‘No vamos a dejar que nuestros hermanos venezolanos pasen hambre’ (Incluye video)
La canciller María Ángela Holguín llegó a Cúcuta tras el paso masivo de venezolanos hacia Colombia.
La canciller María Ángela Holguín llegó en horas de la mañana a Cúcuta para sostener reuniones con las autoridades de la ciudad y de Norte de Santander, tras el paso masivo de mujeres de Venezuela que, ayer, atravesaron la frontera entre ambos países por el puente Francisco de Paula Santander para buscar alimentos, medicinas y productos de primera necesidad en supermercados de Cúcuta.
Holguín, en unas primeras declaraciones a la prensa sobre el tema, sostuvo que «lo que nosotros creemos y en eso estamos convencidos, es que no vamos a dejar que nuestros hermanos venezolanos pasen problemas de hambre y de necesidades de medicamentos«, y a esto añadió que «si hay que ampliar el corredor humanitario lo ampliaremos, jamás cerraremos a los venezolanos con necesidades de comida o de salud”.
En las reuniones que sostendrá, aseguró que se reunirá con gremios, empresarios y alcaldes para analizar, en general, la situación de la frontera, cerrada desde agosto del año pasado por orden del gobierno del país vecino.
Añadió que para volver habilitar al 100 por ciento el paso es necesario tener «una frontera segura, una frontera mucho más controlada», y que habrá reuniones entre las fuerzas militares de ambos países.
«Lo que queremos es que una vez abramos la frontera tengamos una situación en que podamos estar tranquilos y seguros de que vamos a tener una frontera distinta, mucho más segura con un mayor control del contrabando y así lo haremos”, añadió.
En la mañana de este miércoles también trascendió que el presidente Juan Manuel Santos visitará la ciudad en horas de la tarde.
Cúcuta, ante el desafío de atender llegadas masivas de venezolanos
“Somos amas de casa desesperadas. No tenemos nada: ni aceite, ni azúcar ni arroz”, decía la venezolana Sonia Tarazona, mientras recorría este martes un supermercado en Cúcuta, tras haber pasado la frontera entre ambos países en horas de la mañana junto con otras 500 mujeres.
Las venezolanas, vestidas de blanco, quitaron a empujones a los miembros de la Guardia Nacional Bolivariana que hace controles en el puente internacional Francisco de Paula Santander del lado venezolano, y echaron abajo las barricadas que se instalaron desde que el gobierno del país vecino ordenó cerrar el paso entre ambos países en agosto del 2015.
Ya en Cúcuta, los policías nacionales y los funcionarios de Migración que vigilan el puente no pudieron hacer nada ante las mujeres que cruzaron, sonrientes, cantando el himno de Venezuela y gritando y aplaudiendo por su hazaña. “Que viva Colombia”, también decían algunas.
Según contaron, la escasez en el país vecino las motivó a dejar el temor a un lado, a pasar por encima de la Guardia venezolana y emprender una aventura desde la ciudad venezolana de Ureña hacia Colombia.
Entraron al país hacia las 9 a. m. tras atender una convocatoria que durante 15 días circuló por mensajes de Whatsapp y en redes sociales que las llamaba a concentrarse en la mañana de este martes en el paso fronterizo, para cruzar juntas a comprar comida y medicinas en tiendas y supermercados de Cúcuta.
Lola Benítez contó que viajó desde San Cristóbal, capital del estado Táchira, para conseguir los medicamentos de su esposo, quien tiene problemas de azúcar.
“Estuve en varias ciudades de Venezuela, y la verdad no se consigue nada”, relató la mujer.
Este año, hasta el 30 de mayo pasado habían cruzado por el puesto migratorio de Cúcuta 18.000 personas hacia Colombia. Por el cierre, los colombianos casi no pueden pasar hacia venezuela, y los ciudadanos vecinos pueden llegar a Colombia con permisos especiales emitidos por las autoridades venezolanas para comprar medicinas, estudiar o trabajar. (Además: ‘He trabajado en casas de familia por 10.000 pesos’)
Según la directora de la regional oriente de Migración Colombia, Claudia Barón, hasta mayo se evidenció una disminución –en comparación con el 2015– del 94 por ciento del flujo migratorio de colombianos, tanto de entrada como salida del país, mientras que el de venezolanos cayó el 36 por ciento.
