Obama y Macri abren en Argentina un nuevo capítulo en la relación bilateral
El presidente de Estados Unidos Barack Obama y su par argentino Mauricio Macri pusieron en marcha el miércoles una nueva era en la relación bilateral, en una visita a Buenos Aires que deja atrás una década marcada por roces con los gobiernos de centroizquierda de los Kirchner.
En medio de reforzadas medidas de seguridad por los atentados en Bruselas, la visita de Obama a la tercera economía latinoamericana señala su apoyo a los cambios que impulsa el gobierno promercado de Macri.
El mandatario anfitrión dio la bienvenida a Obama en la puerta de la Casa Rosada, sede del gobierno. Muy sonrientes y conversadores, saludaron para las fotos e iniciaron una reunión privada. Tras el encuentro, ofrecerán una rueda de prensa conjunta.
Ambos gobiernos firmaron este miércoles acuerdos en materia de seguridad, combate al crimen y lavado de dinero, comercio e inversiones, e incluso una declaración conjunta en apoyo a la OEA y del sistema interamericano de derechos humanos.
Obama, acompañado de su esposa Michelle, sus hijas Sasha y Malia, y su suegra, llegó a Buenos Aires tras una visita histórica a Cuba, donde propuso borrar las marcas de la Guerra Fría.
En Argentina, donde no se percibe en la calle pasión a favor ni en contra de su presencia, también esperan la admisión del cuestionado papel de Estados Unidos en el golpe militar de 1976.
Una polémica giró en torno a la fecha de visita, puesto que el 24 de marzo los argentinos conmemoran con multitudinarias marchas los 40 años del golpe militar que inició un sangriento régimen, apoyado en su momento por Estados Unidos.
Con ese marco, Obama rendirá el jueves un histórico homenaje a las víctimas de la dictadura (1976-83).
Previo a su arribo, la Casa Blanca había anunciado la próxima desclasificación de archivos militares y de inteligencia relacionados con este oscuro capítulo de la historia argentina, que complementa una medida similar de 2002.
La decisión de EEUU de desclasificar más archivos fue recibido como un gesto positivo por organismos de derechos humanos argentinos, pues creen que los archivos puedan develar claves sobre el destino de miles de desaparecidos, incluso de bebés robados.
Paralelamente, el Vaticano confirmó este miércoles que en pocos meses abrirá archivos relativos a la última dictadura argentina por voluntad del papa Francisco.
“Lo que aparentemente es una mera coincidencia cronológica con la conmemoración del golpe de estado, plantea en carne viva y trae al debate estas cuestiones”, dijo a la AFP la historiadora especializada en la dictadura Silvina Jensen.
Jensen dijo que así como está probada la acción de Estados Unidos en el golpe, también fue crucial que el entonces presidente Jimmy Carter en 1979 lograra que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tomara testimonio en Argentina a familiares de secuestrados.
El Premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, dijo de su lado que “sería bueno un reconocimiento público del intervencionismo de EEUU”.
Centenares de organizaciones humanitarias, sindicales y sociales marcharán el jueves para repetir el ‘nunca más’ a una dictadura y contra el acuerdo de pago que impulsa Macri para saldar una deuda multimillonaria con financistas conocidos como “fondos buitre”.
Minoritarias agrupaciones de izquierda convocan a movilizaciones el miércoles contra la presencia de Obama.
La agenda del presidente estadounidense incluye un encuentro con jóvenes y una cena de agasajo en el Centro Cultural Kirchner, una de las últimas obras públicas inauguradas por la expresidenta Cristina Kirchner (2007-2015), ideada por su fallecido marido Néstor Kirchnere (2003-2007).
“Creo que Argentina es un buen ejemplo de un cambio que ha ocurrido en cuanto a las relaciones de Estados Unidos con otros gobiernos y otros países en general”, dijo Obama a la cadena CNN en español hace una semana.
Tras elogiar a Macri como “un presidente que reconoce que estamos en esta era” y que “mira hacia adelante”, apuntó que aunque tuvo una relación cordial con Kirchner durante eventos del G-20, “sus políticas de gobierno eran siempre antinorteamericanas”.
“Fuera buitres de Argentina”, dice uno de los afiches más reproducidos por sectores donde se presume que pasará la comitiva presidencial.
Después de 11 años, ésta es la primera visita de un presidente estadounidense a Argentina tras el portazo que recibió George W. Bush en 2005 durante la Cumbre de las Américas.
En esa cumbre naufragó el Tratado de Libre Comercio (ALCA) que impulsaba Washington y al que no cedieron el entonces anfitrión Néstor Kirchner ni el venezolano Hugo Chávez, ambos fallecidos.
Obama pasará el jueves horas de descanso con su esposa Michelle, sus dos hijas y su suegra en Bariloche, villa turística 1.600 km al sur de Buenos Aires, donde opositores anuncian movilizaciones en medio de un paisaje de lagos y montañas.