Periscopio Chile: Una evidencia más de la desigualdad e inequidad
A pesar de la cuarentena, del Covid-19, miles de chilenos y chilenas salieron a las calles el viernes 01 de mayo, Día Internacional del Trabajo, a levantar las banderas de lucha por un trabajo digno, ahora más que nunca ya que muchas empresas se han acogido a la Ley de Protección del Empleo, que les permite dejar de pagar el sueldo a sus trabajadores.
Justo el 30 de abril, el último día hábil de abril, antes del día del trabajador en el mundo, la junta de accionistas de Cencosud, dueña de las multi tiendas Paris, Johnson y Eurofashion, entre otras empresas, hizo oficial la repartición del 80% de sus utilidades a sus accionistas, equivalente a más de $91.360 millones pesos chilenos.
La cuestionada ley permite suspender el pago de sueldos a los trabajadores, pero esta ley se promovió para los pequeños microempresarios como restaurantes, almacenes, fábricas o tiendas que se enfrentaban a la quiebra o a despedir a todo el personal que trabaja allí. Pero, la ley también incluye a grandes empresas o holdings, como es el caso de Cencosud, propietario de la tercera mayor fortuna de Chile, según Forbes. Su dueño, el conocido por sus grandes tiendas como los hipermercados Jumbo y las multi tiendas Paris o Johnson, Horst Paulmann, con un patrimonio de tres mil millones de dólares.Es así, como una vez más, las leyes en Chile tienen vacíos legales, y esta vez la ley no reguló la repartición de utilidades, ni el sueldo de honorarios a los directores de las empresas. En efecto, en la junta de accionistas del pasado 30 de abril, se aprobó pagos mensuales de hasta $ 12.626.442 pesos chilenos a los miembros del directorio y a su comité.
Este mismo día, con bombos y platillos, como dice el dicho, el holding Cencosud anunció que el ex – ministro de Hacienda de Sebastián Piñera, Felipe Larraín, se incorpora a su directorio. Antes el ex – ministro había trabajado en el holding del grupo Angeli, otra de las fortunas más ricas de Chile.
Nosotros siempre decimos que: “esto pasa solo en Chile”, y así lo demuestran las cifras por ejemplo de desigualdad o de inequidad; por lejos somos el país con mayor inequidad y desigualdad. Chile fue el primer país que privatizó el sistema de pensiones, 40 años después los resultados son muy negativos y produjeron un estallido social el pasado 18 de octubre. El 82 por ciento recibe pensiones inferiores a un salario mínimo. Por eso, los chilenos y chilenas no solo protestamos contra la concentración de los ingresos, sino por las pensiones y la falta de acceso a derechos constitucionales que no están garantizados en Chile como es la salud, educación y otros servicios sociales.
En ese sentido, esta pandemia en Chile, el Covid 19, no hizo otra cosa que visualizar lo que se negaba durante el estallido social, el pasado 18 de octubre, cuando Chile despertó, con protestas masivas por los miles de abusos por más de cuarenta años.
Esta claro que nadie nos salvará de una recesión económica en Chile, y muchos piensan que estamos en condiciones de resistir la debacle, que una vez más pagarán la clase media y los más pobres. Chile tiene una fortaleza fiscal e instituciones económicas sólidas construidas hace más de 30 años, construidas en los gobiernos de la Concertación, en los años 90.
Pero el gobierno no ha sabido dar señales afortunadas ni menos certeras cuando se trata de hablar de economía, al contrario; asusta a las personas al decir que, tendremos una recesión económica, y que por eso no podemos ir a votar el 25 de octubre al plebiscito que esta programado para poder cambiar la constitución, pero sí podemos ir a los shoppings a comprar.
Esta señal es contradictoria y genera incertidumbre y, por sobre todo, desconfianza.
Uno de los principales desafíos que tiene Chile es reformar las pensiones. Uno de los principales temas que el estallido social evidenció aún más. Si esto no se resuelve, las consecuencias sociales y, por sobre todo, políticas pueden ser abismantes y muy negativas para Chile.
