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Periscopio La Habana: “Odiadores y Confundidos” … cubanos entre mitos y realidades

 

Haciéndome eco de un excelente escrito anónimo -al menos para mí- que leí recientemente y confirmando el siempre acertado criterio de la sabiduría popular, me tomo la libertad de compartirlo ampliando su contenido con algunos comentarios propios.

Sin dudas la temática central del presente análisis tendrá resonancia en la conciencia de muchos compatriotas cubanos al sentirse identificados con el enfoque que se emplea para responder a ese estigmatismo que cada vez, con mayor frecuencia, la Junta Militar Castro-Comunista utiliza para catalogar de «Odiadores y Confundidos» a toda persona o grupo que tenga la osadía de manifestar públicamente cualquier disgusto y/o desacuerdo con la política impuesta desde el “diminuto” centro de poder imperante en Cuba.

Realmente es fácil darnos cuenta de cuanto daño ha causado a lo largo de seis décadas un adoctrinamiento miserable e hipócrita, imponiendo un mensaje de igualitarismo ridículo, culpando al vecino imperial del norte de un “bloqueo” inexistente, impidiendo toda posibilidad de crecimiento económico donde no puedan controlar los beneficios.

Por lo antes expuesto es que necesitan tildar de “Odiadores y Confundidos” a quienes cansados de su manipulación alzan su vos reclamando las libertades necesarias deseando despertar de la pesadilla Castro-Comunista; para comprender la esencia del problema debemos remitirnos a las razones de fondo.

Nos llaman “Odiadores” porque desde un inicio nos enseñaron a odiar y menospreciar a nuestros semejantes, odiar al creyente religioso que defendía la fe ante el materialismo dialéctico, odiar al vecino que escuchaba música en inglés porque se consideraba diversionismo ideológico, odiar al compañero de trabajo que, aún cumpliendo con su labor, no participara en las actividades políticas. Incluso nos hicieron odiar a ese familiar de cualquier lazo que emigrara a los Estados Unidos, un verdadero sacrilegio a la familia cubana; había que odiar a cualquier persona que se negara a pertenecer a la UJC o al PCC, odiar a quienes criticaran cualquier medida aberrante dictada por la Dirección de la Revolución, odiar, humillar y reprimir sin piedad a los homosexuales sin importarles el ser humano, debíamos odiar a quienes hacían amistad con extranjeros para evitar la contaminación capitalista, al final era imprescindible enseñarnos a odiar todo lo que viniera del norte imperialista, la consigna era “odiar” entre muchas cosas más.

Ahora nos llaman “Confundidos”, y cómo pretender que no lo estemos, me pregunto, será tan profunda su prepotencia y arrogancia que les impide analizar la génesis de tanta confusión, me vuelvo a preguntar. Quizás debamos explicarles las implicaciones de tanto odio y resentimiento que nos han inculcado desde su maléfica doctrina comunista que ha dado origen a tantos “Confundidos”.

De pronto un buen día nos visitó su “Santidad el Papa” y ofició misa al pueblo cubano en la icónica Plaza de la Revolución en presencia de la máxima dirección del país, sentados en primera fila, con una cínica actitud de conveniencia y amnesia total de un pasado de sometimiento y odio a los creyentes; de pronto la religión dejó de ser tabú para convertirse en moda.

Como por arte de magia un día el “dólar estadounidense” dejó de ser ideológicamente inaceptable para convertirse, sin explicación alguna, en el centro de atención de todo tipo de negocio que la Junta Militar Castro-Comunista promoviera, dejando en el olvido a todos los que el odio condenó a prisión por tener “un dólar” en su poder.

Aumenta nuestra confusión cuando descubrimos que ahora los extranjeros, incluyendo los estadounidenses, se convirtieron en nuestros “Reyes Magos”, los más queridos y mejor recibidos en nuestra Cuba por su condición de proveedores. Esta confusa condición también aplica para nuestros familiares y amigos que emigraron con las  etiquetas del odio impuesto como gusanos y escorias pero que ahora les perdonamos y se convierten en nuestros salvadores al devolvernos los “huevos” que antes se les tirara.

El odio acérrimo a los homosexuales se esfumó, creando confusión y permitiendo que las puertas de los closet en la isla se abrieran sin temor pues ya no serían lacras, ahora serían tratados como personas normales, se les respetaría e incluso se les daría privilegios exclusivos. De igual modo el cabello largo, que antes era símbolo del odiado “diversionismo ideológico» resultó permitido, aprobado y hasta moda cuando “confusamente” se convirtió en el estilo de un ministro del Estado comunista.

Pero aún hay más razones para estar “Confundidos”; resulta que ahora la solvencia económica se representa sin pudor por el poder adquisitivo del individuo, actitud que reprochamos y odiamos porque nos impusieron la solvencia moral como signo meritorio  de una sociedad socialista.

Reconozco que para cualquier cubano debe ser extremadamente confuso comprender dónde radica la lógica de odiar, nada han solucionado, la realidad que vive el pueblo dista mucho de lo que se intenta hacer. Confunde mucho ver cuando se reúnen en la televisión nacional las personas que supuestamente cuentan con determinadas aptitudes y conocimientos económicos para implementar las medidas y soluciones que resuelvan los acumulados y crecientes problemas que afectan a la población cubana, pero lamentablemente cada día se avanza menos y más graves dificultades surgen.

Y qué decir de aquellos que aún no superan estar absolutamente “Confundidos” y que no logran entender cómo es posible que a pesar del llamado «bloqueo malvado y tenaz» a que está sometida Cuba se puedan comprar paquetes de pollo que dicen claramente ser de origen “Made in USA”.

Sin dudas son tantas contradicciones que se hace imposible no haber sido «Odiadores”, y ahora una sociedad de “Confundidos».

Pero realmente los verdaderos “Odiadores” en esta historia, en la historia de nuestra Cuba, son aquellos que no permiten críticas ni sugerencias, los que acallan violentamente a su pueblo con su poder desmedido ante cualquier manifestación de desacuerdo con ellos, esos que se empeñan en clasificarnos y ponernos unos contra otros, pueblo contra pueblo, esos son los verdaderos “Odiadores”.

Al final ellos están más “Confundidos” que nosotros porque creen que su tiranía será eterna, piensan que a pesar de ir a la escuela, seguimos analfabetos y no tenemos capacidad para analizar, creyendo ciegamente en las fábulas que nos inventan, que arreglarán el desastre que han creado y olvidaremos el daño generacional que ocasionaron con tantos cuentos y sueños mal contados.

Ahora estamos conscientes de que la solución a nuestro problema como nación, como cubanos, es alcanzar la “Libertad” para reconstruirnos desde la paz y el respeto mutuo.

 

 

 

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