El plan de Sánchez de agotar la legislatura empieza a complicarse
Cuando Pedro Sánchez presentó la moción de censura habló de convocar elecciones «cuanto antes». Pero sus planes cambiaron rápidamente al llegar al poder. La formación del Gobierno dio pistas de lo que el nuevo presidente iba a intentar y que desvelaría en su primera entrevista: agotar la legislatura y convocar elecciones en 2020. Pero menos de dos meses después de acceder al Gobierno los planes se complican y la sombra de un adelanto electoral toma forma.
Hoy ha puesto voz a esas dudas la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, que ha asegurado que «nadie está pensando en convocar elecciones», pero que a la vez «nadie va a resistir más allá de lo razonable» porque «sería absurdo».
Esta opción es algo que en el seno del PSOE siempre ha tenido adeptos, especialmente entre aquellos que alertaban de tener que depender en cada votación de los partidos independentistas catalanes. Esa realidad siempre ha estado ahí, pero la toma de control del PDECat por parte de Carles Puigdemont y la extensión de su influencia al grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados preocupa y mucho al Gobierno y al PSOE.
En el Gobierno se estaba muy atento el pasado fin de semana a lo que sucedía en el cónclave del PDECat. Se esperaba que Marta Pascal pudiese asumir el control, ya que se trata de una persona con la que los canales de comunicación ya estaban abiertos. Tanto en el PDECat como en el PSOE se le atribuye a ella la decisión de que los exconvergentes votasen a favor de la moción de censura.
Minoría parlamentaria
La preocupación del Ejecutivo se traduce en que ya se reconoce que el «escenario ha cambiado». Los 84 diputados, que siempre lo fueron, aparecen ahora más frágiles que nunca después de que ayer la nueva vicepresidenta del PDECat, Miriam Nogueras, anticipase que a partir de ahora se lo iban a poner «más difícil» al Gobierno.
No obstante, en el Ejecutivo insisten en que el objetivo es «agotar la legislatura» como anunció Sánchez. Seguir la dirección actual y «salvar obstáculos» según se vayan presentando. Un escenario «complejo» que tendrá su primera prueba esta semana, ya que el Gobierno necesita los ocho votos del PDECat para sacar adelante el nombramiento de Rosa María Mateo como administradora provisional única de RTVE. El Gobierno reconoce que su nombramiento está en el aire: «No lo quiero ni pensar», ha dicho hoy la portavoz del Gobierno al ser preguntada por qué sucedería en caso de fracasar la votación.
Ese escenario «complejo» se deriva especialmente por la deriva del PDECat. Pero también se reconoce que el nuevo liderazgo en el PP tampoco ayuda. En este sentido en el Gobierno esperaban menos sorpresas porque ganase quien ganase «las grandes líneas de oposición en el PP iban a ser las mismas», opinan desde el Gobierno.
Oposición de Casado
A Casado se le ve desde dos ámbitos. Por una parte creen que se trata de un perfil que «no compite» con el potencial electorado del PSOE como entienden que sí podía hacer Soraya Saénz de Santamaría. En ese sentido creen que les beneficia electoralmente. Pero por otro lado dan casi por descartado cualquier tipo de acuerdo con él. «Tiene que construir su liderazgo, y no parece factible que su primera decisión sea colaborar con el Gobierno», opina un dirigente del PSOE.
Se refieren a la necesaria participación del PP para aprobar la nueva senda de déficit. A la ya compleja aritmética en el Congreso se suma que este tema tiene que ser también avalado por el Senado, donde el PP cuenta con mayoría absoluta. Casado ha dicho ya que no lo apoyará porque entiende que si Bruselas da más margen debe utilizarse en amortizar deuda. En el Gobierno no se dan por vencidos porque recuerdan que las principales beneficiadas serían las Comunidades Autónomas y esperan que los presidentes del PP presionen al nuevo líder nacional.
Si el Gobierno saca adelante estas dos pruebas de fuego las dudas a corto plazo se despejarán. Pero del mismo modo, una persona del Ejecutivo reconoce que «una sucesión de derrotas» sería muy difícil de gestionar.
Sin senda de déficit la intención inicial del Gobierno es ponerse a preparar los Presupuestos de 2019 con la antigua senda, pero el escenario de esa negociación, a vueltas con la aritmética del Congreso y la dependencia de los independentistas, parece ahora muy difícil de abordar. Un fracaso en este punto sería definitivo. El propio Sánchez estando en la oposición demandó a Mariano Rajoy que debía convocar elecciones o someterse a una moción de confianza si no era capaz de sacar adelante los Presupuestos.