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Polonia levantará un muro en su frontera con Kaliningrado por razones de «seguridad nacional»

Colocará una barrera de espino a lo largo de más de 200 kilómetros hasta que realice la construcción, ante el riesgo de un «ataque híbrido ruso»

.        Soldados polacos instalan alambre de espino a lo largo de la frontera con la ciudad rusa. EFE

Polonia ha comenzado a levantar una barrera en su frontera de más de 200 kilómetros con el enclave ruso de Kaliningrado. Según ha confirmado el ministro de Defensa, Mariusz Blaszczak, se trata de un recinto de alambre de púas de 2,5 metros de alto y tres metros de ancho, con vocación de terminar convirtiéndose en muro.

«Para nosotros es muy importante que esta frontera sea rígida», ha explicado Blaszczak, que justifica la nueva estructura fronteriza por motivos de «seguridad nacional». El viceministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Pawel Jabłoński, ha sido más preciso sobre las causas de la decisión y ha hablado en una rueda de prensa en Varsovia del «riesgo de sufrir una amenaza híbrida rusa», que según los datos de que dispone el Estado polaco «es bastante alto». «Polonia debe estar preparada para todos los escenarios (…) incluido un nuevo ataque en sus fronteras como el que que tuvo lugar hace un año desde Bielorrusia«, ha dicho.

Se refiere a que, en la segunda mitad de 2021, Bielorrusia permitió que miles de migrantes de Asia y África se concentraran en la frontera con Polonia e intentaran cruzar ilegalmente, lo que fue calificado como «guerra híbrida instigada por Minsk». Jabłoński asegura ahora que, según información confirmada por Moscú, en las últimas semanas han comenzado a operar rutas aéreas comerciales que trasladan pasajeros desde países asiáticos y africanos al enclave ruso de Kaliningrado cuyo objetivo final es entrar en Polonia y en territorio Schengen.

«Polonia está tomando medidas para limitar esta amenaza durante mucho tiempo«, ha explicado la motivación del gobierno. Jabłoński ha declarado además que »Rusia llevará a cabo acciones agresivas contra los estados que apoyan a Ucrania« y que »Polonia es un país líder en este apoyo«, por lo que debe extremar las medidas de protección.

También el viceministro polaco Wojciech Skurkiewicz se ha referido en público a que Polonia, a raíz de la información proporcionada por servicios de inteligencia amigos,«teme que haya intentos de acción híbrida para desestabilizar la frontera entre Polonia y la región de Królewiec», que es el nombre polaco de la provincia rusa de Kalinningrado y, dado que esta es la frontera exterior de la Unión Europea, así como de la Alianza del Atlántico Norte, Polonia tiene la responsabilidad de protegerla. Y el presidente polaco, Andrzej Duda, apoya »todas las iniciativas que conduzcan a una mayor seguridad en Polonia y sus ciudadanos«, según ha confirmado un portavoz del jefe de Estado.

El país se prepara para tiempos de guerra

En todos los sentidos, Polonia se está preparando para tiempos de guerra: el ejército del país duplicará su tamaño en los próximos años bajo el lema de «entrenar con el ejército». En la ciudad de Deblin, los soldados enseñan a disparar, lanzar granadas de mano y sobrevivir en el frente a tantos civiles como voluntariamente quieran recibir formación militar.

A pesar de que políticamente Polonia es un país dividido, ambos bandos están en gran medida de acuerdo tanto en lo que respecta a la amenaza como a la solidaridad con Ucrania. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 1,7 millones de refugiados ucranianos están actualmente registrados en Polonia.

El esfuerzo económico de la operación de acogida ha dejado, de hecho, las arcas vacías y el gobierno se ha visto obligado a decretar que, a partir del 1 de febrero, los refugiados que permanezcan en Polonia durante más de 120 días tendrán que pagar el 50% de su manutención, un máximo de 13 euros al día, medida de la que quedan excluidos menores de edad, mujeres embarazadas, jubilados o personas sin recursos.

El gobierno polaco ha llegado además a un acuerdo con el grupo estadounidense Westinghouse para la construcción de la primera central nuclear en Polonia, un contrato por valor de unos 20.000 millones de dólares. Se ha inclinado por la americana, descartando proyectos rivales de la francesa EDF y la surcoreana KHNP. Para este primer proyecto, «hemos optado por la tecnología americana.

Es la tecnología más avanzada y segura», ha señalado el primer ministro Mateusz Morawiecki, que lanza así una clara señal a Rusia y también a Alemania. La planta, ubicada en Lubiatowo-Kopalino, cerca de Choczewo, estará operativa en 2033 y será la primera de tres centrales nucleares de tres reactores cada una, con una potencia global máxima de 15 GW, lo que representaría en torno al 30% del consumo energético del país.

 

 

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