¿Qué busca el video extremista de Díaz-Canel?
Por estos días corre por las redes un video realizado en febrero pasado, en el que aparece el inexpresivo Miguel Díaz-Canel. El supuesto sucesor de Raúl Castro en la Presidencia de Cuba, hace gala de un pensamiento retrógrado y conservador al peor estilo castrista.
En la tira, sin mover un músculo de su rostro, cual ventrílocuo, toca a degüello contra los opositores y parte de la disidencia, que en lo que va de año –no es casual la coincidencia– está siendo acusada de «centrista» por «intelectuales» oficialistas; contra los emprendedores que han estado levantando proyectos económicos autónomos y contra varias representaciones diplomáticas extranjeras que estarían apoyando la «subversión», como España, Noruega, Alemania, Reino Unido y desde luego Estados Unidos, eje del mal y la desestabilización de la «revolución».
De aquella intervención ante cuadros del partido no se supo hasta ahora, de manera que se aprecia interés en no divulgarla, porque evidentemente estaría mostrando una cara oculta del benjamín que interesaba no divulgar.
Pero como entre cielo y tierra no hay nada que no se pueda conocer, aquí se muestra al prospecto de Presidente desdiciendo a todos cuantos veían en él una oportunidad de cambio y ratificando su incondicionalidad a las ideas antidemocráticas, antiliberales, antisocialistas y represivas de los más auténticos dogmáticos neoestalinistas del castrismo.
Aquí se muestra al prospecto de Presidente desdiciendo a todos cuantos veían en él una oportunidad de cambio y ratificando su incondicionalidad a las ideas antidemocráticas
Sin embargo, habría que preguntarse a qué viene tanta discreción con las posiciones del anunciado sucesor. Y las respuestas pueden ser variadas, pero todas demostrativas de la siempre misma doble moral del régimen que dice y anuncia una cosa, pero por debajo y por detrás hace otra.
De momento varias interrogantes pueden hacerse ante este desliz informativo. Entre ellas:
La alusión a sus reuniones sistemáticas con los «órganos del Interior», para no decir de la Seguridad del Estado, ¿son parte de un proceso de preparación para el ejercicio del cargo, o estaría allí dando instrucciones?
¿Se adelantó en exponer sus «posiciones» o lo obligaron a comprometerse con la represión y los «talibanes» desde entonces, o fue su iniciativa buscar reconocimiento en los mismos?
¿Se percató el «sucesor» de que sus ataques nada caballerosos a varios países con los cuales Cuba tiene relaciones diplomáticas podrían constituirse en un problema en las relaciones futuras con esos países?
¿Se cree de verdad el cuento de que en la normalización de relaciones con EE UU, nada debe y nada tiene que ofrecer Cuba?
¿Él o sus asistentes, si los tiene, valoraron adecuadamente todas las reacciones que estas declaraciones podrían generar internamente dentro del país, en los mismos círculos oficiales fuera del grupo extremista de la nomenclatura y en la población en general?
Esa prolífica exposición de posiciones políticas, lejana del estilo raulista y cercana al fidelista ¿sugiere que él se cree en capacidad de hacer política en Cuba al estilo del fallecido caudillo? ¿Se cree de verdad heredero de sus dotes y poderes?
¿Está Díaz-Canel tan consolidado en su posición que pudo, desde febrero pasado, fajarse con medio mundo fuera y con la creciente oposición y la disidencia socialista de la que forma parte la plataforma digital «On Cuba», cuyo cierre anunció entonces pero no ha concretado seis meses después?
No cuadra mucho la divulgación de este video con la proyección futura del susodicho. Alguien tan inexpresivo diciendo cosas tan fuertes parece el montaje de una escena para una película cuyo final no se conoce todavía
¿Esta maniobra publicitaria podría ser una operación de algún sector interesado en exponerlo al fuego para «quemarlo» antes de tiempo y preparar el terreno para otra figura más potable?
Las respuestas se irán conociendo.
No cuadra mucho la divulgación de este video con la proyección futura del susodicho. Alguien tan inexpresivo diciendo cosas tan fuertes parece el montaje de una escena para una película cuyo final no se conoce todavía.
Destacan en la intervención del prospecto presidencial, quien dice cosas con la evidente intención de que en ese momento no se conozcan en todas partes, el secretismo, el misterio, el doble discurso y la doble moral.
Pero por todo eso nadie se extrañe si, pragmática y oportunistamente, en cualquier momento nos topamos con otro video de Díaz-Canel con posiciones conciliadoras hacia los países atacados y proyectando una imagen democrática, buscando equilibrar la balanza.