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Venezuela cae 18 puestos y ya es el cuarto país más pobre de Latinoamérica

Solo Honduras, Nicaragua y Haití tienen un PIB por habitante inferior, según el FMI

Venezuela fue durante décadas el país más rico de Latinoamérica. En términos de renta per capita o producto interior bruto (PIB) por habitante llegó incluso a situarse entre los cinco primeros del mundo tras los estragos causados en Europa por la Segunda Guerra Mundial. Después, gracias a sus enormes riquezas naturales y, en particular, a sus exportaciones de petróleo, se mantuvo a la cabeza de Latinoamérica entre los grandes países. Sin embargo, el colapso político, económico y social de los últimos años ha hundido el país en la clasificación regional y, según los datos y estimaciones del FMI, es ya uno de los más pobres de Latinoamérica en términos de PIB por habitante.

Destaca que de los cinco países con nivel de PIB más bajo, cuatro son miembros de ALBA

El descenso se ha agudizado en los últimos años. De 2015 a 2019, en solo cuatro años, Venezuela ha retrocedido 18 posiciones en la clasificación de economías de Latinoamérica y el Caribe. Su PIB por habitante en dólares es ya el cuarto más bajo de las 30 economías que recoge el Fondo, solo por delante de Honduras, Nicaragua y Haití. Cuba no pertenece al organismo.

Han superado a Venezuela países como El Salvador, Guatemala, Bolivia o la vecina Guyana, tradicionalmente mucho más pobre. Colombia, que durante décadas fue fuente de emigración a Venezuela, tendrá este año un PIB por habitante que duplica al venezolano.

Y la situación no hace más que empeorar. El FMI prevé que en este año el PIB retroceda un 25%, la inflación sea de 10.000.000% y la tasa de paro supere el 44%. En el caso de Venezuela, en todo caso, los datos hay que tomarlos siempre con reservas. El caos monetario que vive el país, la falta de datos fiables y la negativa del Gobierno a colaborar con el FMI provocan una especie de apagón estadístico.

La corrupción, la mala gestión y la caída de los precios del petróleo deterioraron la situación económica de Venezuela a finales del siglo pasado. Pero ha sido la política de control de cambios, de controles de precios, de expropiaciones y nacionalizaciones llevada a cabo por el régimen chavista la que ha arruinado su economía de una forma y a un ritmo solo comparable a la de países que han sufrido una guerra. Eso, a pesar de que los precios del petróleo se han multiplicado durante el chavismo.

La pésima gestión económica ha desatado una hiperinflación y una depreciación de la moneda que han dejado sin valor al bolívar, hasta el punto de que no se consiguen billetes ni siquiera para los gastos diarios. Eso, a pesar de las diferentes reconversiones monetarias que han ido quitando ceros al bolívar para tratar de maquillar su hundimiento. Alguien que hubiera cambiado 10.000.000 de dólares en bolívares en 2013 y hubiera conservado esos bolívares, ahora tendría apenas el equivalente a un centavo de dólar, lo que da idea del desastre económico que está viviendo el país.

 

 

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