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Realpolitik, la nueva estrategia del canciller Allamand hacia Venezuela

 

Hoy asume en Venezuela una nueva Asamblea Nacional originada en unas elecciones consideradas fraudulentas por la mayoría de las democracias del mundo, lo que pone en una compleja situación al Presidente encargado Juan Guaidó. La postura de la Cancillería chilena, para lograr el retorno de la democracia y el respeto a los Derechos Humanos, es abrirse a todas las alternativas como el Grupo de Lima, el Grupo de Contacto y Estocolmo. El objetivo es llegar a alguna fórmula de diálogo político que, eventualmente, pudiera incluir conversaciones tanto con la oposición como con el gobierno de esa nación.

Al menos tres son las líneas rojas que son inamovibles y que no se cruzarán en la Cancillería chilena: la condena al régimen de Nicolás Maduro y la denuncia internacional de violaciones a los derechos humanos; el reconocimiento de Juan Guaidó como líder de la oposición; y desconocer a la nueva Asamblea Nacional que comienza sus funciones hoy por ser considerada “fraudulenta” y no tener origen en elecciones libres y transparentes.

Con esto como base, el ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand estrenó una nueva estrategia que prioriza el lado pragmático en la búsqueda de soluciones para la crisis que se vive en Venezuela. Esta mirada quedó reflejada el mismo día de las elecciones de la nueva asamblea -no reconocidas por la mayoría de las democracias- cuando el canciller escribió en sus redes sociales, el pasado 6 de diciembre: “Elección venezolana carece de toda legitimidad: sin autoridad electoral independiente, ni partidos políticos libres, ni observadores extranjeros. Chile seguirá impulsando convergencia de grupos de Lima, Contacto y Estocolmo para apoyar una transición con una oposición unida”.Para quienes conocen este proceso, fueron clave las palabras de Allamand al mostrarse abierto a todas las instancias que ayuden al retorno de la democracia en Venezuela. De este modo, si bien Chile sigue teniendo un rol importante y coordinado con el Grupo de Lima, desde ahora también se la jugará por las gestiones que se realicen en otras instancias como el Grupo Internacional de Contacto que está formado por Argentina, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, la Unión Europea, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Panamá, Portugal, España, Suecia, Reino Unido y Uruguay.

Lo mismo se hará con los esfuerzos de diálogos que ha convocado Estocolmo para abordar la crisis venezolana con representantes de la ONU, el Vaticano, Cuba y la Unión Europea.

La Cancillería atribuye gran importancia al Grupo de Lima y, sobre todo, a mantener la gestión de Chile en el grupo. De hecho vienen trabajando en una declaración conjunta que emitirán hoy o mañana. Aseguran desde el Edificio Carrera que, sin perjuicio de eso, la posición actual es ampliar las oportunidades y, así, “converger” con el Grupo de Contacto y el de Estocolmo. Se analiza que hasta ahora, la estrategia que tenía el Grupo de Lima era terminar con la usurpación, establecer un gobierno provisional, y realizar elecciones libres, por lo tanto, la estrategia partía con el “derrumbe” de Maduro. Hoy, el canciller Allamand busca que Chile abra las alternativas para poder encontrar alguna fórmula de diálogo político que, eventualmente, pudiera avanzar hacia una conversación tanto con la oposición como con el gobierno.

De esta forma, el énfasis en el Minrel con respecto a Venezuela ha variado de acuerdo a quien ha liderado la cartera. El ex ministro Roberto Ampuero priorizó el tema en su agenda que tuvo su punto cúlmine en el viaje a Cúcuta, en la frontera colombo venezolana, del Presidente Seabstián Piñera junto a otros líderes de la región. Luego, su sucesor Teodoro Ribera se encargó de “desvenezuelizar” la política exterior chilena, y ahora Andrés Allamand encarna la “realpolitik”.

