Rusia ha dado y sigue dando apoyo militar a Nicaragua y a Venezuela
Para María Alejandra Aristeguieta “el fortalecimiento de las democracias en América Latina es esencial para contrarrestar los intentos de socavar los principios democráticos por parte de regímenes autoritarios. Y en un momento en que las democracias liberales están siendo desafiadas por movimientos autoritarios y autocráticos, la restauración de la democracia en Venezuela podría servir como un ejemplo positivo y un punto de inflexión en la región”.
María Alejandra Aristeguieta de Álvarez (Caracas, 1963), es una Internacionalista, egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV 1987) con posgrado en Relaciones Internacionales y Políticas Públicas en la Escuela de Altos Estudios Internacionales y de Desarrollo (IHEID) de Ginebra en 2009. La internacionalista es consultada por el equipo de análisis de OGAL sobre el peso que tiene EEUU en la economía global y ella responde que “hasta la llegada del siglo XXI, Europa y Estados Unidos ejercían un control significativo en el sistema internacional. Sin embargo, con el ascenso de potencias emergentes, hemos visto ese cambio en los equilibrios de poder. Un ejemplo claro de la disminución de influencia es el cambio en la balanza comercial mundial”.
La Dra. Aristeguieta actualmente se desempeña como Presidente y Directora de Estrategias Globales de Gobernanza de la agencia de consultorías y capacitación V isión 360 – Multitrack Diplomacy. En 2019 fue designada Embajadora ante la Confederación Suiza y ante la Organización de Naciones Unidas (ONU). En su particular análisis geopolítico concluye que, “Rusia ha dado y sigue dando apoyo militar a Nicaragua y a Venezuela, pero, además, logró que los países de América Latina mantengan una neutralidad o “no alineamiento activo” frente a su invasión a Ucrania”.
María Alejandra Aristeguieta es autora de artículos y ensayos (El Nacional, La Gran Aldea, Encuentro Humanista, Fundación Konrad Adenauer, Grupo Ávila, entre otros) e invitada como conferencista, experta o panelista para programas y eventos de carácter internacional. Como Diplomática, Lobista, Activista, Catedrática y Consultora Internacional de Organismos Internacionales, ONGs, y Empresas Multinacionales, posee más de 30 años de experiencia en Práctica de Negociación y Políticas Internacionales en particular de la ONU, en las áreas de Políticas Comerciales, de Desarrollo, Sociales, de Derechos Humanos y Derecho Humanitario.
Para OGAL es de interés realizar esta entrevista que a continuación compartimos con nuestros seguidores:
Ogal: En la presentación que realizaste recientemente en París, hablabas de tres temas que interrelacionabas, el primero la amenaza que se cierne sobre las democracias, el segundo, el contexto geopolítico actual, y el tercero, cómo éste puede tener una influencia en el regreso a la democracia en Venezuela. Vayamos por partes, ¿Podrías explicar por qué se considera que las democracias están enfrentando desafíos significativos en la actualidad?
María Alejandra Aristeguieta (MAA): Por supuesto. Las democracias liberales a nivel mundial se enfrentan a múltiples desafíos. Según estudios recientes, el nivel de democracia ha disminuido considerablemente en las últimas décadas. Se habla de que 70% del mundo vive en autocracia y se observa un retroceso en los avances democráticos que han llevado a niveles de democracia similares a los que se tenían en la década de los 80 del siglo XX. Esta situación se agrava en regiones como Asia y el Pacífico, Europa Oriental, Asia Central, y América Latina, donde se han retornado a niveles vistos por última vez hacia el final de la Guerra Fría. Todo esto viene dado porque en la medida en que Occidente ha perdido su preeminencia, los valores democráticos se han visto afectados. Hace poco un embajador me decía: la democracia no está cumpliendo, pero en realidad es mucho más complejo, porque las democracias occidentales están inmersas en relaciones de todo tipo con el resto del mundo gracias a la globalización. Entonces, podríamos decir que la globalización no le está cumpliendo a la democracia.
Ogal: ¿Podrías explicar cómo influye el contexto geopolítico en la situación del país? Porque resulta como muy alejado de los problemas internos.
MAA: Claro, es un tema de cambios de equilibrios de poder a nivel mundial. Países como China, Rusia, Irán y otras naciones emergentes están desafiando el orden establecido por Estados Unidos y Europa (que en el fondo es lo que sustenta las democracias) lo que tiene repercusiones en la región, incluyendo por supuesto a Venezuela.
Ogal: ¿Podrías darnos algunos ejemplos específicos de cómo ha disminuido la influencia de Europa y Estados Unidos, mientras que ha aumentado la influencia de otros países en el escenario geopolítico mundial?
