Nicaragua, “el centro más visible de la vigilancia rusa” en Latinoamérica
Rusia entrega tecnología a Nicaragua, Venezuela y Cuba que le da “acceso a datos militares, policiales y financieros”, según estudio de Douglas Farah
Detalle de unas banderas de Nicaragua (izq.) y Rusia usadas durante un encuentro ruso-nica en Moscú. Foto: Tomada de El 19 Digital
“Nicaragua es el centro más visible de la vigilancia rusa (en Latinoamérica), bajo el apoyo incondicional del régimen de (Daniel) Ortega a (Vladímir) Putin, y los lazos históricos de larga data con la antigua Unión Soviética”, según un informe del Instituto Jack D. Gordon de Políticas Públicas de la Universidad Internacional de Florida (FIU), elaborado por Douglas Farah, investigador en temas de seguridad nacional.
De acuerdo con el estudio, la “confianza” entre Ortega y Putin, y “el régimen cada vez más represivo y aislado de Ortega” son la base de los vínculos entre Nicaragua y Rusia.
“Si bien Venezuela y Cuba también siguen el modelo de Estado a Estado, Nicaragua sigue siendo el socio ruso menos estudiado en la región”, subraya el documento titulado “Cómo la tecnología de vigilancia rusa está remodelando América Latina”.
Según el informe, Rusia ha entregado en la última década “sofisticada tecnología de vigilancia” que ha sido “vital” para la supervivencia de los regímenes represivos en Nicaragua, Venezuela y Cuba, y posiblemente también para actores criminales no estatales que minan la democracia y amenazan la seguridad nacional de Estados Unidos.
Además, estas tecnologías “le dan a Rusia acceso a datos militares, policiales y financieros claves en varios países del hemisferio occidental”.
“La transferencia de tecnologías de vigilancia y otras actividades cibernéticas, a menudo dirigidas por funcionarios de inteligencia rusos directamente vinculados a las estructuras cibernéticas estatales de Rusia, va más allá de las actividades de la zona gris tradicionalmente entendidas”, detalla Farah, presidente de IBI Consultores.
Vigilancia rusa desde la base militar en el Cerro Mokorón
La investigación identifica tres formas que Rusia usa para expandir su presencia digital en Latinoamérica:
- La colocación directa y control de la tecnología en el terreno.
- Grupos estatales y paraestatales presentados como asociaciones privadas.
- Empresas menos visiblemente vinculadas al Estado ruso, pero dirigidas por antiguos agentes de inteligencia soviéticos.
Como ejemplo de la primera forma de expansión de la influencia rusa, el informe señala los complejos militares “Cerro Mokorón”, en Nicaragua, y “Fuerte Tiuna”, en Venezuela.
“En estos espacios, los rusos no solo tienen autonomía de acción, control de lugares sin supervisión del Gobierno anfitrión y múltiples intereses propios, sino que también brindan servicios al país anfitrión”, alerta Farah, investigador sénior en la Universidad de Defensa Nacional de EE. UU.
A finales de agosto de 2024, CONFIDENCIAL reveló que la base del Ejército de Nicaragua en el Cerro Mokorón, al sur de Managua, se ha convertido en uno de los principales centros de espionaje de Rusia. Desde allí se rastrean y escuchan las comunicaciones de los “objetivos” rusos, sobre todo embajadas, principalmente la estadounidense, según fuentes vinculadas a la institución castrense y que han tenido acceso a la instalación militar.
Los funcionarios rusos son los únicos que controlan y manipulan los equipos y la información obtenida, mientras los oficiales nicaragüenses se limitan a brindar “seguridad” en la base.
En sus conclusiones, el estudio destaca que “la penetración cibernética estatal y paraestatal rusa en gran parte de América Latina es mucho más amplia, profunda y exitosa de lo que generalmente se cree”.
Advierte que existe una enorme red “patrocinada por el Estado ruso que lleva a cabo una campaña coordinada en toda América Latina y fomenta el caos, la inseguridad, el retroceso democrático, la violencia y la criminalidad”.
Canciller: Trabajamos “de la mano” con Rusia
El canciller nicaragüense, Valdrack Jaentschke, dijo que Nicaragua trabaja “de la mano” con Rusia “por el surgimiento de un nuevo orden mundial multipolar, más justo, más solidario, en paz, seguridad y bienestar”.
El sábado 5 de octubre de 2024, durante un acto en el que otorgó la orden José de Marcoleta, en el Grado de Gran Cruz, al embajador de Rusia en Nicaragua, Alexander Khokhólikov, tras concluir su misión de cuatro años en el país centroamericano, el canciller nicaragüense destacó que Moscú y Managua tienen “ya casi 80 años de haber establecido relaciones diplomáticas” y que las mismas se fortalecieron durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990).
“En aquellos años (década de 1980), nuestro país enfrentó la criminal agresión imperialista” y “Nicaragua siempre contó con el acompañamiento y la solidaridad de la (extinta) Unión Soviética”, encabezada por Rusia, recordó el jefe de la diplomacia nicaragüense, según los medios oficiales de Managua.
“Esta histórica relación de pueblos y países hermanos se ha visto profundizada a niveles de asociación estratégica, bajo el liderazgo del presidente Vladímir Putin y nuestro comandante Daniel Ortega Saavedra, quienes, con visión clara sobre los retos que enfrenta el mundo actual, trabajan de la mano por el surgimiento de un nuevo orden mundial multipolar, más justo, más solidario, en paz, seguridad y bienestar”, destacó Jaentschke, que recién reemplazó al general retirado Denis Moncada, quien estuvo al frente de la Cancillería desde enero de 2017.
Khokhólikov subrayó que en el transcurso de los últimos cuatro años se han fortalecido considerablemente las relaciones estratégicas entre Rusia y Nicaragua. “Dinamizamos el diálogo político en todos los niveles, estrechamos los lazos interparlamentarios e interinstitucionales, ampliamos la base jurídica bilateral, utilizamos la colaboración en la esfera de seguridad, salud, educación y cultura”, mencionó.
A la ceremonia asistió Laureano Ortega Murillo, hijo del presidente Ortega y de la vicepresidenta, Rosario Murillo, y que ocupa el cargo de asesor presidencial para las Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional, y representante especial del Presidente de Nicaragua para los Asuntos con Rusia.