Retos que marcan el cinco de enero para Venezuela
Tras el revés sufrido el 6 de diciembre por el gobierno chavista presidido por Nicolás Maduro, la oposición venezolana resurge con fuerza de liderazgo para un cambio político en el país sudamericano y en gran parte de Latinoamérica. Las expectativas y las interrogantes se unen tras el sorprendente triunfo conseguido en las urnas por los partidos opositores, que lograron desbancar de sus asientos a dos tercios de la legislatura oficialista.
No dejan de ser llamativos los mensajes solidarios de los amigos de Maduro en su mala hora. Sin detenerse en el mensaje escrito presuntamente por Fidel Castro, de quien cabe esperar un apoyo explícito hacia su favorito, es notorio ver la parquedad de la nota de consuelo enviada por Raúl Castro, la muestra de cariñoso apoyo firmada por Daniel Ortega, las escuetas comunicaciones de Evo y Correa o el llamado de Rusia instando al diálogo entre las partes, para comprender que el inquilino de Miraflores no lo ha hecho nada bien.
Pero el desafío planteado por la victoria de la MUD significa un golpe del que cabe esperar respuesta. Ya lo adelantaron los principales dirigentes bolivarianos cuando refirieron en sus palabras que no aceptarían esta derrota y que más temprano que tarde recuperarían el espacio perdido. Y tal vez más. Lo adelantan las maniobras para instalar un parlamento comunal paralelo al institucional, totalmente adepto al socialismo del siglo XXI, mecanismo que estaba en el proyecto de Chávez desde los inicios y que parece ser ha llegado el momento para ponerlo a funcionar. Igual ocurre con las acusaciones de fraude que utiliza el gobierno para desacreditar el triunfo de sus oponentes, sin poner miras en que con ello contradice su presunción del sistema electoral que ofrecen a los ojos del mundo como ejemplar. A esto se añaden los constantes llamados de Maduro a una “resistencia” en la que se incluye civiles y uniformados.
El cinco de enero apenas comenzará el largo y difícil camino para los que lograron asumir esta nueva etapa política en Venezuela. Frente al bloque conformado por diferentes partidos se sentará el monolítico sector oficialista que intentará poner cuantas barreras y obstáculos precisen para hacer imposible legislar desde la mayoría opositora. La primera duda que tendrán que despejar los integrantes de la formación mayoritaria es su capacidad para mantener la unidad por encima de diferencias de estrategia, pensamiento y posturas.
No obstante para el chavismo ha quedado claro un punto y en este parece no haber equívocos. Lo planteó el jefe de las fuerzas armadas cuando según informes salidos del país, se negó a aceptar una movida golpista para echar por tierra el triunfo de la MUD. El discurso del Ministro de defensa Vladimir Padrino López minutos antes de darse a conocer los resultados, fue captado por los medios internacionales como un mensaje en ese sentido y tal vez hasta los acuses de traición sin identidad particular lanzados por el presidente Maduro tengan por diana la actitud de la jefatura militar.
Otro aspecto a tener en cuenta son las voces disidentes dentro del chavismo, que ponen en evidencia la verdadera causa del desastre. No se trata solo de la baja en los precios del petróleo, principal fuente de riqueza venezolana, sino el manejo autoritario de un gobierno que no ha sido capaz de poner cotos a la inflación, a la inseguridad, a la corrupción y a la escasez galopante, contrastando con el alto índice de violencia política y represiva contra todo lo que huela a disentimiento. Un antecedente que no deben descuidar los miembros de otras agrupaciones no afines al chavismo.
Por otra parte los integrantes de la Mesa Democrática deben tener en cuenta un dato. Si bien es cierto que ellos en su conjunto lograron el apoyo mayoritario en las urnas, este resultado puede leerse de igual forma en clave negativa para los chavistas, quienes realmente perdieron dos millones de votos frente a los cerca de 300 mil ganados por la fuerza opositora, según datos estadísticos. La solidificación de esta victoria de la oposición dependerá en gran medida del apoyo de este grupo de descontentos que inequívocamente pondrán a prueba su lealtad ante los resultados que consigan en lo adelante los favorecidos con su voto de castigo.
Y en este punto el chavismo tiene nuevamente una ventaja en sus manos. El control de los medios económicos y políticos puede convertirse en una herramienta para golpear a los que ahora tienen la responsabilidad de arreglar la adversidad de la situación. Si bien fue el mal funcionamiento de la economía el causante del derrumbe chavista, este puede volverse contra la nueva mayoría parlamentaria, maniatada en unos casos e imposibilitada en otros para resolver una problemática que lleva tiempo corregir. Puede que de no ver los resultados que esperaban en corto plazo las masas culpen a la oposición de incapacidad y la crisis social se torne contra esta agrupación, en detrimento de las fuerzas democratizadoras y provecho de los maduristas.
Siendo optimistas queda esperar la consolidación de los demócratas tanto en el frente opositor como en el chavista. En este ultimo caso se trata de aquellas personalidades que conservan las ideas puras de las que se nutrió en sus orígenes el movimiento conocido como bolivariano y que han defraudado los que heredaron el poder tras la muerte del líder. Una realidad con la que tendrá que contar la fuerza opositora venezolana en el futuro pues el chavismo como movimiento se ha convertido en fuerza una especie endémica con la que tendrán que lidiar por años. Por ello se necesitará una capacidad de diálogo y apertura permanente hacia quienes apuestan por una solución democrática a los problemas del país, aun desde las ideas de Hugo Chávez.
La tarea principal a partir del 5 de enero será el inicio de un camino para enmendar el desastre y a la vez ir desarmando el quiste totalitario que pretende tomar por completo a la nación. En este mal radica el epicentro contrarrevolucionario que algunos quieren focalizar en los que se oponen al autoritarismo chavista, verdadero responsable de los resultados en las recientes elecciones legislativas celebradas en diciembre.