Sadio Garavini di Turno: Estado forajido y fracasado
El filósofo político norteamericano John Rawls acuñó el término de Estado forajido (outlaw state) refiriéndose a aquellos Estados con regímenes autoritarios que violan los derechos humanos, incumplen leyes y convenios internacionales, así como las decisiones de los organismos internacionales que tienen como finalidad preservar el orden y la paz mundial, fomentan el terrorismo y amenazan la paz, tratando de expandir su poder e influencia en el exterior.
Un Estado fracasado o fallido se tipifica en cambio por la pérdida de control físico del territorio o del monopolio del uso legítimo de la fuerza, erosión de la autoridad legítima en la toma de decisiones y colapso de los servicios básicos. Un Estado fallido se caracteriza por un fracaso social, político y económico, su gobierno es tan débil o ineficaz, que tiene poco control sobre vastas regiones de su territorio, no provee ni puede proveer servicios básicos y presenta altos niveles de corrupción y de criminalidad. En los casos más extremos el desastre socioeconómico y el desmoronamiento de las instituciones del Estado provocan la ruptura de la “ley y el orden”, la descomposición total de los servicios básicos como el agua y la electricidad, brotes de epidemia y la propagación de enfermedades. En estos casos, en mayor o menor medida, sobrevienen la anarquía, el caos y la guerra civil entre clanes, facciones, “señores de la guerra” y hasta la desintegración de la unidad territorial. Ejemplos actuales de Estados fracasados extremos son Somalia, Yemen y Congo. En el pasado, los Estados demasiados poderosos eran vistos como peligrosos para la estabilidad del sistema internacional, hoy en día son los Estados fallidos que constituyen la mayor amenaza a la paz mundial, porque se convierten en centro de operaciones de los grupos terroristas y de la criminalidad organizada.
El régimen venezolano puede evidentemente calificarse como un Estado forajido, después de haber denunciado la Convención Americana de Derechos Humanos, irrespetado prácticamente todas las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, las decisiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y los informes del Alto Comisionado de los Derechos Humano de la ONU, particularmente el más reciente redactado por la ex Presidente socialista de Chile Michelle Bachelet. También su claro apoyo a los grupos terroristas colombianos las FARC y el ELN es una prueba adicional al respecto. Venezuela también tiene actualmente muchas de las características de un Estado fracasado. Podríamos afirmar que se trata de un Estado “semifallido”. Buena parte del territorio al sur del Orinoco está bajo el control de las mafias del oro y del coltán, del narcotráfico y del ELN. Pero también zonas de ciudades como Maracay y la misma Caracas están básicamente controladas por la criminalidad organizada.
Finalmente ¿no les parece que el régimen venezolano también calificaría como un Estado depredador? ”Id est”: Un Estado donde sus gobernantes se dedican a preservar sus intereses particulares mediante el pillaje, el saqueo impositivo, la devastación de las instituciones y la carencia de una sana división de poderes, imponiendo su poder omnímodo con la sumisión de la justicia.
@sadiocaracas