Salud

Sistema de salud: lo que puede aprender EE. UU. de Europa

Estados Unidos gasta más per cápita en salud que cualquier otro país, y la atención médica es mucho más cara para los ciudadanos que en cualquier otro lugar. ¿Puede aprender algo de los sistemas de salud europeos?

Una jeringuilla sobre billetes de dólares estadounidenses.El sistema de salud de Estados Unidos se considera el más caro del mundo.

 

 

El elevado coste de la atención sanitaria sigue siendo un tema político espinoso en Estados Unidos. El desacuerdo sobre la ampliación de los subsidios a la atención sanitaria fue el eje central del reciente cierre de Gobierno de 43 días. Y los índices de aprobación del presidente Donald Trump se han visto gravemente afectados por la preocupación por aumento del costo de la vida, incluyendo el de la atención de salud.

Trump ha prometido constantemente recortar costos y se esperaba que esta semana anunciara los detalles de un nuevo plan sobre la posible ampliación de los subsidios de la Ley de Atención Asequible o Affordable Care Act, conocida como Obamacare.

Sin embargo, el anuncio se pospuso ante la incertidumbre sobre sus planes concretos. «Alguien dijo que quería extender los subsidios por dos años», declaró Trump el 25 de noviembre. «Preferiría no extenderlos en absoluto», agregó. Esto  ha vuelto a centrar la atención en el sistema de salud estadounidense, considerado como el más caro del mundo.

¿Es el sistema estadounidense el más caro?

Según un informe de la OCDE titulado «Panorama de la Salud 2025«, Estados Unidos es, con diferencia, el país con mayor gasto per cápita en atención médica del mundo. La diferencia entre el gasto per cápita de Estados Unidos y el de Suiza, que ocupa el segundo lugar, es mayor que la que existe entre Suiza e Italia, que ocupa el puesto 23.

Los expertos afirman que, por un lado, la atención médica estadounidense es extremadamente cara porque ofrece servicios de primera clase y altos niveles de innovación, con influencia mundial. Sin embargo, esto tiene un costo muy alto, que incluye «grandes disparidades en los resultados y la calidad para las personas de bajos ingresos, los afroamericanos y los latinos», precisa John McDonough, profesor de práctica de salud pública en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard en Boston.

Jon Cylus, del Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud en Bruselas, Bélgica, señala que una de las principales causas de los altos costos en EE. UU. son los altos precios de los seguros y otros servicios, junto con la falta de transparencia y control sobre su fijación: «Realmente no se puede comparar precios dentro del sistema».

Según Klaus Hurrelmann, profesor titular de salud pública y educación en la Escuela Hertie de Berlín, el problema de los altos precios tiene sus raíces en la ética de mercado que sustenta el sistema de salud estadounidense: las personas son las principales responsables de «asegurar sus oportunidades de vida». Esto incluye la atención médica como un «bien de mercado con intervención estatal selectiva».

McDonough coincide plenamente: «El sistema, en muchos sentidos, ya no se centra en el paciente. Se trata de maximizar el valor para los accionistas, sus propietarios».

 

EE. UU., Washington D. C., 2025 | Un cartel donde se lee: "Los millonarios se hacen más ricos... los americanos, más pobres". En una conferencia de prensa de los demócratas sobre el impacto del cierre del Gobierno sobre los costos de atención médica y los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria.
La atención médica es un tema muy controvertido en la política estadounidense. Imagen: Eric Lee/Getty Images/AFP

Demasiados sistemas y 25 millones de personas sin cobertura

El sistema estadounidense no está centralizado, con múltiples formas de prestación de servicios de salud y seguros disponibles.

El programa Medicare cubre a las personas mayores de 65 años, mientras que Medicaid busca ayudar a las familias de bajos ingresos. Existe un seguro médico proporcionado por el empleador, llamado Employer Sponsored Insurance (ESI) y programas separados para veteranos militares y para indígenas estadounidenses. Además de la opción de contratar un seguro individual con aseguradoras privadas.

Sin embargo, según estimaciones recientes de la Oficina del Censo de EE. UU. y la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud de los CDC, al menos el 8 % de la población (más de 25 millones de personas) no tiene cobertura de seguro médico.

El Commonwealth Fund, una fundación privada estadounidense que mide regularmente el desempeño de la atención médica en EE. UU. en comparación con el de otros países ricos, concluye sistemáticamente que EE. UU. tiene el sistema de atención médica con peor desempeño entre los 10 países de altos ingresos que analiza. Esos otros países son: Australia, Canadá, Francia, Alemania, Países Bajos, Nueva Zelanda, Suecia, Suiza y el Reino Unido.

Si se mira hacia Europa…

Los analistas de políticas sanitarias suelen especular sobre la posibilidad de que Estados Unidos aprenda de los países que lo superan en estas encuestas, especialmente en asequibilidad y cobertura.

Klaus Hurrelmann afirma que, si bien el sistema alemán posee cualidades que lo convierten en un referente mundial, «no es un modelo sencillo que pueda copiarse». Implica seguros médicos obligatorios y un amplio acceso a los servicios, lo que, según Hurrelmann, ofrece «lecciones importantes, especialmente sobre el compromiso con el acceso universal y la financiación solidaria».

Hurrelmann también señala problemas de asequibilidad ante el aumento de los costos de los seguros, que incluyen los llamados pagos adicionales de bolsillo para los pacientes.

«Todos son mejores que el nuestro»

John McDonough no se anda con rodeos cuando se le pregunta si le gustaría que Estados Unidos tuviera un modelo de atención sanitaria alemán o suizo. «Preferiría el sistema de casi cualquier otro país. Simplemente, todos son mejores que el nuestro», afirma.

Cree que la clave del éxito de esos sistemas reside en la ética de las organizaciones sin fines de lucro y en el hecho de que deben operar bajo normas coherentes. «En Estados Unidos, actualmente, tenemos enormes entidades con fines de lucro que se han consolidado, crecido y dominado el sistema de maneras particularmente severas y perjudiciales, lo que está creando gran parte del caos que observamos», afirma.

Para Hurrelmann, existe una profunda diferencia filosófica entre cómo la mayoría de los Gobiernos europeos ven la atención médica y cómo la ve el Gobierno estadounidense: «En Europa, la salud se considera ampliamente un derecho social. En Estados Unidos, se considera con mucha más frecuencia una responsabilidad privada. Esto influye profundamente en el diseño, la financiación y las expectativas públicas del sistema».

 

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