Siempre nos alcanza
Es inútil huir de la economía. Aunque vivamos en un thriller terrorífico, a partir de un asesinato horrendo que se manipula para revivir la polarización y la crispación política, sigue la escasez en mercados y farmacias, y también los precios altos. El Fondo Monetario Internacional recién ha publicado sus estimaciones. La economía venezolana decrecerá este año 3%, y la inflación cerrará en 64,3%. Eso quiere decir que los cien bolívares de enero hoy se redujeron a treinta y cinco. La predicción del organismo es que en 2015 la inflación venezolana será de 62,9%.
Si queremos entender las causas de los problemas económicos que viven los hogares venezolanos, debemos dar una mirada un poco más ancha. La nuestra es la quinta economía de América Latina, pero es una de las dos que no crecen, importamos la mitad de lo que comemos y al subir los precios la pobreza extrema ha repuntado porque no ha habido cambios estructurales, solo se le había permitido comprar más a más gente. En ese cuadro, es curioso que pasamos del lugar cuarenta y seis en compra de armamentos en 2002 al décimo tercero en 2012. Proporcionalmente, compramos más armas que cualquier país que no esté en guerra.
La deuda de Venezuela equivale a más de la tercera parte del Producto Interno Bruto, y en los últimos cinco años crece 20% más que el PIB. Desde 1998 la deuda externa ha subido 88% y la interna 1.331%. La sola deuda del Gobierno central andaba a fines de 2013 en 115.282 millones de dólares. El déficit fiscal, ocasionado porque el Gobierno gasta más de lo que le entra, es de 16,9%. Para sacar una cuenta clara, es como si una familia que tenga al año ingresos de cien mil bolívares, porque gana al mes algo más que ocho mil trescientos, gastara 116.900. El gasto público equivale a 47% del PIB, una correlación similar a la cubana, donde toda la economía está estatizada.
Como es lógico, solo Argentina y Ucrania tienen un riesgo país superior al nuestro. Así que endeudarse le resulta a Venezuela más caro. Venimos endeudándonos para pagar deuda, sea emitiendo bonos o comprometiéndonos en contratos de venta de petróleo a futuro, pero el esquema de endeudarse para pagar deuda no es sostenible.
Más endeudados, menos productivos, con más inflación y más escasez. Los errores económicos que el Gobierno no admite ni corrige, afectan nuestras vidas. La economía siempre nos alcanza.