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Uribe: “El Gobierno ha concedido todo a las FARC, otra cosa es que surja la paz”

1459262775_784547_1459263082_noticia_normal_recorte1 (1)El exmandatario colombiano critica al Gobierno de Santos por su acuerdo con las FARC

En un momento en el que el proceso de paz en Colombia vive un momento delicado, Álvaro Uribe (Medellín, 1952), presidente entre 2002 y 2010, carga contra el Ejecutivo de Juan Manuel Santos por su acuerdo con las FARC, critica la herencia en Brasil de Lula y arremete contra el régimen chavista.

Pregunta. Ha pasado el 23 de marzo, fecha fijada para la firma del acuerdo de paz, y no hay acuerdo. ¿Es un fracaso para el proceso?

Respuesta. El incumplimiento de la fecha genera incredulidad. Para nosotros, esta fecha no es trascendente, sino lo que está incorporado en los acuerdos, que es nefasto para la democracia colombiana. Por ejemplo, la impunidad. El acuerdo con las FARC tarde o temprano lo firmarán. Si el Gobierno de Pastrana (1998-2002) le hubiera ofrecido la mitad de lo que el actual Gobierno les da, la guerrilla habría firmado. Las FARC no van a desaprovechar ahora la oportunidad de firmar cuando el Gobierno se ha sometido a ella. Les concede todo lo que ha pedido. Otra cosa es que de ahí no surja la paz, y que ese acuerdo sea inestable.

P. ¿Por qué lo es?

R. Porque la impunidad consagrada en ese acuerdo es la partera de nuevas violencias. Esa impunidad tiene dos expresiones. Una abierta, el narcotráfico. Las FARC es el cartel de cocaína más grande del mundo. El país había reducido la coca de 170.000 a 41.000 hectáreas y está ahora en 159.000. El Gobierno ha aceptado que ese delito no se castigue, que sea conexo con el político. No tendrán cárcel ni extradición, pero sí elegibilidad política. El Gobierno suspendió fumigaciones, autorizó en Catatumbo la siembra de coca… Y una impunidad disfrazada. Es el caso de los delitos atroces. Sin cárcel. Los delitos de las FARC son 100 veces París, 100 Atochas, 100 Bruselas, 100 veces ETA… ¿Aceptaría Europa que esos terroristas no fueran a la cárcel? Las FARC al final de nuestro Gobierno estaban en 6.800 personas, ahora en 17.000. El ELN estaba al borde de la desintegración, ahora es fuerte, protegido por Maduro. Las bandas criminales han crecido exponencialmente. Han aumentado delitos como destrucción de oleoductos, secuestros en carreteras, extorsiones… La ciudadanía no denuncia. Se siente desprotegida porque no hay política de seguridad y las fuerzas armadas están desmotivadas porque este Gobierno les ha puesto en el mismo nivel que el terrorismo. Podemos terminar con las FARC gobernando y quienes se opusieron al terrorismo, civiles y militares, en la cárcel.

P. ¿Con la meta de la paz se ha dejado de lado la justicia?

R. En el acuerdo se crea un Tribunal que sustituye a la justicia colombiana, y en cuya conformación participa el terrorismo. El terrorismo configura la justicia a la que se va a someter. Piense en el peor de los delitos. A las FARC le basta con reconocerlo. No tiene que justificarlo por el derecho a la rebelión. No irán a la cárcel y tendrán elegibilidad política. Ese Tribunal será inicuo.

P. ¿Qué siente la sociedad colombiana?

R. Todo el mundo quiere paz. A la ciudadanía le gusta el diálogo, pero está muy preocupada porque lleva cuatro años sintiendo que se deteriora la seguridad, está sometida en muchas partes al control territorial del terrorismo, paga extorsiones, acepta el vecindario del narcotráfico… La ciudadanía no está de acuerdo en que los cabecillas del terrorismo no vayan a la cárcel.

P. ¿Hay polarización social?

R. Hay creciente preocupación por el país, mucha desconfianza en el Gobierno, que no tiene más apuesta que firmar la paz para mejorar sus encuestas. Hay un gran debilitamiento de la economía. Chávez expropiaba medios de comunicación. Santos, con contratos, ha sobornado a muchos periodistas. Recibió una herencia muy buena. La herencia de Lula fue muy mala, como la de los Kirchner. Chávez se murió disfrutando de una chequera grande. Una cosa era el carisma de Chávez con chequera y otra cosa sería hoy sin ella. No alcanzó a percibir la tragedia de su dictadura.

P. Europa y Estados Unidos han respaldado el proceso de paz. ¿Están equivocados?

R. Han apoyado todas nuestras políticas. Pastrana y Clinton hicieron el Plan Colombia. Nuestro Gobierno tuvo mucho apoyo en Europa y EE UU. No es raro que un gobierno diga que apoya el diálogo y la paz. Eso no es lo grave, sino la impunidad. Lo que hay que preguntarles a los europeos es si apoyarían esa impunidad para los terroristas de Bruselas y París. Preguntarle al secretario de Estado norteamericano por qué hay que combatir el terrorismo en Bruselas y darle impunidad al terrorismo colombiano. Toda la esperanza que da el Gobierno colombiano es convertir a las FARC en una especie de cogobierno para combatir el narcotráfico.

P. ¿Cuál será su postura ante el acuerdo?

R. Todo padre de familia es amigo de la paz. El único viejo de nuestro partido soy yo. El partido está lleno de jóvenes bien preparados, con grandes ilusiones. Este acuerdo no lo puedo apoyar.

P. ¿Cómo deben ser las zonas de concentración?

R. Se debió exigir que las FARC se concentraran en un sitio como condición para comenzar el diálogo. Cualquier delito fuera de ahí no sería imputable a ellos. Eso le habría dado credibilidad al proceso. Las FARC deberían concentrarse, cesar las actividades criminales, definir la entrega y destrucción de armas. Ojalá ese error se corrija con el ELN, que sigue secuestrando con toda la protección de la dictadura de Maduro. El Gobierno de Colombia ilusiona a la comunidad internacional narrándole una realidad muy distinta a la que se vive en Colombia.

P. ¿Sigue el paramilitarismo?

R. Nosotros lo desmontamos. Hoy hay bandas criminales del tamaño de las FARC, que trafican con la coca.

P. ¿Cuál es el papel de Venezuela?

R. Venezuela es el refugio del terrorismo colombiano. Tanto el Gobierno de mi país como otros latinoamericanos no han cumplido el deber de la Carta Democrática de enfrentarse a la dictadura de Venezuela. Han sido permisivos. El gobierno de Colombia se ha convertido en aliado del chavismo para negociar con las FARC. Esa pusilanimidad de los Gobiernos de Latinoamérica con Venezuela ojalá se cambie con la llegada ilusionante de Macri a la presidencia de Argentina.

P. ¿Qué le parece que Lula sea ministro y evite así a la justicia?

R. La prensa internacional hizo pensar que Lula era el Cristo de Corcovado en carne y hueso, redimiendo a Brasil. Y su herencia fue mala.

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