Versiones (8): Va, pensiero (Nabucco)
Va, pensiero, sull’ali dorate (vuela, pensamiento, con alas doradas), es el coro del tercer acto de la ópera Nabucco, de Giuseppe Verdi, con letra de Temistocle Solera, inspirada en el Salmo 137 «Super flumina Babylonis». Canta la historia del exilio hebreo en Babilonia tras la pérdida del Primer Templo de Jerusalén.
La versión que inicia la nota se interpretó en el Metropolitan Opera House, de Nueva York. Es una puesta en escena maravillosa. Pero «Va, pensiero» tiene una hermosa historia que trasciende los escenarios operáticos, y que está ligada con las luchas italianas por la Independencia.
La composición se convirtió en un himno para los patriotas italianos, quienes, identificándose con el pueblo hebreo, buscaban la unidad nacional y la soberanía frente al dominio austríaco. El coro, cuyo tema es el exilio y que expresa nostalgia por la tierra natal, así como la frase «Oh mia patria sì bella e perduta!» («¡Oh patria mía, tan bella y perdida!») resonaba en el corazón de muchos italianos. No conozco a ninguna persona nacida en Italia que no se conmueva al oírla. Hay quienes afirman que debería ser el himno de ese país.
Se cuenta que en muchas paredes de Italia aparecieron pintadas con la frase ¡VIVA VERDI! que, más allá de la ganada popularidad del compositor, en realidad era un acrónimo con significado político: VERDI quería decir “Vittorio Emmanuele Re d´Italia”, burlando así la censura austriaca. Finalmente Italia venció con la coronación del rey Víctor Manuel II de Saboya (1861).
«Va, pensiero» se ha convertido en un símbolo histórico de las luchas contra la opresión extranjera que ha trascendido los límites itálicos originales.
«Nabucco» Fue estrenada el 9 de marzo de 1842 en La Scala (Milán), con Giuseppina Strepponi en el papel de Abigaille.
La versión siguiente es del Concierto de Año Nuevo, en el Teatro La Fenice (Venecia), en 2010. Orquesta y Coros de dicho teatro, bajo la dirección de Sir John Eliot Gardiner:
«Nabucco» fue compuesta en un período particularmente difícil de la vida del compositor. Su esposa y dos pequeños hijos habían muerto poco tiempo antes y Verdi había prácticamente decidido no volver a componer. El libreto de Nabucco llegó a sus manos casi por casualidad. La composición emprendida casi a regañadientes dio como resultado una obra que cautivó a toda Italia. Giuseppina Strepponi, la soprano que la estrenara, se convertiría en compañera sentimental y luego esposa de Verdi. Se dice que la dificultad del papel causó el declive vocal de la cantante.
La siguiente versión es con la orquesta y coros de la Arena di Verona, bajo la dirección de Daniel Oren (2000):
Dicen, los que saben de temas operáticos, que para Nabucco «no es fácil conseguir una soprano dramática que pueda alcanzar la despiadada tesitura de la malvada Abigaille». Ha sido el fracaso de numerosas cantantes.
Fue caballo de batalla de María Callas en los comienzos de su carrera; interpretó la ópera completa tres veces y sólo se grabó una vez en vivo, en 1949, pudiéndose oír en la grabación que el «Va, pensiero» fue interrumpido por muchos gritos, pero el coro siguió adelante. Cuando se repitió, el público guardó silencio y luego al final mostraron su aplauso entusiasta. Leontyne Price y Dame Joan Sutherland rechazaron cantarlo. Marisa Galvany, Amy Shuard, Daniza Mastilovic, Ghena Dimitrova, Dunja Vejzovic, Hilda Holzl y Jadranka Jovanovic y la española Ángeles Gulín (1939-2002) son recientes intérpretes del papel así como las más líricas Renata Scotto y Julia Varady. Maria Guleghina debutó en la Arena de Verona en 1996 con este papel. Al parecer, Elena Souliotis y Anita Cerquetti la cantaron antes de estar preparadas para el papel y su alta tesitura dañó sus voces.
Aquí está la grabación con María Callas, en el Teatro San Carlo, de Nápoles, el 20 de diciembre de 1949. «Va, pensiero» puede oírse a partir de los 17′ 10″:
Hay una grabación donde se destacan «las escalas suicidas» de la joven Maria Callas como Abigaille. Es que el papel es considerado una «Olimpíada Vocal» por excelencia:
Para finalizar, la versión con uno de los grandes de la dirección, Arturo Toscanini: