelo, quien dijo que “nos quitaron a nuestros hijos que los tienen privados de su libertad injustamente y su voz no se escucha, pero está la voz de nosotros, que es la que está representando a cada uno de los presos políticos que hay en Nicaragua”.
Otras formas de protesta
Ante la escalada de represión, persecución, secuestros y violencia orquestada por las hordas gubernamentales y la policía del régimen, los manifestantes han diversificado sus formas de protestas, las cuales han burlado el control del poder ejecutivo.
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Las ideas creativas de protesta son consideradas en la teoría social y política como repertorio de acciones colectivas, explicó el investigador de la Universidad Centroamericana, Mario Sánchez.
El azul y blanco no solo se evidenció en las marchas, estos colores también se han utilizado en globos, papelillos, barquitos de papel, zapatillas sujetadas sobre alambres del tendido eléctrico, campañas en redes sociales y el más reciente, tambores de bandas escolares.