Editorial: Consenso por Venezuela

1442512416_286474_1442512857_noticia_normal

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la Moncloa con Lilian Tintori, esposa del opositor venezolano Leopoldo López. / SERGIO BARRENECHEA (EFE)

Hay que felicitarse por el compromiso de la mayor parte de la clase política española por la libertad de Leopoldo López

El amplio acuerdo alcanzado por la mayor parte de la clase política española sobre la inaceptable condena de cárcel para el líder opositor venezolano, Leopoldo López, y la más que preocupante situación en Venezuela merece una reflexión de elogio: es una buena prueba de que es posible alcanzar posiciones comunes sobre cuestiones fundamentales.

Ayer Lilian Tintori, mujer de López, se reunió con Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y Felipe González para contarles detalles del proceso y condena de su marido a 13 años y 9 meses en un juicio plagado de irregularidades y en el que fue declarado autor intelectual de la muerte violenta de 43 personas que protestaban en febrero de 2014 contra la desastrosa gestión del Gobierno de Nicolás Maduro. Los tres políticos se definieron sin matices a favor de la democracia en Venezuela y de la obligación moral del actual Gobierno de liberar a los presos políticos. Y lo hicieron cada uno según las responsabilidades que ocupan.

Así, Rajoy recibió a Tintori como presidente del Gobierno aunque ello pueda costar un nuevo roce diplomático con el régimen de Maduro, que ya tuvo una reacción desaforada cuando recibió a la mujer de López solo como líder del PP. Para despejar cualquier duda, el Gobierno se ha solidarizado con el líder encarcelado y los demás presos políticos. Sánchez fue más lejos en el lenguaje, describiendo el proceso a López como “un linchamiento político”; el líder del PSOE acertó al exigir disculpas a los partidos que en España justifican la condena. González, por su parte, describió las circunstancias del régimen chavista, la situación que viven los venezolanos y el peligro de irregularidades que se cierne sobre las elecciones del 6 de diciembre.

Son tres expresiones del compromiso de la gran mayoría de la clase política española —y de los ciudadanos a los que representan— con la lucha por la democracia y los derechos humanos. Un consenso del que hay que congratularse.

Botón volver arriba