Ya unos pasos en este sentido había dado el ex canciller Ampuero cuando, en mayo de 2019, el Grupo de Lima mandató a Chile para dialogar con el Grupo de Contacto Internacional, “con miras a identificar convergencias entre ambos grupos y unir esfuerzos para una solución pacífica”. En la declaración del Grupo de Lima se lee: ” Acuerdan proponer al Grupo de Contacto Internacional una urgente reunión de representantes de ambos grupos para buscar la convergencia en el propósito común de lograr el retorno a la democracia en Venezuela, e invitan a otros miembros de la comunidad internacional, comprometidos con ese propósito, a sumar esfuerzos para alcanzar este objetivo”.

El pragmatismo se aplica hoy en medio del complejo momento que enfrenta el Presidente encargado Juan Guaidó y la oposición al régimen cuando hoy asuma la nueva Asamblea  Nacional, pro Maduro, elegida el 6 de diciembre sin garantías democráticas y no reconocida por las principales democracias del mundo.

¿En qué calidad queda Guaidó en el concierto internacional? Muchos países seguirán reconociéndolo como Presidente encargado, como ayer lo hicieron Canadá y Japón.

En tanto, la Unión Europea sostendrá una reunión de cancilleres la segunda semana de enero donde se definirán sobre el tema. Y otro factor clave es la postura que asumirá el Presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, quien inicia sus funciones el 20 de enero. Hasta ahora el líder demócrata ha tratado de dictador a Maduro, ha solidarizado con el pueblo venezolano y su visión estaría por reforzar el multilateralismo para enfrentar la crisis venezolana.

Asamblea Nacional que concluye hoy será reemplazada por una Comision Delegada de la oposición

Para enfrentar esta jornada y el complejo capítulo que comienza para la oposición, cuyos representantes en el Legislativo quedan sin sus cargos de elección popular, por lo tanto, sin sus respectivos fueros, la Asamblea Nacional, legítimamente electa en 2015, elaboró el 26 de diciembre una Reforma Parcial de la Ley del Estatuto que rige la Transición a la democracia para restablecer la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Entre las claves de lo aprobado por los diputados se lee en el artículo 12: “En virtud de lo establecido en el artículo anterior, la continuidad constitucional del Poder Legislativo Nacional será ejercida por la Asamblea Nacional electa el 6 de diciembre de 2015, la cual funcionará a través de la Comisión Delegada hasta que se realicen elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables en el año 2021, ocurra un hecho político sobrevenido y excepcional en 2021, o hasta por un período parlamentario anual adicional a partir del 5 de enero de 2021”.

La lógica jurídica con que funcionará Guaidó y su Presidencia encargada después de hoy, la explica el especialista en Derecho Administrativo, José Ignacio Hernández quien ha asesorado en este tema a la oposición venezuela.

“Con base en los artículos 5, 7 y 333 de la Constitución, el Tribunal Supremo concluyó que cuando por razones ajenas al funcionario de elección popular vence su período, sin que se convoquen elecciones, éste debe mantenerse en el cargo hasta que sea sustituido por funcionarios debidamente electos”. Y explica que, por ello, “los diputados electos en 2015 deberán mantenerse en sus cargos hasta que sean sustituidos por diputados debidamente electos. A estos efectos, la Asamblea Nacional electa en 2015 actuará a través de la comisión delegada, que de acuerdo con el artículo 195 de la Constitución, se instaló el 16 de diciembre pasado, al finalizar el segundo período de sesiones de la Asamblea Nacional. Esa comisión delegada mantendrá las funciones legislativas básicas descritas en el artículo 196 constitucional, hasta tanto tomen posesión diputados debidamente electos”.

José Ignacio Hernández aclara que “con lo anterior, continuará la legitimidad constitucional de la Asamblea Nacional y, con ella, la legitimidad de su presidente para actuar como presidente encargado de la República, condiciones indispensables para redefinir e implementar la estrategia orientada a avanzar en la compleja transición venezolana”.

 

 

 

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