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Presupuesto de Trump elimina ayudas a Cuba y Venezuela

El Director de Presupuesto Mick Mulvaney habla a los medios de comunicación sobre el presupuesto federal 2018 propuesto por el Presidente Donald Trump en la Sala de prensa de la Casa Blanca en Washington, el martes 23 de mayo de 2017. Andrew Harnik AP

La primera propuesta presupuestaria del presidente Donald Trump, que se presentó el martes, incluye un sustancial recorte a la ayuda exterior a Latinoamérica, con reducciones a la asistencia proporcionada a todos los países del continente.

El desglose país por país del presupuesto para el año fiscal 2018 muestra recortes en todas las naciones de la región, y elimina las partidas dedicadas a Cuba, que en el año fiscal 2016 recibió $20 millones; y a Venezuela, que ese año obtuvo $6,5 millones y esta vez no tiene fondos específicos.

No obstante, a los fondos para cada país deben sumarse las cantidades dedicadas a los programas de seguridad, democracia, lucha contra el narcotráfico o inmigración, que tienen cuentas conjuntas para todo el continente y reparten fondos según se juzgue necesario.

“Hay una reducción, pero aún así se está dando prioridad a los programas centrados en complicar la actividad de las organizaciones criminales trasnacionales, fortalecer la seguridad fronteriza y combatir la corrupción”, dijo el director de la oficina de ayuda exterior del Departamento de Estado, Hari Sastry, en una conferencia de prensa telefónica.

El presupuesto debe ser aprobado por el Congreso y podría sufrir cambios, concede $37,600 millones al Departamento de Estado, de los cuales $1,093 millones van a parar a las operaciones en el continente americano y el Caribe, un descenso de $614 millones respecto al año fiscal 2016.

De salir adelante este presupuesto, México recibiría $87,7 millones, un recorte del 45,3 por ciento con respecto al año fiscal 2016, cuando obtuvo $160,1 millones.

El recorte a Centroamérica es también sustancial, y reduce la ayuda al desarrollo y al fortalecimiento institucional que había potenciado el anterior gobierno de Barack Obama.

Guatemala obtendría $80,7 millones, frente a los $131,2 millones que recibió en el año fiscal 2016; Honduras se quedaría con $67,8 millones (frente a los $98,2 de 2016), y El Salvador con $46,3 millones (frente a los $67,9 anteriores).

Nicaragua recibiría $200,000 dólares (frente a los $10 millones del año fiscal 2016), Costa Rica obtendría $400,000 dólares (frente a los $1,8 millones del año fiscal 2016), Panamá recibiría $1,2 millones (frente a los $3,3 millones anteriores).

Colombia, por su parte, recibiría $251,4 millones de dólares, una cantidad no demasiado inferior a los $299,4 millones que obtuvo en el año fiscal 2016 pero sí notablemente menor a los fondos aprobados por el Congreso para el periodo 2017, un total de $391 millones contemplados en el plan “Paz Colombia” para el pos-conflicto.

Sin embargo, es posible que haya más fondos para Colombia en las partidas dedicadas a operaciones regionales en todo el continente ($300 millones de dólares), temas de narcotráfico y seguridad en todo el mundo ($167 millones), o ayuda humanitaria y promoción de la democracia a nivel global ($2,679 millones de dólares).

A Perú llegarían $49,6 millones (frente a los $74,9 del año fiscal 2016); mientras que Chile recibiría $500,000 (frente a los $670,000 anteriores); Argentina tendría $500,000 dólares, Uruguay obtendría $400,000, la misma cantidad que Paraguay; y Brasil recibiría $815,000 (frente a los $12,8 millones de 2016).

La propuesta también elimina los fondos específicos para Ecuador, que en 2016 recibió $2 millones; y concede $10,5 millones a la República Dominicana (frente a los $21,6 de 2016) y $157,4 millones a Haití (frente a los $190,7 millones de 2016).

El presupuesto incluye además $587 millones para luchar contra las organizaciones criminales trasnacionales a nivel global, $189 millones menos que en el año fiscal 2016.

Sastry, el citado funcionario estadounidense, prometió además que Estados Unidos seguirá “haciendo frente a las causas de raíz” que generan la emigración en el triángulo norte de Centroamérica, como la pobreza o la corrupción, a pesar de los recortes.

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