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Sumar no resta pero lastra

De momento, no se detecta apenas trasvase de voto desde el PSOE a la plataforma de Díaz, pero la riña con Unidas Podemos puede perjudicar seriamente al bloque de izquierdas

De momento, y a expensas de que cale más el aparataje propagandístico de Sumar y su promotora, estudios demoscópicos no detectan apenas transferencia de voto socialistas hacia la plataforma liderada por Yolanda Díaz. Más aún, según GAD3, por ahora el único vaticinio perceptible desde que la ministra de Trabajo haya puesto en marcha Sumar, con el apoyo implícito de Pedro Sánchez, es una movilización del voto en el bloque de su derecha, de tal forma que esta operación política solo tendría un efecto disgregador del voto dentro de la izquierda. No hay nuevas transferencias de voto entre bloques, una vez que el PP habría absorbido ya el voto socialista desencantado por la mala gestión de Sánchez y la entrega a sus socios separatistas, que se ha sustanciado en el indulto de los golpistas del 1-O, la eliminación del delito de sedición en el Código Penal y la rebaja de penas a los depredadores sexuales o a los corruptos malversadores, escándalos como el del Tito Berni aparte.

A simple vista, parece claro que La Moncloa midió con bastante acierto las consecuencias del efusivo apoyo de Sánchez al proyecto de Yolanda Díaz, que no perseguía otro objetivo que liquidar las expectativas electorales de Unidas Podemos y precipitar el inexorable crepúsculo que las encuestas han detectado desde hace tiempo. No hay que olvidar que no hace demasiado tiempo, el partido morado llegó a controlar setenta escaños y ahora los sondeos creen que puede bajar de la veintena.

Por el momento, y habida cuenta de que Sumar no comparecerá como tal a las elecciones municipales y autonómicas de finales de mayo sino a través de las confluencias que se han alistado a la operación encabezada por Díaz, es difícil calibrar si después del verano y según se vayan acercando las elecciones generales la plataforma de la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno conseguirá arañar votos en el caladero donde suele pescar el socialismo. Parece, por tanto, que aún es temprano para medir el impacto de Sumar más allá del deterioro evidente que provocará en Unidas Podemos, donde parecen dispuestos a plantar cara a Sumar confiando, quizá ingenuamente, en que hasta el momento las disidencias que le han salido al movimiento morado no han terminado de despegar (solo un senador, tres diputados en el Congreso y veinticinco representantes en cámaras autonómicas). Esto hablaría de las dificultades del partido de Díaz de viralizar por toda España el presunto auge que se observa desde diversos medios.

Como se ha recordado desde estas páginas, si finalmente Díaz y Podemos no encuentran una mínima componenda y terminan por concurrir por separado a las generales de diciembre, la escisión puede acabar siendo letal para la izquierda y, elípticamente, para el propio Sánchez que verá imposible reeditar la actual coalición de izquierdas ni sumando a los socios parlamentarios (la gran mayoría contrarios a los intereses generales de España) que el líder socialista eligió para salvar la legislatura. Por el momento, Sumar no resta demasiado al PSOE pero puede liquidar las expectativas electorales de Sánchez.

 

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