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Ramón Peña / En pocas palabras: ¿El final?

golpe_ficha¿Cómo  terminará lo que ocurre en Venezuela? La pregunta recorre el continente. La memoria hurga semejanzas y las encuentra en el Chile de la Unidad Popular. ¿Será entonces que aquí también se encargarán los militares de enterrar a una república fenecida? Quién sabe. Existen diferencias y coincidencias notables. En lo intelectual y moral, nada es común entre Salvador Allende y Chávez o Maduro. En Chile el socialismo no se militarizó, tampoco allá ocurrió algo semejante al saqueo chavista. Ambos regímenes expropiaron tierras, bancos y fábricas bajo la influencia castrista, aunque ésta fue menos invasiva en Chile. Allá fue real la conspiración del imperialismo yanqui, aquí nunca ocurrió la guerra tan fabulada por el régimen para justificar su despropósito, pero en ambos países, el socialismo provocó un desastre material y moral similar al de una guerra. Sus sociedades fueron fragmentadas en enemigos irreconciliables.

 

Como clásicos redentores marxistas, ambos arrollaron las instituciones republicanas porque “el fin justifica los medios”.  No hubo autocrítica, salvo por no haber sido más radicales. Eso es consustancial en los revolucionarios, lo decía Octavio Paz: jamás los marxistas han pedido disculpas por sus errores, nunca admiten su equivocación. En estas dos experiencias el socialismo arrastró al ciudadano al desquiciamiento de su cotidianidad. Los dos países fueron convertidos en bombas de acción retardada: sociedades enfermas de odio que padecen de hambre, escasez, anarquía, crispación, hostigamiento… En Chile se despertó el demonio militar.

 

Despertemos en Venezuela la fuerza de la unión ciudadana. La calle tiene la palabra. Una fecha marca la oportunidad: el primero de septiembre. 

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