Redescubriendo América
El hallazgo de una zona urbanizada en la Amazonía boliviana que asesta un golpe severo a presupuestos históricos de larga data es uno de los logros más recientes alcanzados con la formidable tecnología LIDAR.
NATURE revela que restos de la cultura Casarabe en la sabana de los Llanos de Mojos, datados entre los años 500 y 1400, consisten en plataformas de carácter cívico-ceremonial coronadas con pirámides cónicas de 22 metros de altura y conectadas con sitios más bajos mediante calzadas de varios kilómetros de longitud que cruzan una masiva infraestructura acuática de canales y reservorios.
En suma, evidencian un panorama modificado por el esfuerzo humano que hasta ahora no había sido descrito en esta parte del Continente sudamericano, y se suma a otro descubrimiento, que PLANETA VITAL destacó en junio pasado, de un manglar más propio de una playa tropical a miles de kilómetros de la costa, indicador de que el Mar Caribe inundó la Amazonia occidental durante el periodo miocénico, entre diez y veinte millones de años atrás, y después se retiró cuando la jungla reclamó aquel espacio.
El estudio reveló una imagen muy diferente de la tradicional. De un vasto territorio dos veces el tamaño de Texas, de selvas húmedas y moteada de lagos y ríos tributarios, donde irrumpió el Caribe por la elevación de la cordillera andina y cambios en las placas tectónicas que, al combinarse, hundieron la superficie terrestre y crearon en Sudamérica una depresión inundada donde, hace 20 millones de años, nuestros ancestros podían reptar desde Venezuela al Paraguay.
El LIDAR (acrónimo de Laser Imaging Detection and Ranging) es un novísimo aparato con aplicaciones en geología, física y sismología, capaz de funcionar en las condiciones atmosféricas que imposibilitan la fotografía aérea, por ejemplo desde un avión en vuelo nocturno, que ha significado un notable avance gracias a los modelos digitales de alta resolución y muy detallados de los procesos físicos y químicos en la superficie terrestre.
En este caso, se ha establecido que los agricultores prehispánicos en los Llanos de Mojos, Bolivia, hicieron productiva una vasta zona de 120 mil kilómetros cuadrados – con una aparente diversidad de organización sociopolítica, sistemas de control de aguas y bases económicas- que ahora fue estudiada con mayor holgura mediante esta nueva poderosa herramienta que, literalmente, perfora el follaje de la selva.
Ya no se soporta, concluye NATURE, la idea habitual de que la Amazonia occidental tenía escasa población y desarrollo antes de la llegada de Colón, porque el trazado arquitectural de las ruinas de Casarabe indican que los vecinos de esa singular forma de civilización agraria tropical crearon un nuevo cuadro social y público basado en la monumentalidad; el primero conocido hasta ahora por estos rumbos.
La escala, monumentalidad y el trabajo requerido en la construcción de la arquitectura cívico-ceremonial y la infraestructura administrativa de aguas y la extensión espacial de las áreas residenciales pueden equipararse favorablemente con las culturas andinas, a una escala mucho más avanzada que las sofisticadas localidades del sur de la cordillera.
En definitiva, son resultados que obligarán a reconsiderar los criterios académicos en vigencia para evaluar el nivel de las sociedades amazónicas, a la espera de las nuevas y sorprendentes revelaciones que continuará brindando un LIDAR tan revolucionario como lo fue el barón de Humboldt, redescubriendo el Continente en las postrimerías de la época colonial.
Varsovia, junio de 2022.