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Patricio Navia: La mejor opción para tiempos de crisis económica

Porque el coronavirus ha instalado la crisis económica en Chile a una intensidad mucho mayor que cuando se produjo el estallido social de octubre, parece razonable creer que las opciones electorales de los partidos y candidatos de derecha irán mejorando en los próximos meses.

Porque la izquierda en general se ha centrado en demandar una mejor distribución de los ingresos y de la riqueza y no ha articulado un discurso coherente y convincente para producir mayor crecimiento y riqueza, la crisis económica que se viene producto de la respuesta mundial a la pandemia del coronavirus será electoralmente costosa para la izquierda. Como una orquesta que se ha especializado en tocar música alegre, la izquierda no tendrá un mensaje para ofrecer a la ciudadanía ahora que se acercan años de vacas flacas.

Hay un viejo dicho estadounidense —popularizado por el propio Benjamin Franklin— que dice que lo único cierto en la vida son la muerte y los impuestos. Ahora que la democracia representativa se ha instalado como the only game in town en las sociedades modernas, se pudiera argumentar que hay tres cosas inevitables: la muerte, los impuestos y las elecciones. Aunque la pandemia del coronavirus ha hecho que muchas cosas cambien y que rápidamente nos hayamos acostumbrado a cosas que antes imaginábamos como imposibles, parece razonable suponer que, más temprano que tarde, la sociedad recuperará algunas de sus costumbres modernas y volveremos a tener elecciones.

De hecho, entre octubre de 2020 y diciembre de 2021, los chilenos tendremos siete oportunidades para ir a votar. El 25 de octubre se realizará el plebiscito de entrada para el posible proceso constituyente. El 29 de noviembre se realizarán las elecciones primarias para alcaldes y gobernadores. El 11 de abril de 2021 se llevarán a cabo las elecciones de alcaldes, concejales y gobernadores —y, de ser el caso, las de los miembros de la convención constituyente. El 2 de mayo se realizarán, en caso de ser necesarias, las segundas vueltas para las elecciones de gobernadores regionales. El 4 de julio de 2021 se realizarán las primarias presidenciales y legislativas en las coaliciones que opten por escoger candidatos de esa forma. El 21 de noviembre, se realizarán las elecciones presidenciales y legislativas y el 19 de diciembre, en caso de ser necesario, la segunda vuelta de la elección presidencial.

Mientras más a menudo tenemos que ir a las urnas a votar, más preocupados debiéramos estar sobre la salud de la democracia.

El abultado calendario electoral coincidirá, si es que las preferencias que marcaban las encuestas hasta antes de la pandemia se mantienen, con el proceso constituyente. Después de que sus miembros sean electos el 11 de abril, la convención constituyente comenzará a sesionar a comienzos de mayo de 2021. Por eso, las deliberaciones de la constituyente coincidirán con la campaña presidencial. Es más, cuando asuma el próximo gobierno en marzo de 2022, la convención constituyente todavía estará sesionando. El plebiscito de salida, en que los chilenos voten por aceptar o rechazar la propuesta de nueva constitución, se realizará probablemente en mayo de 2022, cuando el nuevo gobierno ya cumpla 3 meses en el poder.

Por cierto, tener tantas elecciones es una receta para que aumente la abstención y el desinterés en política. De hecho, las elecciones debieran ser como las visitas a los controles médicos: ocasionales y espaciadas. Mientras menos importancia le tengamos que dar a las cuestiones médicas, mejor señal de que estamos de buena salud. Lo mismo ocurre con la democracia. Mientras más a menudo tenemos que ir a las urnas a votar, más preocupados debiéramos estar sobre la salud de la democracia.

Con todo, la excesiva cantidad de elecciones que tendremos entre fines de 2020 y fines de 2021 obligará a los partidos a articular mensajes que le hagan sentido a un electorado que estará en busca de dirección y liderazgo.  Aunque todos prometerán construir un mejor país, esta temporada de campaña estará marcada por el difícil momento económico por el que atravesará el país. La percepción de que estaremos peor de lo que estábamos hace dos años presentará desafíos complejos para una clase política que se había acostumbrado a hacer campaña en un país que siempre estaba mejor que antes. Ahora, muchos chilenos comenzarán a sentir nostalgia por el pasado. No faltarán los que prometan un make Chile great again.

Como la crisis económica será la principal preocupación de la gente, los candidatos y partidos deberán articular mensajes que sean coherentes y creíbles en materia económica. Ahí, la derecha chilena corre con ventaja. Mientras la izquierda se ha centrado en años recientes en prometer redistribución, la derecha ha articulado un mensaje más centrado en la promoción del crecimiento y la creación de empleo.

Con altos niveles de desempleo y complejos desafíos económicos, la temporada electoral que se viene pondrá a prueba la factibilidad de la plataforma electoral de la izquierda. Cuando la gente no tiene empleo, el discurso ganador siempre es que el se centra en la creación de riqueza y de oportunidades de trabajo. En esa dimensión, la derecha corre con una ventaja clara sobre la izquierda. Porque el coronavirus ha instalado la crisis económica en Chile a una intensidad mucho mayor que cuando se produjo el estallido social de octubre, parece razonable creer que las opciones electorales de los partidos y candidatos de derecha irán mejorando en los próximos meses.

 

 

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