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Oswaldo Páez-Pumar: Puede llegar más allá

 

Decíamos ayer en nuestro artículo que era posible, dado lo expresado por Iglesias en relación con los fusilamientos en “La Cabaña” perpetrados por Guevara, desde luego con la aprobación de Castro, que el día de mañana pudiera también el mismo Iglesias negar el Holocausto, por los razonamientos recogidos en ese artículo que no voy a repetir.

De lo que se trata es de la eliminación de quien piensa diferente. En Venezuela lo padecemos no solo desde la toma formal de la presidencia por el usurpador en Abril de 2013, sino desde la llegada de Chávez a ese cargo el 2 de febrero de 1999. Se cumplirán 22 años el próximo 2/2. Claro no existe el paredón que lo haría demasiado evidente, pero la eliminación del disidente impera; e Iglesias, que recibió tanto de Chávez, da muestra de gratitud apoyando al usurpador.

Tardó varios siglos la civilización judeo-cristiana de la cual formamos parte para introducir y asimilar como elemento de convivencia civil la separación de Iglesia y Estado. Ha habido intentos por reestablecer esa unidad o más bien simbiosis. El nacismo y el fascismo lo fueron y el comunismo aún lo es, patética manifestación de un estado donde el credo político toma la forma de credo religioso; y pretende imponerlo y por eso trata a la disidencia como parias, como herejes, como esclavos.

Ahora ha ocurrido en Francia, el vecino de España, la muerte de un profesor de historia degollado por un fanático musulmán que no acepta la separación de Iglesia y Estado y cree, practica y pretende imponer a los demás que su ley, el Corán, está por encima de las leyes de Francia, que le ha dado alojamiento; y provocó una clara y contundente declaración del presidente Macrón poniendo las leyes de Francia (separación de Iglesia y Estado) por encima del Corán.

No sabemos las razones que indujeron a este joven o más bien a sus padres o quizá a sus abuelos, a emigrar hacia Francia y no a un país musulmán, a Irán por ejemplo, de donde también Francia recibió hace más de cuarenta años al ayatola Jomeini (a quien no querían ni en Turquía ni en Irak, países musulmanes) que hoy tiene su réplica en el también ayatola Kamenei. Lo que sí parece evidente es que si se trata de imponer por encima de las leyes de Francia el Corán estamos en presencia de una nueva “guerra santa”.

Pablo Iglesias lleva el mismo nombre de Pablo Iglesias muerto en 1925 once años antes de iniciarse la guerra civil española, a quien presumo bisabuelo o más bien tatarabuelo del actual Pablo, y quien figura entre los primeros militantes comunistas en España y a riesgo de ser desmentido por el tataranieto, me atrevo a afirmar que a buen seguro no abonaría los fusilamientos de La Cabaña de Castro y Guevara, como tampoco el degollamiento del profesor de historia en Francia y vería con mucho recelo ese contubernio de los neocomunistas con los islámicos, pues si ellos como buenos comunistas abrazaron el ateísmo contra la España católica, no fue para adoptar el islamismo llegado a España mucho más de medio milenio después de Santiago. Me parece oírle a Pablo Iglesias, el viejo, algo así como “por estar en contra de la monarquía, no es que me voy a manifestar a favor de los musulmanes en la toma de Granada y en contra de Isabel, o a favor de Napoleón en contra del imbécil de Fernando VII”.

 

 

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