MAA: Fíjate: hasta la llegada del siglo XXI, Europa y Estados Unidos ejercían un control significativo en el sistema internacional. Sin embargo, con el ascenso de potencias emergentes, hemos visto ese cambio en los equilibrios de poder. Un ejemplo claro de la disminución de influencia es el cambio en la balanza comercial mundial. Mientras que, en el pasado, las democracias controlaban alrededor del 75% del comercio internacional, en la actualidad, este porcentaje ha disminuido al 47%. Además, las democracias dependen cada vez más de las autocracias en el ámbito comercial, lo que indica una disminución de su influencia en la economía global.
Ogal: ¿Podrías mencionar algunos ejemplos específicos de cómo países como China, Rusia e Irán han aumentado su influencia en la geopolítica en la región?
MAA: Un ejemplo palpable es el aumento de la presencia de China en América Latina. China, por ejemplo, ha fortalecido los lazos comerciales con toda la región durante los últimos veinte años. Aproximadamente el 10,4% de las exportaciones totales de la región se destinan a China, lo que representa un crecimiento significativo con respecto al aproximadamente 2% que representaba en el año 2000. En contraste, las exportaciones destinadas a EEUU, han disminuido del 56% a principios de siglo a solo el 13% en 2020. China, es, además el primer socio comercial de Brasil, hacia donde dirige más de un tercio de sus exportaciones, desplazando a EEUU y Europa. También para Argentina, China se ha convertido en un importante socio comercial, a veces por encima del Mercosur y Brasil. En el caso de México, el comercio bilateral con Estados Unidos sigue siendo el más relevante, sin embargo, la balanza comercial entre China y México está creciendo a un ritmo más acelerado desde principios de siglo, acercándose al 10%. Y a diferencia de los antiguos socios, China se presenta como un igual, que no cuestiona la erosión del Estado de derecho o de los DDHH, porque tampoco los promueve como Estado. Además, ha extendido su influencia a través de la diplomacia de las vacunas durante la pandemia de COVID-19, convirtiéndose en un proveedor importante de vacunas en la región. Por otro lado, Rusia ha buscado estimular las exportaciones de productos básicos y materias primas, mientras que Irán ha establecido alianzas y control en medios de comunicación en países latinoamericanos como Bolivia, consolidando su presencia en la región.
Irán tiene lazos comerciales y presencia política; uno de los ejemplos más impactantes es el control del medio de comunicación más importante de Bolivia, regalo personal de Ahmadinejad a Evo Morales. Pero más aun, Irán explota el uranio tanto en Bolivia como en Venezuela.
Rusia ha dado y sigue dando apoyo militar a Nicaragua y a Venezuela, pero, además, logró que los países de América Latina mantengan una neutralidad o “no alineamiento activo” frente a su invasión a Ucrania. Por ejemplo, el Canciller argentino, en 2022 declaró con motivo de su reunión con Sergei Lavrov que proponía a Argentina como la puerta de entrada de Rusia a la región y que Argentina estaba dispuesta a participar como mediador para la paz. Claro que esto va a cambiar ahora con Milei, pero es un claro indicativo de su presencia y las alianzas en la región.
Ogal: ¿De qué manera específica estas potencias emergentes afectan la situación política y económica de Venezuela?
MAA: Todos sabemos de qué manera estos países están involucrados en alianzas y acuerdos con el gobierno venezolano, lo que tiene un impacto directo en la economía y la política del país. Esto unido al alejamiento de las normas democráticas y del Estado de derecho iniciada por Chávez, nos hizo parte de esa maraña de alianzas que no promueven el Estado de derecho, los derechos humanos ni el libre mercado. Y se manifiesta en foros como las Naciones Unidas, en particular el Consejo de Derechos Humanos, donde son grandes aliados.
Ogal: Regresando a Venezuela, ¿cómo crees que estas dinámicas geopolíticas podrían influir en la transición y el futuro político de Venezuela?
MAA: Es fundamental considerar que las dinámicas geopolíticas pueden tener un impacto determinante en la transición y el futuro de Venezuela. En este momento quienes se aferran al poder son aliados de eso que parafraseando a Bush podríamos llamar el eje del mal. Establecer alianzas con países que promuevan el respeto por el Estado de derecho, los derechos humanos y la economía abierta será crucial para el retorno a la democracia y la reconstrucción del país.
Ogal: ¿Por qué consideras que las democracias liberales occidentales deberían respaldar activamente un eventual retorno de la democracia en Venezuela?
MAA: Apoyar activamente un retorno de la democracia en Venezuela no solo sería coherente con los valores occidentales, sino que también contribuiría a la estabilidad y prosperidad en la región, sobre todo, en momentos en que el fortalecimiento de las democracias en América Latina es esencial para contrarrestar los intentos de socavar los principios democráticos por parte de regímenes autoritarios. Y en un momento en que las democracias liberales están siendo desafiadas por movimientos autoritarios y autocráticos, la restauración de la democracia en Venezuela podría servir como un ejemplo positivo y un punto de inflexión en la región. La ayuda y el apoyo de las democracias liberales occidentales en este proceso son fundamentales, además, para fortalecer las instituciones democráticas, promover el Estado de derecho y garantizar el respeto a los derechos humanos en Venezuela.