Nicaragua sigue sumida en una profunda crisis, Ortega debe salir
A dos años de iniciada la rebelión estudiantil de abril de 2018, apoyada luego por la absoluta mayoría de los nicaragüenses, y que provocó la más cruenta represión gubernamental en la historia de Nicaragua con más de 300 muertos y otras graves consecuencias, nuestro país sigue sumido en una profunda crisis.
Durante estos dos años el régimen de Daniel Ortega se ha negado sistemáticamente a resolver por la vía política y pacífica la grave crisis socio-política que originó dicha represión.
Desde entonces las violaciones a los Derechos Humanos de los nicaragüenses no han cesado, el desempleo y la pobreza han aumentado, las inversiones extranjeras no han vuelto, la incertidumbre no desaparece, el régimen ha desoído todos los llamados internacionales a dialogar y buscar una solución a la crisis por medio de una apertura democrática, y no ha cumplido con los acuerdos suscritos con la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, los días 27 y 29 de marzo de 2019.
Dos crisis en una
A esta crisis del 2018 no resuelta se ha sumado ahora la crisis sanitaria del 2020 con motivo de la pandemia del COVID-19, la que el régimen ha visto con indiferencia, la ha minimizado, no ha respetado los estándares de los protocolos internacionales sanitarios, y más bien los ha contradicho con eventos masivos, violando las recomendaciones que se hacen en todo el mundo para enfrentar la pandemia, todo en su afán de mostrar en el país una supuesta ”normalidad” que no existe. Consideramos criminal esta actitud que pone en riesgo la salud y la vida de los nicaragüenses.
La reaparición del Sr. Ortega el pasado 15 de abril, luego de 34 días de irresponsable ausencia dada su calidad de mandatario y la presencia de una crisis sanitaria, sólo reafirmó la política errada e inhumana frente a la pandemia, demostrando el régimen, además de la incapacidad para enfrentar esta crisis, el más absoluto desprecio por la salud y vida de los nicaragüenses.
Un gobierno incapaz y fracasado
Sin resolver la crisis socio-política iniciada hace dos años, y sin enfrentar debidamente la actual crisis sanitaria, los socialcristianos nicaragüenses consideramos que el país se encuentra a la deriva, y declaramos a este régimen como fracasado, e incapaz de gestionar en favor del pueblo de NIcaragua, como es su obligación constitucional.
Lo anterior muestra en forma fehaciente que el régimen de Nicaragua ya no tiene nada que ofrecer; sin credibilidad ni legitimidad, se ha agotado como instancia estatal, y lo que urge para garantizar la viabilidad de Nicaragua como país, es un cambio de gobierno, o un cambio radical de su forma de conducción.
Nuestras demandas
Este gobierno, si tuviese un sentido patriótico, debería de considerar renunciar, y dar lugar a lo inmediato a una transición democrática que se ocupe de orientar adecuadamente al país en esta crisis del COVID-19, y la crisis socio-política que ya lleva dos años, período de transición que podría culminar en marzo de 2021 con la celebración de elecciones libres y transparentes, con nueva ley electoral, nuevos magistrados, y una vasta observación internacional.
A lo inmediato el régimen debe liberar a todos los presos políticos, restaurar las libertades públicas y realizar las reformas electorales que prometió para el año 2020, que deben contener las demandas básicas de todos los sectores nacionales para que las elecciones sean libres, transparentes, competitivas y observadas. Igualmente el gobierno debe convocar de inmediato a las elecciones generales, y fijar la fecha para su realización el último domingo de marzo del 2021.
Llamado a los países amigos
Llamamos a la comunidad internacional, especialmente a los países de la OEA, de la Unión Europea y de la ONU a acelerar las medidas para apoyar lo que demandamos los nicaragüenses para la democratización del país, presionando al régimen para la aprobación de las reformas electorales, y la convocatoria a elecciones adelantadas para el mes de marzo del año 2021.
Lo que los nicaragüenses queremos son los pasos que nos lleven a una nueva etapa del país, de paz, tranquilidad, estabilidad y creación de las condiciones democráticas para el desarrollo integral del país y sus ciudadanos, para lo cual también urge la profunda y consistente unidad de todos los sectores nacionales de oposición alrededor de un claro proyecto de democracia para Nicaragua.
Managua, Nicaragua, 19 de abril del año 2020.
Comisión Coordinadora de Voluntad Humanista Social Cristiana, VHSC.
-Miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, ACJD, de Nicaragua. -Miembro de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), y de la IDC-CDI, a nivel internacional.