Tres zonas de Notre Dame siguen frágiles y el riesgo de hundimiento de las bóvedas aún no se puede descartar
Macron anuncia que el Papa visitará próximamente París. El Gobierno francés construirá una catedral "efímera" en la explanada frente a Notre-Dame, que será cubierta
El ministro francés de Cultura, Franck Riester, señaló este jueves que hay tres zonas de Notre Dame que «siguen siendo frágiles», aunque la estructura principal de la catedral esté fuera de peligro, y que se va a trabajar para limpiar y cubrir la bóveda y evitar allí nuevos hundimientos.
«Gracias al trabajo excepcional de los bomberos, se evitó lo peor», afirmó en una entrevista al canal «BFMTV» Riester recogida por Efe, que en cualquier caso dijo no poder descartar todo riesgo de hundimiento y señaló en particular tres puntos problemáticos.
Por su lado, el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo este jueves que habló el martes con el Papa Francisco y que se comprometió a visitar Francia próximamente. «He hablado con el Papa por teléfono. Obviamente le invité a venir y me dijo que vendrá en algún momento que le permita su agenda», dijo Macron en declaraciones recogidas por Reuters.
Además, el ministro de Cultura y el rector de Notre-Dame, Patrick Chauvet, anunciaron también esta mañana que se va a construir una catedral «efímera« en la amplia explanada situada en frente de Notre Dame. Este edificio temporal permanecerá abierto para los oficios religiosos mientras la catedral se encuentre cerrada para su rehabilitación.
«No debemos decir que la catedral se cierra durante cinco años y ya está», dijo el obispo Chauvet en el canal de noticias CNews, en declaraciones recogidas por Afp. «Me gustaría que fuese un lugar hermoso», agregó, «un lugar un poco simbólico, un poco atractivo».
La alcaldesa socialista de París Anne Hidalgo alentó el proyecto, agregó el obispo, y acordó prestar «parte de la explanada» para la construcción de esta iglesia, que será «de madera», agregó.
TRES PUNTOS «MUY PROBLEMÁTICOS»
Uno de los lugares «muy problemáticos» de Notre Dame, según Riester, es el frontispicio norte del transepto, en el que se ha estado trabajando en las últimas horas, y cuya situación ha mejorado. Ante la amenaza que eso suponía, fueron evacuados cinco edificios de viviendas contiguos.
También son motivo de preocupación el frontispicio oeste, por una escultura inestable de un ángel que va a ser retirada, y un ángulo del campanario sur, donde hay riesgo de que algún elemento se precipite sobre los órganos.
El ministro igualmente hizo mención del riesgo de hundimiento de las bóvedas, más allá de los tres puntos en los que eso ocurrió durante el incendio. «En estos tres lugares la bóveda se ha derrumbado y existe un riesgo real de que se derrumbe en otro sitios, por lo que hoy se instalarán andamios«, señaló.
Por eso se va a quitar todo lo que les cayó encima -esencialmente las vigas de madera y las placas de plomo de la techumbre- y se van a cubrir para protegerlas cuando llueva.
Más allá de esa protección, no excluyó la idea de cubrir la catedral con la bandera francesa el 14 de julio, día de la Fiesta Nacional.
El titular de Cultura, que reafirmó el «objetivo» fijado por el presidente francés, Emmanuel Macron, de que la catedral se reconstruya en cinco años, precisó que no cree que Notre Dame tenga que estar cerrada al público durante todo ese tiempo y reconoció que hay muchas ideas como la de la catedral «efímera».
Preguntado sobre el coste de la reconstrucción, Riester respondió que no hay todavía una cifra, pero que por la experiencia la estimación es de «cientos de millones de euros».
Se negó a entrar en el debate que se ha generado en Francia después de que grandes fortunas y multinacionales francesas a los que ONG y grupos políticos reprochan no contribuir como deberían con sus impuestos hayan prometido ya donaciones de cerca de 1.000 millones de euros para Notre Dame.
«No creemos polémicas vanas« y «dejemos que se manifieste la solidaridad«, replicó a esa cuestión, antes de poner el acento en que el Gobierno ha habilitado cuatro instituciones para que se encarguen de recoger las donaciones privadas para evitar estafas y garantizar que el dinero recaudado se dedicará «íntegramente» a la reconstrucción y al mantenimiento de la catedral.