Tulipanes, cráteres y cumbres
Martina Gedeck
Martina Gedeck es el nombre con que el astrónomo alemán Felix Hormuth quiere bautizar a un pequeño planeta de 2 km de diámetro y 450 millones km distante del sol, descubierto por él en el año 2009.
El astrónomo no es un fan de la protagonista de La vida de los otros, pero estima que la actriz debería recibir un galardón que se salga de lo común y silvestre: “Después de todo, ese nombre se queda ya para siempre”. Me hizo recordar dos emails recibidos en diversas fechas de un lector habitual de mi columna, el ingeniero Samuel Whelpley, de Barranquilla. En el primero me decía: “Don Ricardo, navegando por internet me encuentro con que han llamado a una rana Pristimantis jorgevelosai en honor al músico colombiano de música andina Jorge Velosa”. Y en el segundo: “¿Sabía usted que existe un género de mariposas honrando a Vladimir Nabokov? La Nabokovia se llama”.
La verdad es que siempre me gusta enterarme de cosas como estas desde el lejano día en que descubrí que a Goethe, científico amén de escritor, los geólogos le hicieron el homenaje de nombrar “goethita” a un oxihidróxido de hierro que se da, p. ej., en las minas de Riotinto, en la Huelva donde nací. Y que en la frontera de Venezuela con Brasil hay una cumbre llamada nada menos que Guimarães Rosa, también él una cumbre, de la literatura iberoamericana (y universal). Con el tiempo he sabido además que la cultura hopewell, en lo que hoy son los Estados Unidos, se llama así por el apellido, Hopewell, del propietario del terreno donde se halló el primer yacimiento. Añádase a ello que en los mapas astronómicos del jesuita Riccioli aparecen en el siglo XVII los cráteres de la Luna nominados con ilustres padrinos: Arquímedes, Aristóteles, Copérnico, Kepler, Galileo, Alphonsus (por Alfonso X el Sabio)… a quienes se añadirá, siglos después, Julio Verne.
Aishwarya Rai
Por su parte, en Mercurio existe desde 1979 un cráter de nombre Ausiàs March, el gran poeta valenciano del siglo XV, y en Venus, el planeta femenino por excelencia, hay dos que se llaman Isabel la Católica y Carmen Amaya, la deslumbrante bailaora gitana. Y no en último término, en Holanda cultivan una variedad de tulipán que lleva el nombre de la que con harta seguridad es la más bella mujer del planeta, la actriz india (de la India) Aishwarya Rai. Habrá que darle alas a la imaginación de los astrónomos, para que de lo vivo pasen a lo pintado, y que en el futuro los cráteres de Venus se llamen Lizzy Bennet, Emma Bovary, Ana Karenina, Fortunata, Remedios la bella, Catalina Guzmán… Y que a algún cometa espléndido, radiante y efímero, se lo bautice como Arthur Rimbaud.