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Pacto histórico de Meloni y Von der Leyen con Egipto contra los flujos migratorios

Se firma en El Cairo un acuerdo de 7.500 millones de euros. La primera ministra italiana anuncia una «alianza internacional para luchar contra los traficantes de personas»

Meloni se reúne con Al Sisi en El Cairo EFE

 

Es una reunión histórica para las relaciones entre Egipto y la Unión Europea. Me siento orgullosa del papel jugado por Italia para lograr este objetivo: una asociación estratégica entre Egipto y la UE», ha dicho la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en la cumbre UE-Egipto celebrada este domingo en El Cairo. Meloni, que ha hecho de la inmigración una cuestión nacional, ha situado a África entre las prioridades de su política exterior y de la agenda del G-7 que preside en este año. Un país clave para el Gobierno de Meloni es Egipto: no sólo por la función de mediación que ejerce en el conflicto entre Israel y Hamás, sino también por el papel que puede desempeñar en la gestión de los flujos migratorios hacia Europa procedentes de África, y para garantizar el suministro de energía.

Meloni y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han firmado con el presidente egipcio, Abdel Fatah Al Sisi, un paquete de ayuda de 7.400 millones de euros hasta 2027 para sostener su economía, en grave crisis. El verdadero objetivo de la misión europea, de la que formaban parte el presidente de turno del Consejo Europeo, el belga Alexander De Croo; el primer ministro griego, Kiriakos Mitsotakis; el canciller austriaco, Karl Nehammer; y el presidente de Chipre, Nikos Christodoulidis, quedó reflejado en la declaración conjunta: «La Unión Europea y Egipto seguirán cooperando para apoyar los esfuerzos de Egipto con el objetivo de acoger a refugiados, y ambas partes se comprometen a proteger los derechos de los inmigrantes y refugiados».

En Egipto, hay casi nueve millones de inmigrantes de diversas nacionalidades, y el 80 por ciento procede de cuatro países: Sudán, Siria, Yemen y Libia. A su vez, Egipto es también un país de emigrantes: 11.072 egipcios llegaron a Italia por mar en 2023, principalmente desde Libia. «Estamos trabajando para lanzar una alianza internacional para luchar contra los traficantes de personas», dijo Meloni. El acuerdo con Egipto está en línea con el firmado anteriormente por Italia y la UE con Túnez para evitar la inestabilidad económica y la inmigración irregular. «Esta iniciativa es la mejor manera de afrontar el flujo migratorio», ha explicado Meloni. De hecho, desde octubre hasta hoy, las llegadas a Italia han disminuido en un 70% con relación al mismo periodo del año precedente.

Al margen de la reunión Egipto-UE, Meloni y Al Sisi han mantenido un encuentro bilateral, con firma de una serie de acuerdos sobre inversiones y colaboración en los sectores de la salud, agricultura, educación y formación, además de apoyo a las pequeñas y medianas empresas. Según ‘Político’, el influyente periódico digital estadounidense en su edición europea, el resultado del viaje a Egipto es una señal de la «posición de liderazgo entre las fuerzas de derechas de Europa y su papel clave en la configuración de la trayectoria de la UE para que gire hacia la derecha en materia de inmigración».

Bomba social y económica

La amplia composición de la delegación europea a El Cairo demuestra el temor generalizado de que una bomba social y económica puede estallar en Egipto si no recibe ayuda. Para apuntalar su economía, el Fondo Monetario Internacional aprobó, hace unos días, un programa de préstamos de 8.000 millones de dólares (7.342 millones de euros).

Egipto, un gigante frágil de 112 millones de habitantes, sufre una crisis sin precedentes, con una deuda gigantesca y una inflación del 40%, y la de algunos productos alimentarios supera el 70%. Los habitantes de los inmensos suburbios malviven gracias al pan subvencionado y con menos de dos euros al día. Aparte de los problemas internos, la estabilidad de Egipto se ve amenazada en tres frentes, al ser un país situado entre la Libia dividida y en conflicto permanente, el Sahel con golpes de Estado en serie, como el de Níger en julio 2023; y con la guerra entre Israel y Gaza a sus puertas. El Cairo rechaza la idea del Gobierno israelí de desplazar a la península del Sinaí un gran número de los 2,3 millones de habitantes de Gaza y mantiene cerrada su frontera.

Este frente se ve agravado por los hutíes, los rebeldes yemeníes apoyados por Teherán, con sus ataques a la navegación el Canal de Suez -una sus fuentes más importante de divisas-, lo que ha reducido sus ingresos en un 50%, Por el sur, en el atormentado Sudán por la guerra civil que estalló en abril 2023, más de nueve millones de personas ya se han visto obligadas a abandonar sus hogares, según la agencia de refugiados de la ONU (Acnur).

