Una Bitácora cubana (LXXXI)
Se cumplió un año del 11-J, de las protestas populares en toda Cuba. Y durante esos doce meses, el régimen solo tuvo dos respuestas: represión y judicialización de centenares de ciudadanos por expresar su deseo de una Cuba en libertad, de Patria y Vida, de poder tener esperanza en un futuro ¡por fin! humano. Como respuesta a la represion y judicialización, el ciudadano común una vez más decide emigrar por sentirse impotente de hacer nada en su patria; de esta forma el gobierno se libra de sus opositores, causando asimismo un daño mayor y a largo plazo: la pérdida de la fe en que sí se puede.
En América 2.1 publicamos diversos artículos y notas al respecto.
1-Quisiera comenzar con una nota del historiador cubano residente en México, Rafael Rojas, publicado en el diario La Razón de ese país (“El triunfalismo de los represores”), en el cual el autor destaca de entrada lo siguiente:
-“El triunfalismo oficial cubano es la celebración de una neutralización de la juventud pobre e inconforme a base de cárcel y éxodo”.
Después de sesenta años, eso es lo que tiene que ofrecer una mal llamada “revolución” a sus jóvenes: o ir preso por expresar lo que piensa, o emigrar, dejar atrás todo un bagaje de recuerdos, de memorias, abandonar familia, amigos, vecindad, para ver si puede construir su vida en una sociedad donde se le respeten derechos, se le permitan sueños, pueda echar raíces.
Es bien conocido el grave problema demográfico que atraviesa la Isla. Miles y miles de jóvenes tienen años yéndose. Queda una sociedad cada vez más empobrecida y envejecida.
Destaquemos estos párrafos de la nota de Rojas:
“A un año de las protestas, la dirigencia cubana regresa a su primer instinto retórico: un triunfalismo irresponsable, mezclado con machismo y elitismo sin filtros. ¿Qué celebran? Fundamentalmente, haber retomado el control de las calles. ¿Cómo lo consiguieron? Vigilando, encarcelando y exiliando a miles de jóvenes cubanos. Según Human Rights Watch y varias ONGs, más de 1400 personas fueron arrestadas en las semanas posteriores al 11 y 12 de julio. De acuerdo con la Fiscalía, a principios de 2022, unos 800 habían sido procesados y cerca de 500 ya estaban en privación de libertad.
Esas cifras han aumentado en los últimos seis meses. Lo más probable es que el saldo represivo de aquellas jornadas, mayoritariamente pacíficas según la propia información oficial, sea de más de mil presos por mucho tiempo. A las reclusiones habría que agregar el aumento notable de la emigración, que en el último año ha llegado a cifras de más de 140 000 cubanos, suma que supera a los éxodos del Mariel, en 1980, y de los balseros, a mediados de los 90”.
2-Sobre el 11 – J, Armando Durán publicó en “Encuentro Humanista”, revista digital de reciente aparición, que no dudo en recomendar, una nota sobre el 11-J, y su significado. Con la agudeza que lo caracteriza, destaca lo siguiente:
“Lo ocurrido hace un año en Cuba nada tuvo que ver con la agenda secreta de algún perverso enemigo nacional o extranjero, ni con conspiraciones promovidas por “agencias estadounidenses.” Vaya, que lo que pasó entonces no fue un “golpe vandálico” de los enemigos del pueblo y la Revolución como repiten disciplinadamente los jerarcas del Partido Comunista de Cuba para justificar una vez más la permanente y feroz persecución de “los otros.” Que lo que de veras ocurrió entonces en las calles de la isla puede repetirse en cualquier momento a pesar del estado de sitio a que son sometidos millones de cubanos inocentes desde hace más de sesenta años, como consecuencia natural, hace un año y mucho más ahora, del monumental fracaso de una supuesta revolución que desde el primero de enero de 1959 le ha ofrecido a sus hijos conducirlos a un mar infinito de felicidad y lo que ha hecho es hundirlos en un abismo insondable de miseria física y espiritual”.
Por eso mismo, Yoani Sánchez, en 14ymedio hizo esta afirmación contundente:
“El próximo estallido tampoco podrá preverse ni pronosticarse, pero quizás sea la última vez en que el régimen pueda aplastar el malestar y responder con golpes, disparos y tribunales. El 11J también aprendimos que el temor cambió de bando”.
3-LA POLÍTICA EXTERIOR DEL CASTRISMO:
En la revista arriba mencionada, “Encuentro Humanista”, me pidieron un artículo sobre las relaciones internacionales del castrismo, que titulé: “POLÍTICA EXTERIOR CASTRISTA: SIEMPRE A LA OFENSIVA”.
