Geopolítica en el Caribe con barcos hospital
Estados Unidos y China compiten para atender venezolanos, confirmando la crisis humanitaria negada por Maduro
El chino se llama Arca de la Paz y el estadounidense lleva el nombre de Confort. El primero llegó a Venezuela el pasado sábado; el segundo anunció que a finales de este mes visitará Colombia para atender allí a los refugiados venezolanos que huyen de su país por la crisis humanitaria que padece.
Cuando a mediados de agosto, el secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, anunció desde Bogotá el viaje que más adelante haría el Confort, el Gobierno de Nicolás Maduro dijo que los venezolanos no necesitan ningún buque hospital porque en Venezuela no hay crisis humanitaria.
Sin embargo, la llegada del Arca de la Paz, pactada después por Caracas y Pekín probablemente como modo de contrarrestar el eco mediático que podía tener la ayuda que preste el Confort desde Colombia, viene a contradecir la versión de Maduro de que la situación en Venezuela no es en absoluto extrema. Para devolver el golpe a Bogotá, el Gobierno venezolano ha dicho que el hospital flotante chino atenderá también a los colombianos residentes en Venezuela que lo necesiten.
Si bien es cierto que este tipo de navíos visitan numerosos países, en escalas muchas veces protocolarias, su presencia suele ser noticia internacional en casos de desastres naturales y emergencias nacionales. El Confort, por ejemplo, estuvo el año pasado en aguas de Puerto Rico atendiendo a los afectados por el huracán María.
Interés estratégico
La visita del buque chino, que estará una semana en aguas venezolanas, también vuelve en contra de Maduro las acusaciones de militarismo que hizo el bolivarianismo ante el anuncio de Estados Unidos de que iba a enviar al Confort. El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo que el Confort tiene «capacidad para transportar helicópteros de guerra», refiriéndose al helipuerto que normalmente tiene un barco de estas características.
También el Arca de la Paz dispone de helipuerto, por lo que, siguiendo el argumento de Morales, su presencia debería suponer una escalada de tensión en el Caribe y una amenaza para países vecinos enemistados con Maduro. Si en TeleSur, el canal internacional bolivariano, se ha dicho que el Confort es «un instrumento de guerra» de la Armada de EE.UU., lo mismo podría haberse dicho entonces del Arca de la Paz.
«Lo primero que tenemos que resaltar es que es un buque para la paz», dijo el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, al dar cuenta de la escala del barco chino. «Así es que se hace diplomacia en el mundo, con política, con cooperación», afirmó. Lo mismo podía haber dicho entonces acerca de la próxima llegada del Confort.
En realidad, aunque en términos de ayuda y cooperación, la gira de ambos barcos tiene interés estratégico. Para Washington es un modo de aumentar la presión sobre Maduro, remarcando ante la opinión pública la crisis humanitaria que sufre Venezuela y aumentando la obsesión del régimen acerca de una eventual intervención militar. Para Caracas, esa presencia china es un recordatorio a la Administración Trump de que el Gobierno chavista tiene a su lado nada menos que a China (también lo está Rusia). Como ha dicho Padrino, la visita del buque chino supone una «operación de defensa estratégica», aunque la misión sea simplemente de cooperación médica.
Gira por varios países
Además de la estancia de una semana en aguas de Colombia, el Confort cuidará también la relación con el resto de Latinoamérica, pues en su viaje de dos meses fondeará también en países como Honduras, Ecuador y Perú. Ya en 2007 realizó una amplia gira latinoamericana; además, en 2015 atracó en el puerto colombiano de Buenaventura.
El Confort, un antiguo tanquero adaptado como hospital, dispone de mil camas, doce quirófanos y un laboratorio, y presta amplios servicios médicos en diferentes especialidades.
Por su parte, el Arca de la Paz se encuentra en la gira «Misión Armonía», que incluye escalas en once países, varios de ellos en Latinoamérica. Se trata de una región en la que China está ganando presencia, con inversiones portuarias en las bocas del canal de Panamá y un posible nuevo puerto en El Salvador. El buque chino cuenta con instalaciones algo más reducidas que las del Confort.