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Ramón Peña / En pocas palabras: La estupidez en dos actos

 

Acto uno: difundido en un video oficial, el Golem gobernante, en compañía de su consorte, recorre con impostada placidez los pasillos de palacio ornamentados con estilo yanqui de luces, adornos y christmas trees. Exalta al pueblo a celebrar desde ya una feliz navidad de tres meses de duración. En las redes sociales no entienden tal mensaje los ciudadanos que angustiados ven el avance desmadrado de la ola pandémica, apenas 14% de ellos protegidos por alguna vacuna; tampoco logran descifrar la escena las tres cuartas partes de la población sumidas en el espanto de la pobreza extrema, mientras que a muchos miles de niños la desnutrición no les permite asociar la figura rolliza del protagonista con la ahora olvidada imagen de Santa Claus. El pretendido sainete de Merry Christmas termina como una representación neroniana, en la que solo falta la lira del emperador. Una estulticia que, ni en los momentos de mayor prosperidad durante la democracia, se le habría ocurrido a mandatario alguno.

Acto dos: una banda de forajidos oficialistas violenta las puertas del Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela en una acción tortuosa encabezada nada menos que por la vicepresidente del régimen. Ésta, socarrona, se justifica exclamando venir al rescate de la institución porque la rectora no cuida las instalaciones. Su libreto no menciona que el Estado ha negado a la UCV 75% del presupuesto de 2019 y 98% de 2020. Asaltan la misma sala en la que hace 64 años, una dictadura celebró la inauguración del campus universitario más hermoso del continente. Pero la dictadura de ahora, pertenece a otra sub especie, la bárbara, de irreductible pensamiento milico, la del razonar de Millán de Astray. Es insoportable el escozor que le produce la existencia de una casa de pensamiento autónoma.

Dos actos que bien le habrían servido a Erasmo de Rotterdam para ilustrar su Elogio de la estulticia.

 

 

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