Wasap mejor que whatsapp: la RAE presenta su primer ‘Libro de estilo’ para “escritores digitales”
El director honorario de la RAE, Víctor García de la Concha, y a la izquierda el actual director Darío Villanueva.
Sea usted nativo digital o no, «hay un plano coloquial de comunicación» en Internet, un ecosistema de redes sociales, correos electrónicos y wasap (mejor así escrito que guasap o whatsapp) con sus propias reglas. Unas normas que no rigen en el plano más académico y profesional. En el primero de los mundos, es «admisible, aunque no se recomienda, prescindir de los signos de apertura, siempre que quede claro dónde comienza la interrogación o exclamación». También lo son las abreviaciones, como «tqm»(te quiero mucho). Hasta «es aconsejable» poner un asterisco a continuación de una palabra mal escrita, para rectificar: «¿Bamos a comer?» *vamos. Y si tiene mucha hambre y ha escrito ¡¡¡Vamos!!!, sepa que los signos de puntuación se pueden repetir para dar mayor expresividad, pero se sugiere que sean los mismos al principio y al final y que no superen los tres. Esas y otras recomendaciones para el uso correcto del idioma en nuevos contextos (digitales) de comunicación están contenidas en el primer Libro de estilo de la lengua española, subtitulado con la coletilla de «según la norma panhispánica» y presentado en la Real Academia Española en Madrid.
Las nuevas tecnologías «están cambiando el mundo y la escritura«, ha asegurado Víctor García de la Concha, director honorario de la RAE, «lo que suscita muchas dudas» cuando se trata de decidir qué palabras emplear para comunicarnos. Por ello, ha preparado un manual consensuado entre las 23 instituciones que forman la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale). El secretario general de Asale, el venezolano Francisco Javier Pérez, subraya que «ningún país es titular» del español y que este es un libro que «plantea usos, no impone ni pontifica, sino que recomienda y alerta de imprecisiones, pero sin dogmatismos».
Este volumen, de 504 páginas, un formato manejable (15 por 23 centímetros), una tirada inicial de 10.000 ejemplares y precio asequible (24,90 euros) está «pensado para los escritores digitales», ha subrayado García de la Concha, coordinador de la obra. Sin embargo, por ahora, el libro no tiene versión en la Red, «aunque estará», apuntó Ana Rosa Semprún, directora de Espasa, la editorial que se ha hecho cargo de la publicación. Tampoco hay un acuerdo para que se distribuya en colegios, universidades o la Administración. «Hablaremos con las comunidades autónomas», agregó García de la Concha.
Como puede verse, es un libro de estilo que «tiene poco que ver» con los que de título idéntico han publicado medios de comunicación, como EL PAÍS. «Esas son obras de uso interno, para lograr una personalidad, fijar principios éticos y normas de redacción», agregó García de la Concha. Mientras que en este caso se trata de resolver «las dudas por los continuos cambios de una lengua tan viva», que hablan unos 570 millones de personas. El que fue director de la RAE entre 1998 y 2010 apuntó que la edición web del Diccionario «recibe 65 millones de consultas mensuales».
La idea del manual venía de lejos. Nació en 2001, en el II Congreso Internacional de la Lengua Española, en Salamanca, donde lanzó la idea el académico Francisco Rico. «Pero antes, ha habido que cerrar grandes códigos como la gramática, que llevó 11 años, el Panhispánico de dudas, la ortografía y la fonética», recordó.
Abundando en sus contenidos, no es casual que el primer capítulo, Cuestiones gramaticales, se abra con el asunto de los géneros gramaticales. «El masculino, por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos. No hay razón para pensar que el género masculino excluya a las mujeres en tales situaciones», se asegura. En una etapa de reivindicaciones feministas sobre los usos de la lengua, García de la Concha mencionó la influencia de las universidades de EE UU en referirse como género (gender) a lo que en español llamamos «sexo», que «es una condición orgánica que tiene poco que ver con el género». Rechaza ejemplos como «los españoles y las españolas», tan de uso en políticos. «No hace falta forzar para duplicar, no hablamos así».
Al hilo de ello, se le preguntó al director, Darío Villanueva, por el informe que la RAE tiene pendiente sobre si hay que cambiar la Constitución para que refleje una mayor igualdad entre hombres y mujeres. Lo encargó en julio la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. Los cuatro académicos (dos hombres y dos mujeres) designados han elaborado su ponencia, que será leída por una comisión delegada este jueves, informó Villanueva. Después, tiene que ver ese informe el pleno de la RAE (que se reúne los jueves) para debatirlo y aprobarlo. Villanueva ya declaró sobre esta cuestión que «el problema es confundir la gramática con el machismo». Y este lunes ha añadido que «no habrá grandes novedades» al respecto. Es muy posible que la patata caliente la tome su sucesor, ya que Villanueva deja el cargo el 13 de diciembre, fecha en que los académicos elegirán director.
Su último legado, este Libro de estilo, incluye como novedad un apartado sobre ortotipografía, «los usos por los que se rige la escritura no manual, la de signos tipográficos». ¿Las citas literales tienen que ir en cursiva… en un párrafo aparte?, puso como ejemplo García de la Concha, quien tuvo su pulla, que no puya, para los medios de comunicación, al mencionar el apartado Pronunciación y elocución. «En muchos presentadores de televisión hay falta de orden en la entonación, parten las frases y separan sujetos de predicados, sustantivos de sus adjetivos».
En la parte final del volumen hay un glosario con recomendaciones como «yutubero», por «youtuber«, y curiosidades: si un amigo le dice que ha comprado un vuelo para Funafati, es que se marchará a Tuvalu, en Oceanía. Y tablas y listas varias. Quizás le interese conocer que Rf es la abreviatura del elemento químico rutherfordio.
«NO HAY DIVISIÓN EN LA ACADEMIA PARA ELEGIR DIRECTOR»
La presentación del Libro de estilo de la lengua española sirvió para poner sobre la mesa la inminente votación en la RAE, el 13 de diciembre, para elegir al sucesor de Darío Villanueva en la dirección. García de la Concha, exdirector, negó que haya «una división en la Academia» sobre este asunto. «Para nada corresponde a la realidad», respondió a raíz de algunas informaciones. Los estatutos de la RAE permiten que cualquier académico pueda ser elegido, con la obligación de aceptar el cargo, a excepción de si el designado tiene más de 78 años.