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Políticos, afuera

«Se restringe la atención a políticos y funcionarios jerárquicos».

(Del dueño de locales gastronómicos en Bariloche, harto de las pérdidas económicas generadas por la cuarentena.)

 

Basta. No entran más. Se quedan afuera. Estamos hartos de que el sector privado sea el único que paga los costos de la cuarentena. Si tienen frío, que se compren un poncho. Si tienen sed, que se hagan un jugo de nieve.

Si los carteles pudieran hablar, eso diría la prohibición impuesta por el empresario José Sojo a políticos que quieran ingresar a sus locales gastronómicos en Bariloche. Con una excepción: solo pueden acceder aquellos funcionarios que donan el 25% de sus salarios, como resignan los trabajadores de ese sector comercial en el distrito.

La medida de Sojo tiene tanto de alegórica como de predictiva. ¿Qué pasaría si detrás de cada mostrador de los miles y miles de comercios que viven a pura pérdida como consecuencia del aislamiento social obligatorio, se irguiera un pichón de Sojo? ¿Si los políticos tuvieran vedado no solo el chocolate con churros al pie del Catedral, sino el corte de pelo (zafarían Rodríguez Larreta Telerman ), el cambio del cuerito de la ducha, la sesión con el psicólogo y el turno con el podólogo; si el quiosquero les negara los cigarrillos; el estacionero, la nafta, y el camión de residuos no solo no les recogiera la basura, sino que se las tirara en la puerta de sus casas?

Que no se entienda que estamos propiciando vendettas, porque eso no es bueno y nos dejaría más solos que ojo de cíclope.

Imaginemos si a lo largo de nuestra historia les hubiésemos cortado los servicios a los que nos llevaron a la hiperinflación, a los que nos prometieron la revolución productiva, la erradicación de la pobreza y el modelo de acumulación con matriz productiva diversificada con inclusión social. Si hubiéramos tomado venganza del fracaso de la convertibilidad, del ahorro forzoso, de los defaults, de la nacionalización de los depósitos bancarios, de la presión tributaria récord, de la ley 1050, del plan Quinquenal, del Bonex, del Primavera y del Austral?

Pensándolo bien, Sojo debería aflojarle al castigo. Van a terminar multándolo como le pasó a Ariel Suárez, el remero olímpico que se ligó que le labraran un acta por salir a entrenar en cuarentena, solo con su alma y con su bote, en medio del río y a años luz de otro ser humano.

¿¡Cómo!? ¿Que a Moyano no le hicieron nada cuando violó el aislamiento para boicotear a Mercado Libre?

¡Traigan a Sojo! ¡Y cierren la 8!

 

 

 

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