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Raúl Ochoa Cuenca: La lucha es a muerte

 

Este artículo al cual hago referencia aparecio el sábado 27 de noviembre en la última edición digital de las 9pm, del diario de Milán “Il Corriere della Sera”,  periodico de esa importante capital europea y el cual se publica diariamente desde el 5 de marzo de 1876.

El trabajo está firmado por el periodista Antonio Scurati, quien es graduado en Filosofía en la Universidad de Milán, siendo actualmente profesor de la Universidad de Bérgamo.

El profesor Scurati nos recuerda en este trabajo una pregunta que sin duda muchos en el mundo nos la hemos hecho: ¿Y si el Covid nunca termina ? Evidentemente a todos nos inquieta cuando vemos y yo diría que ya prácticamente sin sorpresa, las nuevas variantes que aparecen continuamente desde el Asia hasta el África, pasando por las Américas. Desde la semana anterior el mundo científico que sigue esta pandemia y la cual diariamente nos enseña nuevos motivos para estar muy alarmados, confiesa su gran preocupación ante la aparición de una nueva variante de esta terrible infección, la cual al inicio la llamaron Coronavirus y después la OMS, atendiendo una solicitud del régimen comunista totalitario de China la llamó Covid-19. La nueva cepa, que proviene del centro de la República de Sudáfrica la bautizaron con el nombre de Omicron. Esta variante presenta una atípica y preocupante combinación de mutaciones que, según los científicos, podría hacer más contagioso el virus y ayudarle a evadir la respuesta inmunitaria del organismo. Cualquier nueva variante capaz de eludir la protección de las vacunas o de propagarse con mucha  más rapidez que la variante delta, predominante en este momento, podría amenazar gravemente la salida mundial de la pandemia. Los temores que se ciernen no solo debido a la aparición de esta nueva cepa o variante, es el de la imposibilidad de respondernos la pregunta inicial que mueve esta nota ¿ y si esta pandemia no termina ?

Pero pareciera que el mundo está viviendo una gran crisis de identificación. Además de este monstruo llamado Covid 19, enfermedad la cual hasta hoy se ha llevado por delante entre 6 y 7 millones de seres humanos, no podemos dejar de lado o restarle importancia a este otro peligro que recorre el mundo: el inminente quiebre del necesario balance climático.

Entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre se realizó en Glasgow, Escocia la 26ava Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Entre las conclusiones de esta reunión se podría afirmar que la más importante se refiere al compromiso de la mayoría de los países de actuar con rapidez ante esta posible realidad: el quiebre con consecuencias catastróficas de nuestro sistema climático. Y aunque parezca paradójico, los países con más poblaciones y por lo tanto,  las que eventualmente más perderían como lo son la China y la India, naciones estas, valga el recordatorio, que entre ambas componen el 36 % de la población planetaria, son las que ofrecieron un compromiso menor.

Es de hacer notar que en esa reunión los protagonistas eran primordialmente los jefes de gobierno. El presidente de China brilló por su ausencia, no obstante que es la nación que universalmente más contribuye con el recalentamiento de nuestro planeta.

Esta conferencia ha sido catalogada por los expertos científicos como “the last chance” con miras a la salvación de nuestro globo terráqueo.

El secretario General de la Organización de Naciones Unidas Antonio Guterres, declaró que la principal prioridad debe ser conseguir limitar el incremento de las temperaturas globales a solo 1,5 grados Celsius,  por encima de los niveles preindustriales. Los científicos han advertido que rebasar ese umbral aumenta enormemente el riesgo de que se desaten grandes desastres como olas de calor letales, escasez de agua y el colapso de ecosistemas. (La temperatura del planeta ya se ha incrementado 1,1 grados Celsius)

Mientras tanto el mundo lucha contra estos dos enemigos, a los cuales podríamos llamar invisibles, el primero el Covid 19; sus consecuencias las estamos viendo y experimentando con nuestros cuerpos minuto a minuto. El otro enemigo, el quiebre de nuestro sistema climático, es aún más silencioso, pero más mortal que la pandemia. Pareciera que los mayores responsables, en sus carreras del engrandecimiento de sus economías y por la obtención de más riqueza, cierran sus ojos ignorando conscientemente que es de tal magnitud el peligro que se cierne sobre nosotros, que al universo lo convierten en cómplice de este indescriptible riesgo de catástrofe universal.

 

Raúl Ochoa Cuenca, en Anfi del Mar el domingo 28 de noviembre del 2021.

 

 

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