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Trump protege a su equipo tras uno de los peores fallos de seguridad en la historia

El jefe del Pentágono se defiende atacando al periodista al que la Casa Blanca añadió por error a un grupo de mensajes sobre un ataque a Yemen

Los demócratas aseguran que la Administración Trump está «jugando de forma temeraria» con información clasificada AFP

 

Finalmente, este martes Donald Trump se ha visto obligado a defender públicamente a su consejero de Seguridad Nacional, Michael Waltz, tras la crisis generada por haber añadido por error a un periodista a un grupo privado de mensajería en el que altos funcionarios de su Administración discutían en detalle un ataque contra el grupo hutí en Yemen, ejecutado el pasado 15 de marzo.

En una entrevista con la cadena NBC News, Trump declaró que «Michael Waltz ha aprendido la lección y es un buen hombre». Restó importancia al incidente, asegurando que la presencia del periodista «no tuvo ningún impacto en absoluto» y calificando la operación militar como «un éxito total». Añadió que se trató de «un simple traspiés» ocurrido tras dos meses de «notables éxitos» de su equipo en materia de seguridad nacional.

El periodista afectado, Jeffrey Goldberg, editor jefe de ‘The Atlantic’, recibió información confidencial sobre el ataque con dos horas de antelación, pero optó por no divulgarla por razones éticas y de seguridad. Durante los días que permaneció en el grupo de Signal, ninguno de los altos cargos se percató de su presencia, a pesar de la gravedad del contenido compartido.

Goldberg ha explicado que evitó publicar mensajes que incluían detalles operativos como los objetivos militares, el armamento desplegado y la secuencia del ataque. Aun así, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, negó haber compartido ese tipo de información y descalificó a Goldberg, al que llamó «engañoso y altamente desacreditado», pese a que el propio Gobierno ha confirmado la veracidad del contenido y a que el periodista ha omitido deliberadamente cualquier información que pudiera comprometer a personal de inteligencia.

Este episodio sin precedentes expuso cómo altos funcionarios del Gobierno Trump, entre ellos Hegseth, el vicepresidente J.D. Vance y el asesor Stephen Miller, compartieron información altamente sensible en una aplicación de mensajería comercial. La conversación dejó al descubierto además opiniones personales, como la animadversión de Vance hacia Europa, a la que acusó de depender del «rescate permanente» de EE.UU., calificativo al que Hegseth respondió tildando de «patética» la actitud europea.

La Casa Blanca ha reconocido la autenticidad del grupo de mensajes y anunció que investiga cómo se produjo la inclusión de un número externo. Según expertos citados por Goldberg, el uso de una plataforma no autorizada para discutir planes militares podría violar la Ley de Espionaje y la Ley Federal de Registros, especialmente si, como ocurrió, algunos de los mensajes fueron programados para autodestruirse automáticamente.

Por coincidencia, este martes, los principales responsables de Inteligencia de Estados Unidos comparecen ante la comisión de Inteligencia del Senado en su audiencia anual sobre amenazas globales, en medio de esta polémica: la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard—que estaba en el grupo de mensajes— y el director de la CIA, John Ratcliffe.

Los demócratas del Congreso han pedido una investigación inmediata y prometen abordar el tema en profundidad durante esta comparecencia. El senador demócrata Mark Warner, miembro de mayor rango de la comisión, calificó el episodio como «una amenaza directa a la seguridad nacional» y denunció que la Administración Trump está «jugando de forma temeraria» con información clasificada.

 

 

 

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