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Rebelión cubana contra Dastis

El régimen castrista ha elegido la vía del diario oficial Juventud Rebelde para hacer que se conozca su malestar porque los Reyes de España no tienen en estos momentos intención de llevar a cabo una visita de Estado a Cuba. Y, sobre todo, porque las esperanzas que les hizo concebir Alfonso Dastis cuando viajó a La Habana, en septiembre del pasado año, se esfumaron después de que el propio ministro de Asuntos Exteriores argumentara en el Congreso de los Diputados que no se dan las condiciones para que se produzca la visita.

La realidad es que en el Palacio de la Zarzuela nunca estuvo programada esa visita, aunque en algunos sectores del Gobierno español se empujara para fijar una fecha. Había una cierta ambigüedad a la hora de decir si se estaba pensado en una visita de Don Felpe y Doña Letizia o del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pero las palabras de Dastis en La Habana daban a entender que se preparaba un desplazamiento de los Reyes a primeros de 2018.

Las autoridades cubanas llevan tiempo intentando dejar de ser el único país de la comunidad iberoamericana que no ha recibido una visita de Estado de los Reyes de España. Pero el sistema autocrático que vive la isla no pone las cosas fáciles. Es cierto que países muy alejados de los estándares democráticos han recibido la visita real, pero es que Cuba es algo especial para España y, tal vez por ello, se le exija más.

A Juventud Rebelde, cuya información ha repicado el también diario oficial Granma, le parece que cuando Dastis o representantes de partidos democráticos españoles dejan traslucir sus dudas sobre el respeto de los Derechos Humanos en la isla están practicando una política “injerencista” y hasta “colonialista”, que es algo que siempre se suele sacar a relucir, pero lo cierto es que, pese a las promesas de aperturismo de los últimos años, no se ven auténticos progresos en Cuba, donde continúan las políticas represivas sobre los disidentes.

Con la esperanza de ver reformas en favor de la libertad de los cubanos, el Gobierno de Mariano Rajoy aceptó incluso pasar de ser el impulsor de una política de dureza de la Unión Europea, a un defensor de un acuerdo político y de cooperación entre Bruselas y La Habana. Frustradas esperanzas, que no facilitan la visita de los Reyes ni tampoco del jefe del Ejecutivo.

España mantiene, a pesar de todo, su apuesta por una Cuba más abierta y sus ministros siguen viajando a la isla. El último en hacerlo fue el titular de Justicia, Rafael Catalá. Y se siguen buscando espacios para la llegada de inversores españoles a Cuba, algo en lo que se ha empeñado, entre otros, Jaime García-Legaz, que hace poco estuvo en La Habana, como presidente de Aena y como presidente de la sección española del Comité Empresarial Bilateral Hispano-cubano. Pero sigue habiendo obstáculos para que esa relación sea fluida, como, por ejemplo, el retraso en los pagos a algunas pequeñas y medianas empresas españolas.

El propio Dastis (en la imagen, con su colega cubano Bruno Rodríguez) reconoció ante los diputados españoles que los dos países tienen suficientes lazos para justificar una visita a cualquier nivel, pero Cuba, que parece disponerse a afrontar en abril la salida de Raúl Castro de la Presidencia, ha de hacer algo más que promesas, tanto desde el punto de vista económico, como, sobre todo, del político.

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