Cultura y Artes

Glaucón, Thaler y las redes

 

 

 

 

El libro II de La república, de Platón, comienza con el desafío que le hace Glaucón a Sócrates sobre el problema de la justicia y las apariencias de justicia. Para ilustrar su argumento (en forma muy convincente por demás), Glaucón usa el mito del anillo de Giges. Este era un anillo de oro que hacía invisible a quien lo portaba. Decía Glaucón que muy pocos justos, al ser invisibles, resistirían la tentación de apoderarse de un bien ajeno, porque el asunto es “parecer justo sin serlo”. Platón apoya esa posición, piensa que la gente se preocupa mucho más por su reputación que por la realidad y recomienda que, para diseñar una sociedad ética, se tenga en cuenta el papel de la reputación como factor que estimula el buen comportamiento.

Richard H. Thaler, premio nobel de economía, y Cass R. Sunstein, profesor en Harvard, publicaron en el 2008 el libro Nudge (en castellano, El pequeño empujón), que analiza los motivos no racionales que llevan a la gente a tomar decisiones económicas y políticas. Uno de los capítulos se llama Siguiendo el rebaño, y está de acuerdo con los planteamientos que hizo Glaucón hace 2.500 años.

Empieza con un caso dramático. El pastor Jim Jones fundó una secta religiosa que tras algunos problemas con la oficina de impuestos de Estados Unidos se estableció en Guyana. El pastor decidió que había que suicidarse. Aunque hubo personas que objetaron, finalmente las madres y los padres envenenaron a sus hijos y después se envenenaron ellos; prevaleció la necesidad de aprobación sobre la vida.

Aprendiendo de los otros se desarrollan los individuos y las sociedades, pero las mayores falacias también vienen de los otros. Afirman esos autores que una de las vías más efectivas para “empujar” una decisión es la influencia social. Si nos importa mucho lo que los otros piensen de nosotros, marcharemos con la multitud para evitar su rechazo o provocar su favor. Eso pasa también con personas bien estructuradas intelectualmente. Varios trabajos de la literatura científica sustentan ese hecho. Uno, del mismo Sunstein, mostró que con una frecuencia estadísticamente significativa en paneles de tres jueces, si hay dos conservadores y uno liberal, este toma posiciones conservadoras extrañas a su historia previa como juez, y viceversa cuando hay dos jueces liberales y uno conservador. Otros experimentos en psicología muestran que cuando se infiltra un grupo que ha sido instruido para asumir una posición unánime, en otro más grande y con posiciones diversas, las decisiones del grupo grande cambian, incluso ignorando hechos evidentes.

Me temo que este fenómeno es frecuente en las redes. Siempre me han gustado como ámbitos en los que se puede ejercer la democracia y la libre opinión. Sin embargo, preocupa un fenómeno sutil de ‘aprendizaje’ empujado por manifestaciones de aprecio, likes y corazoncitos. Cuando alguien envía un mensaje ‘exitoso’, se ve gratificado por esas expresiones. Tiende entonces a mandar mensajes parecidos, pero que cambian gradualmente en la dirección que produce más aplausos. Así, sus opiniones se deslizan hacia las más aceptadas por su comunidad o su grupo. Se hacen más repetitivas y más extremas.

Sin hacer un estudio sistemático, he revisado la historia de mensajes en Twitter de algunas personas que sigo, y me parece que van perdiendo gradualmente frescura y originalidad, se corren en la dirección que cosecha aplausos. Si se quiere ejercer un pensamiento crítico e independiente, hay que tener cuidado con los cantos de sirena. Es fácil ejercerlo con alguien que uno no estima. Es muchísimo más difícil hacerlo con las conclusiones propias y las ideas de los amigos. Pero si no lo hacemos, seremos como los falsos virtuosos de Glaucón.

Moisés Wasserman Lerner es un bioquímico colombiano. Fue rector de la Universidad Nacional de Colombia en el periodo 2006-2009, y reelegido para el periodo 2009-2012.

@mwassermannl

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