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Un trío fundamental para la seguridad de Europa
BERLÍN – Pese a las tensiones generadas por el Brexit, los gobiernos de Francia, Alemania y el Reino Unido han mantenido un frente común en las disputas entre la Unión Europea y Estados Unidos. Si es posible sostener esta unidad, los “tres grandes” de Europa (el “E3”) harán un gran servicio a la UE en un futuro turbulento.
El presidente francés Emmanuel Macron, la canciller alemana Angela Merkel y la primera ministra británica Theresa May mostraron una línea común en relación con la retirada del presidente estadounidense Donald Trump del acuerdo nuclear con Irán y su rechazo al comunicado final de la cumbre del G7 en junio. Los tres desaprueban que Trump haya decidido trasladar la embajada estadounidense en Israel a Jerusalén y retirar a EE. UU. del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Y los tres criticaron la escalada de guerra comercial que ha emprendido con China.
Esta unidad no es meramente retórica. En los últimos tiempos el RU se ha mostrado favorable a proyectos de integración de la UE en política exterior y de seguridad, mucho más que antes del referendo por el Brexit. Esto incluye la decisión de establecer nuevos cuarteles para misiones de entrenamiento militar en África, que muchos ven como el núcleo de un posible ejército europeo. Gran Bretaña siempre se había resistido a esta iniciativa.
El catalizador aparente para el cambio de rumbo del RU es Trump. Hay indicios significativos de que Trump considera a la UE y a algunos de sus estados miembros como adversarios, en vez de aliados. Si bien EE. UU. seguirá siendo el aliado más importante de la UE y de los miembros europeos de la OTAN, ya no es el más confiable. Este cambio anuló en el RU las esperanzas de poder aprovechar la “relación especial” con EE. UU. después del Brexit, y resaltó a la UE la urgencia de aumentar la autonomía estratégica de Europa.
Si bien la alianza noratlántica seguirá siendo crucial para la seguridad europea, ahora la UE está tratando de crear capacidad para definir prioridades estratégicas propias y, de ser necesario, actuar según ellas, sea en forma individual o con otras partes. Alcanzar este objetivo, definido en la “Estrategia Global” 2016 de la UE, será mucho más fácil con la participación del RU.
Lo cierto es que la UE y el RU tienen más peso internacional juntos que separados. Londres cuenta con un importante grado de experiencia diplomática, influencia internacional y recursos militares y económicos que pueden emplearse en emprendimientos conjuntos, en tanto que el respaldo de la UE puede ser un importante refuerzo para las políticas del RU en la escena internacional. Esto se aplica a iniciativas relacionadas con actores importantes como China o Rusia, los regímenes de sanciones, los acuerdos internacionales y programas estratégicos como Galileo, el sistema europeo de navegación satelital.
Las particularidades de la asociación institucional del RU con las decisiones comunes de la UE en política exterior, seguridad y defensa después del Brexit tendrá que determinarlas el acuerdo de salida del bloque, pero es posible crear un formato en el que el RU tenga voz sin capacidad de veto. En el ínterin, no debería tomarse ninguna decisión que impida o debilite la coordinación post‑Brexit del RU con las posturas, acciones e instrumentos de política exterior de la UE. Además, es posible y necesario tomar ya mismo medidas para fortalecer los lazos entre la UE y el RU.
En esto la colaboración entre los miembros del E3 es particularmente crucial. Este grupo ya ha dado muestras de su potencial. Ya en 2003 inició negociaciones con Irán sobre su programa nuclear, y luego se convirtió en el núcleo del grupo “E3 más 3” (China, Rusia y EE. UU.) que –junto con la UE– firmó el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) con Irán en 2015.
Tras la decisión de Trump de retirar a EE. UU. del PAIC, el E3 –en conjunto con la oficina del Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad– será esencial para salvar el acuerdo y elaborar soluciones más amplias en relación con Irán. Pero el E3 también tiene una importante función que cumplir en otras áreas, entre ellas los conflictos en Siria y Yemen, la disputa continua entre Israel y Palestina, la inestabilidad en el norte de África y la seguridad marítima en el Mediterráneo, el Océano Índico y el Mar de China Meridional.
Según la cuestión de que se trate, otros miembros pertinentes de la UE –como Italia, Polonia o España– tendrán que sumarse al E3 para la elaboración de políticas o la negociación de acuerdos. Las iniciativas del E3 siempre deberían coordinarse con la oficina del Alto Representante, para aprovechar al máximo la legitimidad y los recursos del bloque.
Una coordinación estratégica más frecuente y visible entre los miembros del E3 mejorará la capacidad de la UE y del RU para aprovechar los beneficios de la cooperación entre ambas partes. También puede servir de base para un acuerdo pragmático para el Brexit que mantenga una estrecha cooperación entre el RU y la UE en política exterior y de seguridad.
Le guste o no a la UE, una iniciativa conjunta creíble de Francia, Alemania y el RU influirá más en países como Irán, Rusia, China o incluso EE. UU. que una posición común de la UE surgida de un debate en el Comité Político y de Seguridad de la UE. Fomentar una colaboración más profunda en el E3, como la que se ha visto en los últimos tiempos, debe ser alta prioridad en la política exterior de la UE, antes y después del Brexit.
El hecho de que Francia, Alemania y el RU coincidirán en el Consejo de Seguridad de la ONU en el período 2019‑2020 (Francia y el RU como miembros permanentes, y Alemania como miembro elegido por la Asamblea de la ONU) dará más peso a la acción conjunta de los tres países. Además, una estrecha colaboración dentro del Consejo de Seguridad puede ayudar a estructurar la coordinación entre la UE y el RU en política exterior en el período de transición inmediatamente posterior al Brexit.
Traducción: Esteban Flamini