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Trump se lanza a por la reelección más reñida de la historia reciente

Donald Trump se adentra esta semana en el congreso del Partido Republicano que le aclamará como candidato a los comicios del 3 de noviembre en una situación sin precedentes para un presidente que se enfrenta a la reelección. La pandemia de coronavirus sigue haciendo estragos en Estados Unidos, que es el país más afectado del mundo en contagios y muertes.

El desempleo derivado de esa grave crisis sanitaria sigue en un alarmante 10%. Y el presidente se ha desplomado en las encuestas tanto de popularidad como de intención de voto. Trump, sin embargo, recuerda que los sondeos ya fracasaron estrepitosamente en 2016 y confía en que este congreso marque una diferencia y le catapulte de nuevo a una sorpresiva victoria.

El tema central del congreso del Partido Republicano, que se celebrará en gran parte por videoconferencia para prevenir contagios, es el optimismo, en contraposición con el congreso de los demócratas, que se celebró la semana pasada y que según el presidente fue un derroche de negatividad.

Los ponentes del congreso -incluidos la primera dama y todos los hijos mayores de edad del presidente- participarán en lo que el Partido Republicano ha descrito como jornadas temáticas en torno a los conceptos de «esperanza», «oportunidades» y «grandeza», dentro del lema general de la campaña de Trump de «hacer a América grande nuevo».

«Hacer América grande de nuevo»

Ha tenido cuatro años el presidente para hacer «América grande de nuevo», como prometió en 2016. Ahora su equipo mantiene que el lema sigue siendo válido, tras casi cuatro años de Trump en la Casa Blanca, porque desde su punto de vista la negligencia de China originó la pandemia y hundió el mercado de trabajo en todo el mundo. Es decir, la economía y el resto del país iban viento en popa hasta que una grave crisis sanitaria provocada por la mala praxis de un régimen comunista arruinó todos los indicadores excepto los bursátiles.

Según dijo el presidente sobre el congreso en una entrevista en la cadena Fox News, «creo que veremos algo muy ilusionante y positivo». La presidenta del Partido Republicano, Ronna McDaniel, añadió este domingo que el presidente ha invitado a una serie de ciudadanos estadounidenses que «contarán cómo las políticas de la Administración Trump han mejorado sus vidas». «Queremos describir el optimismo de un programa claro para los próximos cuatro años», añadió.

Entre esos invitados se encuentran Mark y Patricia McCloskey, una pareja de Misuri que hace unas semanas se plantó en su jardín revólver en mano para defender su derecho a portar armas ante el paso de una manifestación contra la violencia racial. También Carl y Marsha Mueller, padres de una cooperante a la que mató el Estado Islámico. Y varios afectados por la pandemia que se han beneficiado de ayudas aprobadas por el Gobierno, que en marzo aprobó un rescate de 2,2 billones de dólares.

Sonadas ausencias

Entre las ausencias, las de todos los candidatos republicanos anteriores a Trump. George Bush hijo, único expresidente republicano vivo, no participará. La viuda de John McCain apareció en el congreso demócrata y apoyó a Joe Biden. Mitt Romney es el único senador conservador que se ha atrevido a plantarle cara a Trump y votó a favor de deponerlo en el juicio político del impeachment.

Aun así el presidente cuenta con el apoyo mayoritario del Partido Republicano de hoy en día, por eso darán discursos en el congreso senadores y diputados que han cerrado filas tras él en el Capitolio.

Hace unos meses Trump insistía en la necesidad de tener un congreso normal, donde pudiera dar un discurso en público sin las limitaciones impuestas por la pandemia. Eso ha quedado descartado, y finalmente el presidente ha decidido dirigirse a su partido y a la nación desde la Casa Blanca. Su equipo ya está montando un escenario para que lo haga el jueves, ante unos cientos de personas invitadas directamente por la presidencia.

 

 

 

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