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Villasmil: Los chinos juegan basket

 

El título real de la nota debería ser ‘los chinos juegan con el basket”, y con los valores de la democracia liberal, y los países que los practican. Llevan años en eso; al menos desde que las economías occidentales se han visto favorecidas por jugosos contratos en la nación comunista más longeva del planeta.

Porque, claro, los chinos serán muy capitalistas, pero siguen siendo genéticamente autoritarios, y el actual líder Xi Jinping al parecer se cree un Mao posmoderno; cuidadosamente, ha armado una tela de araña donde han ido quedándose, atrapados, todos aquellos que podrían haber cuestionado su poder cada día más omnímodo.

Un último tropezón con China –que, como dice un tango de Alberto Castillo, “cualquiera da en la vida”- comenzó con un tweet de Daryl Moley, gerente general de los Rockets de Houston, un equipo de basket de la muy gringa y todopoderosa (pero no tanto como los comunistas chinos) National Basket Association (popularmente conocida por sus siglas, NBA). En dicho tweet Moley se solidarizaba con las protestas sociales pro-democráticas en Hong Kong, que han puesto a la defensiva, cosa que no les gusta, a los jefes chinos.

Apenas la furia china se hizo presente como se acostumbra – amenazando suspender las transmisiones de los juegos de la NBA en ese país – Moley borró el tuit, y la NBA se puso de rodillas, pidiendo perdón. Y es que el tema no es la democracia, ni sus valores, ni los derechos humanos de los ciudadanos de Hong Kong. Es mucho más simple: el tema son los millonarios ingresos que podría perder la NBA si no se retractaba. Lo cual hizo con la rapidez y exactitud de un disparo de Michael Jordan en sus mejores tiempos. Leyendo la respuesta de los directivos del basket, casi uno puede imaginarse a Adam Silver (Comisionado de la NBA) y sus asesores, en posición fetal, aterrados, pidiendo ayuda a todos los dioses de todas las religiones (con correspondientes recuerdos, nada sutiles, de la mamá de Moley).

Adam Silver, comisionado de la NBA

 

‘Reconocemos que los puntos de vista expresados por el gerente general de Houston, Daryl Moley, han profundamente ofendido a muchos de nuestros amigos y seguidores en China, lo cual es lamentable”, dice el comunicado oficial del basket; pero en realidad la apología que se envió en lenguaje chino fue más allá, considerando como “inapropiado” el tweet de Moley, e indicando que “había herido seriamente los sentimientos de los fans chinos del basket”.

Según Michael Powell, del New York Times, al día siguiente Silver, tratando de mostrar que su cerebro es más o menos independiente, afirmó que la liga apoyaba lo dicho por Moley – lo cual es cierto si se usan lentes de aumento y se asume la interpretación más generosa posible -. A continuación, Silver le dio todo su apoyo al dueño del equipo Brooklyn Nets, Joseph Tsai, socio asimismo de la compañía más importante de e-comercio en China, que había dicho en Facebook que “todos los ciudadanos de China” se oponían a las protestas en Hong Kong, y atacó a Moley, porque “no tomó en cuenta los sentimientos heridos de China a causa de las Guerras del Opio en el siglo XIX”. (Esa es la variante de moda: usar el pasado cual arma arrojadiza de cavernícola; a fin de cuentas ¿López Obrador no se puso en la ridiculez de exigir perdón a España por sus crímenes durante la conquista?) Puestos todos a cobrarnos lo que real o supuestamente alguien nos hizo hace dos mil, mil, o quinientos años, no queda reputación a salvo.

En todo caso, qué bueno que existe Wikipedia, así Silver y los otros caciques de la NBA podrán averiguar qué carrizo tuvo que ver el opio con una arrechera china con el Occidente ocurrida hace dos siglos.

Pero siguiendo con nuestro enredo: ¿Cómo queda ante la opinión pública una asociación deportiva que lleva casi una década con algunos de sus jugadores y entrenadores más destacados liderando la crítica en temas sociales de todo tipo, como la brutalidad policial, los derechos de los gays, las armas de fuego e incluso el actual presidente de los EEUU? El que crea hoy que el deporte es solo eso, exclusivamente deporte, o es ingenuo o se hace el ingenuo; decir que el deporte es solo deporte es de por sí una afirmación política. Las relaciones internacionales deportivas se basan (sobre todo para sus directivos) en un deseo, y su satisfacción. ¿Cuál deseo? dinero. Los escándalos de corrupción de la FIFA son un buen ejemplo. O la reciente locura de realizar en Catar los mundiales de pista y campo (la mayoría de los maratonistas se retiraron por el calor insoportable), o –prepárense los futuros viajeros – el Mundial de Fútbol de 2022.

Al igual que el béisbol, el basket gringo está desarrollando una muy dinámica estrategia de expansión en todo el mundo, y China es un mercado apetitoso. Eso sí, no sé en China, pero en Estados Unidos la mayor parte de los seguidores de la NBA son jóvenes y liberales. Y en el país del Norte los deportes tienen una larga tradición de servir para exponer a la luz pública debates fundamentales, por controversiales, de la cultura y sociedad estadounidenses.

Los comunistas chinos (como todos los comunistas, de Lenin a Castro) son reconocidos por no tener mucha paciencia con aquellos que se entrometen en los temas que se consideran ‘inapropiados”; el año pasado Mercedes Benz también se puso de rodillas y se disculpó con el Gobierno chino por haber cometido el pecado mortal de usar una cita del Dalai Lama en uno de sus avisos publicitarios en Instagram (mostraba a uno de sus lujosos vehículos, cerca del mar, y esta frase: “mira a todas las situaciones desde todos los ángulos, ¡abrirá tu mente!”.) ¡Caramba! ¡Qué atrevimiento!!!!! (a pesar de que el acceso a Instagram está bloqueado en China). Hay que asumir que los ciudadanos chinos son los más sensibles del planeta; en su nota de disculpa, Mercedes, al igual que la NBA, también hizo referencia a haber “herido los sentimientos del pueblo chino”; además de «lamentar profundamente el haber publicado informaciones extremadamente incorrectas» y estar determinados a «profundizar [su] conocimiento de la cultura china«.

Concluyamos: a lo mejor la NBA saca un comunicado donde reconoce el derecho de sus miembros y seguidores a opinar de lo que sea…menos de los derechos humanos en China. O de cualquier otro tema chino, por si acaso.

 

 

 

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