Desde la izquierda, en el Parlamento europeo y en Italia, se ha criticado duramente el viaje de Meloni y Von der Leyen a Egipto, por conceder fondos a un país que «viola sistemáticamente los derechos humanos». Precisamente, el viaje de Meloni a El Cairo se produce en vísperas del inicio del juicio a cuatro policías egipcios acusados de secuestrar, torturar y matar en el 2016 a Giulio Regeni, estudiante italiano de doctorado, un caso que conmocionó a la opinión pública italiana. La oposición ha considerado responsable al presidente Al Sisi de encubrir a los cuatro agentes de la Seguridad Nacional, acusados de la muerte del Giulio Regeni.

La visita de Meloni a Egipto se encuadra en su gran proyecto para África

Plan para África

La visita de Meloni a Egipto se encuadra en su gran proyecto para África, denominado el Plan Mattei, que adopta el apellido del histórico fundador de la multinacional de la energía ENI. Entre sus objetivos está frenar los flujos migratorios. La primera ministra italiana lo presentó en Roma, a finales de enero, en la cumbre Italia-África, con la participación de 46 países, en su mayoría representados por sus jefes de Estado o primeros ministros.

No fue casual que el pasado viernes Meloni reuniera a la comisión de control del Plan Mattei, que cuenta con 5.500 millones de euros, entre créditos, operaciones de donación y garantías, para proyectos concretos en nueve países: Egipto, Marruecos, Argelia, Túnez, Mozambique, Costa de Marfil, República del Congo, Etiopía y Kenia. En un continente de 1.300 millones de habitantes, Italia pretende, según Meloni, ser «pionera en un objetivo ambicioso en África, escribiendo una nueva página con un nuevo enfoque y una relación de igual a igual, lejos de cualquier tentación depredadora o caritativa».

El ex primer ministro Mario Draghi abrió el camino con varios viajes a países africanos para firmar acuerdos de suministro de gas y petróleo, en sustitución de las importaciones de Rusia. Meloni ha profundizado esa relación, eliminando ciertos prejuicios arraigados en la opinión pública, como el de la pobreza africana: «La cooperación que queremos establecer con los países africanos tiene en cuenta que África no es un continente pobre. Actualmente posee el 60% de los metales y las tierras raras, el 60% de las tierras cultivables, un continente que experimenta un fuerte crecimiento demográfico y, por tanto, también con un enorme potencial de capital humano».

Hace ya al menos quince años que China se percató del potencial de abundantes y diversificados recursos naturales en África, un continente que crece más que cualquier otra parte del mundo; el más joven y el que más rápidamente se está urbanizando. Después de China llegaron Rusia, India, Arabia Saudita y Emiratos Árabes, sin olvidar a Estados Unidos como fuente de ayuda económica, mientras era evidente el declive de la influencia de Francia. Las potencias occidentales corren el riesgo de perder terreno. De ahí el Plan Mattei que comprende seis grandes áreas de intervención – la educación y formación, sanidad, seguridad alimentaria e hídrica, agricultura, energía, infraestructuras-, para el que Meloni busca la cooperación europea, como ha ocurrido con Egipto. Con el Plan Mattei, Meloni pretende también que Italia sea el centro de una gran red de distribución de energía a Europa.

Hace ya al menos quince años que China se percató del potencial de abundantes y diversificados recursos naturales en África

La ambición de Meloni

La visita de Meloni y Von der Leyen a El Cairo es seguida con interés en la UE, porque Europa está en abierta campaña electoral. Es el octavo viaje que realizan juntas, con una relación es excelente. La alemana pretende ser reelegida presidenta de la Comisión Europea tras las elecciones al Parlamento de Estrasburgo en junio.

Von der Leyen podría tener necesidad del apoyo de la líder de Hermanos de Italia para obtener una mayoría cualificada a favor de un segundo mandato. Pero Meloni, que está gobernando con pragmatismo y gran ambición, sigue la tradición diplomática italiana de jugar en bandos opuestos, según ‘Politico’. Es decir, por un lado se muestra muy atlantista, a favor de Ucrania, y al mismo tiempo establece relaciones con los republicanos de Donald Trump. Incluso el diario liberal ‘Il Foglio’ precisa que la líder de Hermanos de Italia está construyendo relaciones directas con el candidato republicano. El último contacto ha sido reciente -añade-, pero la orden del Palacio Chigi, sede de la jefatura del Gobierno, es clara: «Ciertas cosas se hacen, pero no se deben saber».

 

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