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Transición «a la uruguaya» en medio de la pandemia

Los desafíos son varios y, a la uruguaya, gobierno y oposición asientan el recambio político. Análisis de los principales temas de la agenda.

Uruguay, el país pequeño ubicado al sur de América del Sur, muestra algunas singularidades en medio de la pandemia por el COVID-19. La más mediática es la acción humanitaria que se viene llevando a cabo en las últimas semanas para salvaguardar la salud de viajeros y tripulantes del crucero australiano Greg Mortimer. Esto le ha valido titulares de prensa en medios como la BBC o Europa Press. Pero además es el único país al que la pandemia sorprendió en plena transición de gobierno. El 1° de marzo de 2020 el saliente presidente Tabaré Vázquez entregó la banda presidencial a Luis Lacalle Pou. Este hecho marcó el fin de un ciclo de 15 años del Frente Amplio en el poder y, con ello, un relevo casi total en las posiciones de gobierno y la orientación política. Tan solo trece días después —cuando aún quedaban muchos cargos por adjudicarse— se detectaron los primeros casos de COVID-19.

La incertidumbre era tan alta como el desafío que tenían que asumir las nuevas autoridades. Es que, por un lado, el escenario político muestra a un presidente que debe apoyarse en una coalición inédita en la historia del país, conformada por cinco partidos. Dos de ellos son viejos conocidos, el Partido Nacional, que lidera el presidente Luis Lacalle Pou, y el Partido Colorado. Pero a ellos se suman los nuevos fichajes: Cabildo Abierto, Partido Independiente y Partido de la Gente. Por otro lado, está el contexto socioeconómico. Luego de un período de buenos desempeños, el país da señales de deterioro. Los datos más recientes dan cuenta de un persistente estancamiento económico, déficit fiscal que llega al 5 % del PIB, desempleo en aumento que llega al 10,5 % en febrero, inflación del 9 %, pobreza relativamente baja del entorno del 8,8 % de la población y una tasa de informalidad del 25 %. La pandemia del COVID-19 ha impactado fuertemente, como en todo el mundo, y estos indicadores se verán agravados por los efectos de la crisis sanitaria. El FMI prevé una caída del 3 % para la economía uruguaya en 2020, pero con un rebote para 2021 que se estima en un 5 %, lo que, de ser así, significaría una recuperación importante.

 

 

 

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