Pese a las restricciones al paso, lo ocurrido este martes fue para las autoridades de Norte de Santander el segundo indicio de que podría producirse una migración masiva de venezolanos, y posiblemente de colombianos en el país vecino, que por la escasez lleguen a Colombia, principalmente a las poblaciones fronterizas.
En la mañana del pasado 12 de junio ya había ocurrido una situación similar cuando, en el municipio de Puerto Santander, un grupo de 400 venezolanos cruzó la frontera. Los vecinos no hicieron caso de los llamados de las autoridades de ambos países cuando pasaron hacia Colombia afanados por conseguir los productos de primera necesidad y fármacos que escasean en su territorio.
“Eso es solo una muestra insignificante de lo que prevemos que va a pasar en esta frontera, en diferentes puntos, y no estamos preparados”, aseguró Carlos Luna, presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta.
Reclaman medidas
El líder gremial señaló que es necesario que se establezcan desde ya, con todas las instituciones del Gobierno Nacional, las acciones preventivas y de mitigación frente a un escenario mayor de este tipo.
El directivo sugirió que se debe designar un alto comisionado del Gobierno Nacional para Norte de Santander, que sea el enlace directo con el presidente de la República, Juan Manuel Santos.
Las expectativas sobre una migración masiva desde Venezuela, no solo de ciudadanos del país vecino, sino de colombianos residentes en ese territorio, podrían darse con mayor probabilidad ante una eventual apertura de la frontera.
El viernes pasado, los gobernadores de Norte de Santander, William Villamizar Laguado, y del estado Táchira, José Gregorio Vielma Mora, se reunieron en las obras del puente binacional de Tienditas para demandar en conjunto que se dé prontamente la reapertura.
Sin embargo, si se reabre el paso entre ambos países, en Norte de Santander también hay quienes creen que a ciudades como Cúcuta podría llegar una oleada de personas en busca de los productos que escasean en Venezuela y por oportunidades de empleo.
Esto ha generado temor por un posible colapso económico y social de la ciudad, especialmente por los altos índices de informalidad y desempleo que ya se tienen. Cúcuta sigue siendo una de las ciudades del país con más personas sin trabajo. Según el último reporte del Dane, la tasa de desempleo alcanza el 15,9 por ciento.
Para el alcalde de Cúcuta, César Rojas Ayala, el liderazgo de cualquier estrategia o política que se diseñe a nivel local debe ser asumido por el Gobierno Nacional, ya que es el que tiene los recursos suficientes para una eventualidad de ese tipo.
“De las muchas personas de las que lleguen, algunas se irán y otras se quedarán, pero eso sería ahondar más la crisis porque somos una ciudad que necesita generar actualmente entre 15.000 a 20.000 empleos, y si llegan otras miles a quedarse, sería más crítico para desarrollar esas oportunidades”, manifestó.
En otras poblaciones fronterizas como Ragonvalia, en límites con la localidad Rafael Urdaneta –en el estado Táchira, que ha permanecido con más bajo perfil en medio de la crisis fronteriza–, se sienten indefensos.
“Si nos llega una gran cantidad de venezolanos, pero también de colombianos, quedarían hacinados en el pueblo porque nosotros no tenemos cómo brindarles una atención, y esto es preocupante”, manifestó Neyda Latorre, alcaldesa de ese municipio.
La Policía Nacional también se ha propuesto establecer un plan especial.
“Precisamente, estamos preparándonos, en articulación con Cancillería, pero como Policía, en la ubicación de todos esos puntos donde puede haber un paso masivo, los cuales serán cubiertos para hacer ese censo de personas, que necesitarán de una ayuda posterior”, dijo el comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, el coronel Jaime Barrera.