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Rudy Giuliani, condenado a pagar 148 millones de dólares por difamar a dos trabajadoras electorales en 2020

El exalcalde de Nueva York y abogado personal de Donald Trump acusó a las dos mujeres de una trama para contabilizar votos falsos en un colegio electoral en Georgia

El exalcalde de Nueva York y abogado personal de Donald Trump en declaraciones a periodistas este pasado viernes EF

 

Rudolph ‘Rudy’ Giuliani, el que fuera alcalde de Nueva York y abogado personal de Donald Trump, ha sido condenado este viernes en un juzgado federal de Washington al pago de 148 millones por difamación a dos trabajadoras electorales tras los comicios presidenciales de 2020. Giuliani, que lideró los esfuerzos de Trump para dar la vuelta a los resultados de las urnas, acusó a las dos mujeres de realizar actos para robar las elecciones al expresidente republicano, que fue derrotado en las urnas por el candidato demócrata y actual presidente, Joe Biden.

Las personas difamadas son Ruby Freeman y su hija, Wandrea ArShaye Moss, a quienes acusó de una trama para contabilizar votos falsos en un colegio electoral en Georgia, un estado que Biden ganó por poco más de diez mil votos y que fue clave en su victoria.

Las personas difamadas son Ruby Freeman y su hija, Wandrea ArShaye Moss, a quienes acusó de una trama para contabilizar votos falsos en un colegio electoral en Georgia, un estado que Biden ganó por poco más de diez mil votos y que fue clave en su victoria.

Giuliani abrazó una acusación sin fundamento de que se habían introducido en la oficina de recuento electoral maletas con votos ilícitos para Biden, algo que ha quedado totalmente desacreditado pero que en su momento provocó la furia entre los seguidores de Trump. El abogado de Trump, muñidor de muchos de las acusaciones de robo electoral -del que ni los tribunales ni el propio Departamento de Justicia de Trump encontraron pruebas-, nombró en persona a Freeman y Moss como parte de la trama.

Las mujeres han explicado en un juicio civil esta semana cómo las acusaciones de Giuliani les cambiaron la vida y supusieron una pesadilla de insultos y amenazas. Recibieron mensajes en los que les advertían de que acabarían colgadas o linchadas, acudían a sus casas a insultarlas, las perseguían.

Para los seguidores radicales de Trump, que creen a pies juntitas lo que dice el multimillonario neoyorquino, Freeman y Moss eran la cara del fraude que había sufrido su líder.

El jurado que participaba en el juicio solo tenía que determinar las cantidades de la compensación, ya que el juez federal del caso había decidido ya la culpabilidad en la difamación de Giuliani, por las propias admisiones del abogado y por su negativa a entregar evidencias en el juicio.

La decisión del jurado fue de otorgar algo más de 16 millones de dólares a cada una de las mujeres por los daños a su reputación, además de 20 millones, también a cada una, por sufrimiento emocional. Y Giuliani deberá pagar otros 75 millones en daños por la difamación.

La decisión es un golpe tremendo para Giuliani, que llegó a ser considerado el mejor político de EE.UU. por su gestión de los atentados a las Torres Gemelas de septiembre de 2001, cuando era el alcalde de Nueva York. Tuvo aspiraciones presidenciales, que nunca se materializaron, y en el ocaso de su vida pública puso el poco capital político que le quedaba en su papel de escudero de Trump durante su campaña contra los resultados.

Tras la decisión del jurado, Giuliani aseguró a los reporteros que lo «absurdo de la cantidad tiene que ver con lo absurdo que ha sido todo el proceso» y se mostró confiado en que ganará una apelación.

«No se me ha permitido presentar una sola prueba en defensa y tengo muchas», defendió Giuliani con falsedad, ya que en el juicio ha optado por no enfrentarse a los hechos por los que se le acusaba y no testificar en su propia defensa.

Giuliani también está entre los imputados en la causa federal que se ventila en Georgia sobre la campaña de Trump para cambiar los resultados electorales.

 

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