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Oswaldo Páez-Pumar: ¿Es esquivo el Esequibo?

 

Dos de nuestras doctas academias, la de Ciencias Políticas y Sociales y la de Ingeniería y el Habitat se han pronunciado acerca de la actitud asumida por el gobierno del usurpador ante el juicio incoado por Guyana ante la Corte Internacional de Justicia para obtener un pronunciamiento de ésta, en relación con la validez del Laudo de 1899 que “definió” la frontera entre Venezuela y la Guayana Inglesa. (1)

Reclaman las Academias la pasividad en que se encuentra sumido el ¿gobierno? del usurpador y las consecuencias adversas que esa actitud podría acarrearle a Venezuela en relación con los derechos que le corresponden sobre la zona en reclamación, sin perjuicio de que el arreglo de la contención existente sea, como lo prevé el Acuerdo de Ginebra, un arreglo práctico.

Desde luego esa pasividad es incomprensible cuando lo que aspira Guyana a obtener de la Corte Internacional es una sentencia que en definitiva establezca que la frontera entre las dos naciones fue definida y está definida por el Laudo de 1899.

El Acuerdo de Ginebra fue aprobado por el Congreso de la República por Ley  fechada el 17 de febrero de 1966. Se cumplirán en menos de tres meses 56 años, más de medio siglo de su aprobación, durante los cuales en los primeros 33 no hubo acción del gobierno guyanés en relación con el territorio en disputa, que no originara la subsiguiente reacción del gobierno de la República de Venezuela llamando la atención, acerca de la existencia de la controversia reconocida en el Acuerdo de Ginebra sobre el territorio Esequibo. Ahora tenemos 22 años durante los cuales la República Bolivariana de Venezuela, salvo en una que otra circunstancia, ha guardado silencio frente a los muchos actos llevados a cabo por el gobierno guyanés sobre el territorio en reclamación y sobre las áreas marinas y submarinas que ese territorio genera, la última de las cuales es sin duda la demanda ante la Corte Internacional de Justicia sobre la cual se han pronunciado las Academias y que han motivado este artículo.

Podemos decir que la reclamación venezolana antecede desde luego al Acuerdo de Ginebra y aunque éste se firmó en 1966 durante la presidencia del doctor Raúl Leoni, la misma actitud frente al despojo del territorio Esequibo, se sostuvo durante el gobierno del presidente Betancourt, de los presidentes de la Junta Larrazábal y Sanabria, del propio Pérez Jiménez, de las Juntas presididas por Delgado Chalbaud y Suárez Flamerich, del presidente Gallegos y de Betancourt como presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno, de  los presidentes Medina, López Contreras, Gómez y de los que en su nombre ejercieron la presidencia hasta llegar a Castro que hizo su revolución el año cuando se produjo el laudo.

¿Por qué se produjo ese cambio en la República Bolivariana de Venezuela? Mi respuesta es por Castro. ¿Saben por qué? Porque Cuba fue el único país de habla castellana de América, es decir, el único país hispanoamericano, que le negó a Venezuela el respaldo a su reclamación. Saben ¿por qué? Porque Castro aspiraba a desarrollar en las islas de habla inglesa una suerte de micro-imperio en donde sería acatado como lo fue en Cuba, siendo la aventura en Granada la más resaltante de todas; y desde luego el territorio esequibo el lugar de colonización de las poblaciones insulares crecientes, a las cuales esos territorios  se les hacían chicos.

Durante los años de Chávez, la idea de estar haciendo una “revolución” fue suficiente para que la reclamación centenaria, de 1899 año del Laudo de París a 1999, año de su toma de posesión de la presidencia, fuera relegada a segundo plano y las acciones o resoluciones del gobierno de Guyana se tomaran ligeramente, porque “ellos también forman parte de la revolución”. Durante el gobierno del usurpador la cosa fue más simple, él fue indoctrinado allá. La dificultad serían las Fuerzas Armadas, pero aprendieron a gritar otros gritos en sus actos “patrióticos”, semejantes a los que durante 60 años se han gritado en la isla.

Caracas, 19 de noviembre de 2021

  • Ofrezco excusas a las demás Academias si se han pronunciado sobre este difícil tema y sus pronunciamientos me han pasado inadvertidos.

 

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