Peronismo, capital Córdoba
La abrumadora reelección del gobernador Schiaretti le convierte en jefe moral de los peronistas moderados
El gobernador de Córdoba, el peronista Juan Schiaretti, fue reelegido el domingo. Logró la victoria con un porcentaje amplísimo, el 54% de los votos, frente al 18% de Mario Negri y al 11% de Ramón Mestre, ambos de la Unión Cívica Radical y aliados del presidente Mauricio Macri. El resultado coloca a Schiaretti como figura principal del peronismo no kirchnerista y como posible candidato a la presidencia.
Córdoba fue tradicionalmente un bastión radical y en las pasadas elecciones presidenciales votó a Macri. Pero ha dado un vuelco. El peronismo mantiene con Schiaretti la gobernación de la provincia, y gana además la Intendencia de la ciudad, la segunda en importancia del país, y la Cámara provincial, donde ocupará 51 de los 70 escaños. El resultado electoral se debe, en parte, a la popularidad de Schiaretti. En parte, a la división de los radicales, que presentaron dos candidatos. Y en parte también, al desánimo generalizado ante la gestión presidencial de Macri, marcada por la recesión, la inflación y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios.
Schiaretti se ha convertido, en la práctica, en jefe de Alternativa Federal, el bloque de gobernadores y dirigentes peronistas que intentan ocupar el espacio de centro entre Cristina Fernández de Kirchner, por un lado, y Mauricio Macri, por otro. El líder de Alternativa Federal es Sergio Massa. Pero ni Massa ni los demás (Juan Manuel Urtubey, Roberto Lavagna, Miguel Ángel Pichetto y otros) tienen lo que tiene Schiaretti: una base de poder ejecutivo en una provincia de gran importancia.
Los gobernadores del peronismo moderado preparan una reunión en los próximos días para alcanzar un acuerdo sobre qué hacer. Las listas electorales para las primarias del 11 de agosto deben presentarse el 22 de junio, y Alternativa Federal aún no ha decidido si celebrar primarias (el ex ministro Roberto Lavagna quiere que le designen por aclamación) y, de celebrarlas, si limitar su alcance a su propio grupo o ampliarlas al kirchnerismo, con la ex presidenta como presumible candidata. Tienen que elegir, para empezar, si concurrir a las presidenciales como bloque centrista o intentar aglutinar a todo el peronismo, con el riesgo de fracasar frente a Cristina Fernández de Kirchner.
Juan Schiaretti calla por el momento. El gobernador de Córdoba mantiene mejor relación con Mauricio Macri, a quien conoció cuando ambos trabajaban en empresas privadas, que con Cristina Fernández de Kirchner. De hecho, Schiaretti y Macri han colaborado de forma fluida desde que el segundo accedió a la presidencia, pese a las diferencias ideológicas. Y Macri le felicitó por su rotunda victoria del domingo. El gobernador cordobés, que en febrero se sometió a cirugía cardiovascular, quiere tantear el terreno antes de tomar decisiones. La opción centrista, en torno al peronismo moderado y quizá con el añadido de sectores que han respaldado a Macri y no desean seguir haciéndolo, es de alto riesgo: los sondeos indican, hoy por hoy, que en la primera vuelta de las presidenciales esa “tercera vía” quedaría aplastada entre los dos extremos, representados por Macri y Kirchner, y no pasaría el “ballotage”.
Pero los sondeos no reflejan la hipotética presencia de Schiaretti como candidato o, al menos, como “hacedor de reyes”. Y dejan entrever la posibilidad de que el macrismo siga cayendo y se abra la opción de una segunda vuelta entre peronistas moderados y kirchneristas. Cambiemos, la coalición de Macri, ha perdido ya en lo que va de año tres elecciones a gobernador (Córdoba, Neuquén y Río Negro) y cuatro primarias (Chubut, Entre Ríos, Santa Fe y San Juan), lo que refleja su fragilidad.
En la Casa Rosada subrayan que las elecciones provinciales son distintas a la elección presidencial. Es cierto. También es cierto que Cambiemos ha ofrecido una imagen de absoluta desunión en Córdoba, con dos candidatos radicales, ningún candidato macrista, y la volcánica diputada Lilita Carrió, líder del pequeño partido Coalición Cívica, lanzando en todas direcciones declaraciones intempestivas. Por otra parte, dicen que el votante de Schiaretti en Córdoba se siente más cercano a Macri que a Kirchner, aunque algunos sondeos señalan que hasta el 40% de quienes respaldaron al gobernador el domingo tienen intención de votar a la ex presidenta en octubre.