De la misma destaco lo siguiente:
“Las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, desde la llegada del castrismo, han sido una muestra clara de cómo los castristas entendieron que derrotar al vecino del norte -entendiendo por su derrota, en los fundamental, la sobrevivencia del castrismo y su consolidación como “revolución anti-imperialista” a los ojos del mundo- implicaba en primer lugar, una política exterior estratégica. (…)
El “internacionalismo” de la política exterior cubana fue y es fruto de la visión estratégica de Fidel Castro, quien desde el principio del triunfo de la guerrilla y la toma del poder ve claramente que creando una cabeza de playa al servicio de la Unión Soviética y desarrollando un ejército capaz de convertirse en brazo derecho de la URSS en África -y donde fuese necesario- Cuba se convertiría en una ficha de alta relevancia en el tablero internacional con una política de relaciones siempre a la “ofensiva”. Es la política internacional cubana quien convierte al pequeño país caribeño en un actor de alta importancia mundial. Después de la caída de la URSS la política exterior cubana adquiere vida propia a través de la alianza y “explotación” de la riqueza venezolana y el desarrollo de todo un eje ideológico con Nicaragua, Bolivia y la izquierda diversa latinoamericana. (…)
El 11-J llegó y dejó una lección inolvidable: el castrismo está pasando por su peor momento, la realidad socio-económica está más grave que nunca, y los cubanos en la isla están hartos. Desean enterrar para siempre el “patria o muerte”, y cambiarlo por un radiante mensaje de “patria y vida”.
La nota completa puede leerse en este enlace:
4– Cada uno de los cubanos, y ciudadanos demócratas de todo el mundo interesados en el tema cubano, tienen recuerdo de cómo vivieron ese 11 de julio de 2021. En 14ymedio tuvieron la excelente idea de interrogar a un representativo número de intelectuales, artistas y escritores cubanos, en el exterior, a que compartieran lo que sintieron ese día. Aquí tenemos algunas de las afirmaciones al respecto:
Ernesto Hernández Busto (poeta, ensayista y traductor, Barcelona): «Se rompió el tabú de ‘la calle es de los revolucionarios”.
Jacobo Machover (escritor y catedrático en literatura hispánica, París): «El tiempo se está acabando para los que mantienen a los nuestros en la opresión y en la miseria».
José Prats Sariol (escritor, Miami): «Ni temo ni deseo un baño de sangre, nunca ha estado en nuestras tradiciones»
Enrique del Risco (historiador y escritor, Nueva Jersey): Fue el día de la pérdida casi unánime del miedo en un país corroído por el terror a desobedecer».
Alexis Romay (poeta y narrador, Nueva Jersey): «La Cuba del futuro comenzó a la vista de todos ese día.»
Wendy Guerra (escritora, Miami): «Hay una Cuba infinita que está ahí, como una bomba de tiempo, en la cabeza de los cubanos».
Manuel Vázquez Portal (poeta, periodista y ex prisionero de la Primavera Negra, Miami): «El 11 de julio no ha terminado, apenas empezó en 2021».
Daína Chaviano (escritora, Miami): «Cuando esos civiles decidan enfrentarse en masa contra los policías, las cosas podrían ser diferentes».
Pavel Urkiza (músico, Miami): «Hay un antes y un después del 11 de julio»
Ramón Fernández Larrea (escritor, Miami): «Otro estallido social es inevitable. Cómo y dónde será, no lo sé»
Adolfo Fernández Sainz (periodista independiente y ex prisionero de la Primavera Negra, Miami): «El 11J fue la constatación de que el pueblo despreciaba el comunismo»
Camilo Venegas Yero (blogger, República Dominicana): «Llegará el día en que tengamos calles y escuelas que se llamen 11 de Julio.»
(La nota completa » El 11J desde lejos de Cuba» puede verse a continuación):
Monseñor Dionisio Guillermo García Ibáñez
5–No puedo dejar de mencionar las emocionantes palabras de monseñor Dionisio Guillermo García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba, al final de la eucaristía el domingo 17 de julio, en la Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, pidiendo la liberación de los manifestantes cubanos del 11 de julio que se encuentran en prisión y que los cubanos puedan desarrollarse plenamente y en condiciones de igualdad en la Isla.
El enlace a la nota:
6- ¿ La represión y la violencia judicial han acallado las voces? Camila Acosta, en reciente nota de ABC, nos da la respuesta:
“Cientos de cubanos salen a las calles a protestar contra los apagones eléctricos y el régimen corta las comunicaciones del país”.
Las protestas ocurrieron en Pinar del Río y La Habana, el 14 y el 15 de julio pasados.
“Poco después de cumplirse un año de las históricas protestas del 11-J, los ciudadanos se manifiestan al grito de «tenemos hambre”.
Es que, como decía Yoani Sánchez, a partir del 11-J, “el temor cambió de bando”.
Finalicemos esta Bitácora de julio recordando que este 26 de Julio se celebra el 66 aniversario del asalto al Moncada, que fue el inicio de la mayor catástrofe del país y del Hemisferio.
Marcelino Miyares, Miami, 23 de julio de 2022.