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Un Papa de consenso

Atentos a los perfiles mixtos: un asiático que esté en Roma, un norteamericano que hable español, un italiano que esté fuera, un africano romano…

              Colocación de la chimenea desde donde saldrán las fumatas a partir del 7 de mayo reuters

 

 

Cuenta Eusebio de Cesarea en su ‘Historia Eclesiástica’ que a la muerte del Papa Ponciano en Cerdeña, durante la persecución de Maximino el Tracio, le sucedió el Papa Fabián (236-250), elegido mediante un acontecimiento prodigioso. Mientras la comunidad romana se hallaba unida para elegir a su nuevo obispo, una paloma se posó encima de Fabián, un hombre en el que nadie había pensado. Ese hecho fue considerado una indicación divina.

Durante esta semana, que sepamos, no se ha posado ninguna paloma dentro de las Congregaciones Generales de los cardenales reunidos en Roma. Sí se ha hecho un diagnóstico de la situación de la Iglesia y se ha ido trazando el dibujo de un Papa que deberá afrontar no pocos retos, desde el económico hasta la tensión y la fatiga que se vive en determinados sectores de la Iglesia. Se han asentado una serie de lógicas que pueden indicar hacia dónde apunta la elección con una idea maestra: un pontífice que pueda aglutinar el mayor consenso posible ante los riesgos de una ruptura de la unidad de la Iglesia.

La primera lógica asentada es la dialéctica entre quienes enarbolan a ultranza la bandera de la continuidad del pontificado de Francisco, entendido como una singularidad que marca una ruptura en determinadas cuestiones, y quienes consideran que, salvando la sustancia del pontificado pasado, el próximo debiera ser garante de la unidad, faro doctrinal, asentador de costuras. La segunda lógica en la configuración de grupos de voto es consecuencia del proceso de internacionalización del colegio cardenalicio.

Eligiendo a Juan Pablo II, el papado salió de Roma y se centró en Europa. Benedicto XVI ratificó esa apuesta y Francisco la amplió, pero dentro del marco de Occidente. ¿Será el momento de Oriente, de Asia, incluso de África? Otra lógica, la edad, ni muy joven, ni muy anciano. Atentos a los perfiles mixtos, un asiático que esté en Roma, un norteamericano que hable español, un italiano que esté fuera, un africano romano… Como podemos ver, la barca de Pedro es un instrumento de navegación por el tiempo y la historia y no un museo flotante.

 

 

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